Una nueva pista en la búsqueda de bosques en planetas distantes
Una nueva pista en la búsqueda de bosques en planetas distantes
Para encontrar signos de vida vegetal en otros mundos, ayuda a comprender la historia de los nuestros.
No fue exactamente un gran descubrimiento. El planeta en cuestión era la Tierra; a instancias de Carl Sagan, la nave espacial Galileo, en su camino hacia el estudio de Júpiter, había apuntado sus instrumentos a casa para determinar si era posible observar la vida en nuestro planeta desde el espacio.
Los resultados fueron significativos, no obstante, porque presentaban una posibilidad tentadora. La detección de Galileo de un “borde de absorción agudo en la parte roja del espectro visible”, traducido a términos simples, significa que la nave espacial había captado la característica distintiva de la vegetación. Cuando las plantas fotosintéticas están expuestas a la luz solar, absorben las frecuencias que necesitan para obtener energía, que son las que vemos como rojas y reflejan otras. Es por eso que la vegetación parece verde para nosotros. Los astrónomos pueden usar este fenómeno como una señal para determinar la presencia de vida vegetal.
Los telescopios existentes no son lo suficientemente potentes como para estudiar la luz proveniente de estos mundos en detalle, y los nuevos están en construcción y varios años lejos de las operaciones. Mientras tanto, los astrónomos continúan perfeccionando sus estrategias para encontrar plantas exóticas. Para algunos de ellos, las mejores pistas se pueden encontrar aquí en la Tierra.
“Realmente deberíamos mirar a nuestro planeta como una Piedra Rosetta”, dice Lisa Kaltenegger, astrónoma del Instituto Carl Sagan de la Universidad de Cornell. “Estamos a punto de descubrir esto, y necesitamos datos de archivo en nuestro planeta para poder detectarlo en otro lugar”.
Kaltenegger y Jack O’Malley-James, un compañero astrónomo en el instituto, utilizaron recientemente simulaciones por computadora para estudiar la expansión de la vegetación a través de la Tierra en los últimos 500 millones de años. Durante este período de tiempo, el paisaje cambió de simples musgos y hepáticas, a helechos de hoja y, finalmente, a formas de plantas maduras, incluidos los árboles.
Los astrónomos descubrieron que a medida que pasaba el tiempo y la vida vegetal se generalizaba y diversificaba, la señal de la vegetación se fortaleció. “Por supuesto, toda la señal se modula por la cantidad de nieve y hielo que tengas”, agrega Kaltenegger. Pero lo que esto significa, dice ella, es que algunos de los mejores candidatos para la búsqueda de vida pueden ser exoplanetas más antiguos, en vez de más jóvenes, parecidos a la Tierra.
También significa que si hay astrónomos alienígenas con intereses que se superponen a los de la humanidad, equipados con instrumentos muy poderosos, podrían haber encontrado signos de flora en la Tierra desde hace 500 millones de años. La tarea sería más fácil ahora que hace todos esos años; la señal emitida por los primeros musgos es más débil que la de los árboles actuales, dice Kaltenegger. Pero aún sería un desafío. La nave espacial Galileo recolectó datos de solo 600 millas de distancia, no millones de años luz. Y la señal de la vegetación en general es bastante débil, dice Kaltenegger, gracias a todos nuestros océanos.
Estos escenarios atraen la imaginación sobre la evidencia empírica. “¿La luz que absorberán será roja o de un color diferente? ¿La luz que reflejan será verde o algo completamente extraño, como el azul magenta o el azul brillante? “Nicholos Wethington, un escritor de ciencia en Universe Today, se preguntó hace más de una década. Todavía podemos preguntarnos sobre el aspecto de las plantas alienígenas, pero la tecnología que podría ayudarnos a descubrir más está en camino. Con la nueva investigación de Kaltenegger y O’Malley-James, los astrónomos pueden saber mejor dónde buscar las respuestas