El lago Messel: el misterio mortal del Eoceno

El lago Messel: el misterio mortal del Eoceno

 

 

El lago Messel: el misterio mortal del Eoceno

Un ejemplo de los fósiles casi intactos encontrados en este lago

El lago de los fósiles

Hacia finales del siglo XIX ingenieros alemanes se encontraban trabajando cerca de la ciudad de Messel, en aquel país, cuando hallaron un particular yacimiento geológico.

Se trataba de lo que parecía ser el sedimento de un antiguo lago. Sin embargo, en este sedimentohabía una cantidad impresionante de fósiles muy bien conservados. Centenares, sino miles de animales prehistóricos fueron hallados uno tras otro, los mamíferos con el pelo perfectamente visible, las aves con su plumaje claramente impreso en la roca.

Existen muchos restos geológicos de sedimentos lacustres, pero muy pocos tienen la diversidad y densidad de fósiles que este antiguo lago alemán. En el país, de hecho, fue bautizado como Lagerstätte (literalmente, “lugar de almacenamiento”), y pronto se hizo famoso por la cantidad y variedad de animales que en él aparecían.

Pero a medida que se encontraban más y más fósiles comenzaron a surgir preguntas. Por ejemplo, en el lago se encontraron centenares de fósiles de murciélagos y aves, animales voladores que rara vez quedan tan bien conservados en el registro geológico. Así mismo,se hallaron decenas de fósiles de tortugas en proceso de apareamiento. Huelga decir que este no es el estado regular en el que un animal muere y queda fosilizado.

Estos hallazgos comenzaron a indicar que algo en el lago causaba la muerte rápida de los animales que en él habitaban. Los fósiles de animales voladores indicaban así mismo que lo que ocurría podía afectar a criaturas que vivían por fuera del lago. Por esta razón, el yacimiento vino a conocerse como el lago de la muerte y se convirtió en un misterio que llevaría años resolver.

Muerte en las aguas

La primera hipótesis que se propuso para explicar esta mortandad fueron las cianobacterias. Estos animales microscópicos pueden surgir de manera explosiva en algunos periodos del año y liberar toxinas que conviertan el agua del lago en un cóctel mortal. Esto explicaría el hallazgo de tantos animales muertos (los cuales habrían bebido de las aguas)pero no nos permite entender la aparición de tortugas apareándose, pues el veneno debía haberlas matado mucho antes de comenzar el ritual de reproducción.

Además, claro, que muchos animales pueden detectar el sabor de las toxinas y simplemente buscar agua en otra parte. Era necesaria otra explicación… y la respuesta terminó por encontrarse no en los sedimentos del lago, sino debajo de ellos.

El lago Messel: el misterio mortal del Eoceno

Volcán

Resulta que el lago Messel se encontraba ubicado encima de una gran cantidad de rocas volcánicas, lo que parece indicar que había llenado un antiguo cráter volcánico. Los restos geológicos indican que cuando el lago existió el volcán aún estaba activo… y esto podría indicar la causa de los episodios de muerte aparentemente tan comunes allí.

El proceso es bien conocido en la actualidad. Los lagos volcánicos pueden ocasionalmente emitir grandes cantidades de dióxido de carbono, al punto que termina desplazando el aire de la zona y matando todo los animales que se encuentran en sus cercanías. Estos episodios han sido bien documentados en tiempos recientes y ocurren ocasionalmente en lugares como el lago Nyos, en Camerún.

Y más importante aún, estos lagos volcánicos suelen mantener grandes reservas de dióxido de carbono en sus profundidades, lo cual impide que los animales y las bacterias aerobias puedan alimentarse de los cadáveres que se hunden hasta el fondo del lago. Esto explicaría por qué los restos de los animales están tan bien conservados y sus esqueletos se encuentran perfectamente organizados, algo que nunca sucede cuando el cadáver fue visitado por animales carroñeros.

En cualquier caso, el carácter volcánico del lago Messel fue trágico para los animales que allí murieron, pero nos brinda información extremadamente valiosa sobre el pasado de nuestro planeta. Mucho de lo que sabemos de los primeros murciélagos, por ejemplo, se le debe a los hallazgos de este lago.