Tempus Fugit 5×04: Bugarach, el pueblo del fin del mundo

A mediados de junio de 2011, una comisión del gobierno francés, la Miviludes (Mission interministérielle de vigilance et de lutte contre les dérives sectaires), encargada de analizar y observar las sectas francesas y de informar a la población sobre los peligros que pueden ocasionar, informó al primer ministro galo, François Fillon, mediante un documento de cerca de cien páginas, del riesgo al que iba a enfrentarse en unos cuantos meses el país: numerosos aficionados al fenómeno ovni y a los extraterrestres, convencidos de que el fin del mundo iba a llegar el 21 de diciembre de 2012, tal y como habían predicho los mayas varios siglos antes, habían comenzado a difundir la idea de que un pequeño pueblo del sur del país, Bugarach, en pleno corazón del Languedoc y del Alto Valle del Aude, iba a ser el único lugar donde podrían salvarse los humanos ante el inminente cataclismo.

A mediados de junio de 2011, una comisión del gobierno francés, la Miviludes (Mission interministérielle de vigilance et de lutte contre les dérives sectaires), encargada de analizar y observar las sectas francesas y de informar a la población sobre los peligros que pueden ocasionar, informó al primer ministro galo, François Fillon, mediante un documento de cerca de cien páginas, del riesgo al que iba a enfrentarse en unos cuantos meses el país: numerosos aficionados al fenómeno ovni y a los extraterrestres, convencidos de que el fin del mundo iba a llegar el 21 de diciembre de 2012, tal y como habían predicho los mayas varios siglos antes, habían comenzado a difundir la idea de que un pequeño pueblo del sur del país, Bugarach, en pleno corazón del Languedoc y del Alto Valle del Aude, iba a ser el único lugar donde podrían salvarse los humanos ante el inminente cataclismo.