Un «traje» controlado con la mente permitirá caminar a los parapléjicos

Un «traje» controlado con la mente permitirá caminar a los parapléjicos

 

Un «traje» controlado con la mente permitirá caminar a los parapléjicos
Un «traje» controlado con la mente permitirá caminar a los parapléjicos
Los retrasos en estadios y obras de infraestructura del Mundial de Brasil, nada tienen que ver con la cuidadosa planificación del proyecto que el científico Miguel Nicolelis estrenará el 12 de junio en el estadio del Arena Corinthians de Sao Paulo. El respetado neurólogo brasileño presentará ante millones de ojos de espectadores de todo el mundo una tecnología revolucionaria que podría transformar la vida de personas con problemas para caminar. Tras quince años de investigación ha diseñado un exoesqueleto que permite a personas con lesiones medulares controlar sus piernas con el pensamiento. La ceremonia de inauguración será la primera demostración pública de que el ingenio funciona y un joven parapléjico se levantará de su silla de ruedas, caminará y pondrá en juego el primer balón que ruede por el césped.
«Queremos mostrarle al mundo durante un evento mundial, que la ciencia está llegando al momento en que podremos dejar las sillas de ruedas», declaró al ABC, Nicolelis, profesor de neurobiología, ingeniería biomédica, psicología y neurociencia de la Universidad de Duke, en Estados Unidos. «Es un proyecto de rehabilitación y el Mundial será solo una muestra simbólica de lo que es esta tecnología, que irá más allá de la presentación en esta cita tan importante para el fútbol», dice el científico.
 
Los primeros pasos
Nicolelis anunció el 28 de mayo, que el proyecto alcanzó sus objetivos científicos, clínicos y tecnológicos y que presentará los resultados técnicos durante los próximos meses en revistas científicas. Según registros del proyecto, el primer paciente que caminó con el exoesqueleto lo hizo el 29 de abril, y en los días siguientes, los otros siete seleccionados dieron un promedio de 120 pasos cada uno.
Pero Nicolelis calcula por lo menos veinte años para que la tecnología esté disponible para su uso generalizado. «Es un proyecto a largo plazo, de todo nuestro equipo mundial, que irá desarrollando tecnologías complementarias», apunta el investigador. El primer objetivo es reducir el peso del exoesqueleto, de los actuales 70 kilos a 50 kg, y a largo plazo, la inclusión de brazos en el equipo, que será adaptado para pacientes tetrapléjicos que están inmovilizados desde el cuello hacia abajo y no pueden mover ninguna de sus extremidades.
El proyecto «Andar de Nuevo» (The Walk Again Project), fue desarrollado por Nicolelis con apoyo del Gobierno brasileño y la colaboración de la Universidad de Duke e instituciones en Lausanne (Suiza), Berlín y Munich (Alemania), Natal y Sao Paulo (Brasil). Participan en el proyecto cerca de 156 científicos de 25 países. Pero la mayor parte del proyecto, la fase clínica, fue desarrollada y financiada en Brasil. El exoesqueleto se llama Brasil Santos Dumont, en homenaje al inventor brasileño que es uno de los ídolos de Nicolelis.
«La ciencia brasileña está encabezando ese proyecto», recuerda el investigador, orgulloso de un trabajo que ha situado a Brasil en las principales revistas científicas del mundo. Nicolelis no solo es un entusiasta de su país, también lo es de la selección brasileña de fútbol y del Palmeiras, su equipo de corazón, al que le hace homenajes incluso en la página web de su laboratorio. De ahí, que la presentación pública de su ingenio sea en un estadio de fútbol.
 
Ocho voluntarios
El proyecto fue inicialmente financiado por el National Institutes of Health (NIH), de Estados Unidos, principal agencia mundial de investigación biomédica, que apoyó la primera fase, la de los experimentos con animales. Primero con ratones y después con primates no humanos.
Fue en 2003 cuando lograron que un mono pudiera controlar con su pensamiento el movimiento de una mano virtual. La tecnología del investigador brasileño no solo permitió al mono controlar el movimiento con su mente sino sentir la experiencia cuando realizaba la actividad.
El objetivo central de este consorcio internacional es desarrollar tecnologías basadas en el concepto de la interfaz cerebro-máquina, que Nicolelis y el norteamericano John Chapin, introdujeron en la literatura científica hace 15 años. Aunque, en realidad, el trabajo confirmará el resultado de 30 años de estudio en el área de neurociencia.
Los afortunados que han probado el ingenio de Nicolelis son ocho jóvenes brasileños, entre 20 y 40 años, que perdieron la movilidad y la sensibilidad en las piernas tras una lesión medular. Uno de ellos ha sido el elegido para chutar el primer balonazo del Mundial 2014. «Todos están listos y podrían hacerlo, pero solo uno entrará ese día en campo», dice Nicolelis. Los seleccionados han ensayado con los exoesqueletos todos los movimientos que realizarán e incluso hicieron pruebas en las que se reproducía el ambiente de un estadio lleno de gente, para saber cómo reaccionarían frente a una multitud. Esos pasos en el terreno de juego serán como los primeros pasos del hombre en la Luna, «nuestro paseo lunar del siglo XXI», asegura.
El paciente elegido usará el exoesqueleto controlado por su cerebro. Lafunción del exoesqueleto es la de hacer que el sistema nervioso de su usuario, que perdió la capacidad de transmitir al cerebro las órdenes de movimientos de las piernas, utilice, en vez de la médula espinal, un sistema de Interfaz Cerebro Máquina (ICM).
El ICM decodifica la actividad eléctrica de las neuronas y la convierte en señales electrónicas digitales que son comprendidas por el robot. Simplificando el proceso, la nueva tecnología permite que el cerebro dé la orden, un ordenador haga la conexión con el robot, que anda, y lleva con él al paciente. «El cerebro es inducido y asimila el exoesqueleto como si fuese parte de su cuerpo», explica Nicolelis.
 
Misión «imposible»
El paciente también puede experimentar la sensación táctil, porque no basta con poder golpear una pelota, es necesario sentir la tierra que se está pisando. Por ello, el exoesqueleto usa una «piel artificial» desarrollada en Alemania, cuajada de sensores, que se coloca en la planta del pie del paciente. Uno de sus voluntarios le dijo a Nicolelis que se sentía al utilizarla como si estuviera caminando por la playa, tocando prácticamente con sus pies la fina arena.
«Muchos dijeron que era una Misión Imposible», bromea el brasileño en su Facebook sobre el vídeo de los primeros pasos del robot, que tiene como música de fondo la emocionante banda sonora de la película homónima. Pero nada es imposible para Nicolelis y su equipo de científicos, que ya han metido el mejor gol del Mundial.
 
Fuente: http://www.mundooculto.es/

 

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