CONFIRMAN UNA NUEVA FUENTE DE ENERGÍA PROCEDENTE DE LAS ESTRELLAS

CONFIRMAN UNA NUEVA FUENTE DE ENERGÍA PROCEDENTE DE LAS ESTRELLAS

 

 

Investigadores consiguen demostrar un extraño efecto cuántico del que es posible extraer una enorme cantidad de energía

En un mundo en el que la energía lo es todo, el hallazgo de un equipo internacional de investigadores podría abrir paso a la explotación de una nueva y casi inagotable fuente energética. El secreto está en controlar un raro tipo de reacción cuántica que tiene lugar en las estrellas, predicha hace ya cuatro décadas pero que hasta ahora no había podido ser demostrada.

En un artículo publicado en Nature, científicos de la Australian National University (ANU) y otras instituciones, entre ellas el Laboratorio de Investigación del Ejército de los Estados Unidos o el Centro Nacional de Investigación Nuclear de Polonia, explican cómo han conseguido, por primera vez, confirmar la existencia del fenómeno conocido como Excitación Nuclear por captura de Electrones (NEEC por sus siglas en inglés).

El fenómeno tiene lugar en el corazón de las estrellas y podría ser, además de una nueva fuente de energía de incalculable potencial, el mecanismo clave a través del cual las estrellas, a lo largo de su evolución, consiguen producir elementos tan pesados como el oro o el platino. NEEC sucede cuando un átomo captura un electrón. Si la energía de movimiento del electrón (cinética) y la energía requerida para capturarle se dan en la proporción adecuada, entonces el átomo pasa a un estado de excitación superior. Ese aumento de energía, sin embargo, tiene un alto coste para el átomo, que ve drásticamente reducida su esperanza de vida.

En otras palabras, lo que antes era un núcleo estable y de vida larga se convierte en un núcleo sobreexcitado y que, por lo tanto, debe buscar un nuevo estado de reposo, ya sea a través de un proceso electromagnético conocido como conversión interna que le obliga a “escupir” un electrón, ya sea emitiendo un fotón. El proceso fue descrito por primera vez en la década de los 70 del pasado siglo, pero hasta ahora nadie había conseguido demostrar en laboratorio su existencia. Algo que sí han hecho los autores del artículo de Nature.

Para conseguirlo, los investigadores recurrieron al Acelerador de iones pesados de la ANU y al acelerador ATLAS del Laboratorio Nacional Argonne, en los Estados Unidos. Con esos instrumentos, crearon un isótopo exótico, molibdeno 93, a base de “disparar” haces de átomos de zirconio contra núcleos de litio. Los átomos resultantes de molibdeno salieron disparados a un 10% de la velocidad de la luz (unos 30.000 km por segundo) para estrellarse contra el litio restante, dejando en su estela una serie de iones altamente cargados.

Además de las implicaciones cosmológicas, la confirmación del efecto NEEC convierte en posible el acceso a la energía almacenada en los núcleos de isómeros de vida más larga. Lane sugiere que la técnica podría, por ejemplo, crear fuentes de energía 100.000 veces más poderosas que las actuales baterías químicas. “Nuestro estudio -asegura el investigador- ha demostrado una nueva forma de liberar la energía almacenada en un estado nuclear de larga duración, que el Laboratorio de Investigación del Ejército de EE.UU. está interesado en explorar más a fondo”.

 

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