
Como casi todas las leyendas esta tiene muchas versiones y se localiza en diferentes puntos de la geografia mundial.
Una noche de lluvia un hombre conducía su vehículo por la carretera del Garral. Era una noche de lluvia, al principio solo caían unas cuantas gotas pero a medida que iba acumulando kilómetros la lluvia se hacia más espesa y dificultaba el circular con normalidad. De repente se vio una figura de
una mujer vestida de blanco, totalmente empapada, con el vestido manchado de barro y la cara totalmente demacrada.

Paró el vehículo y bajo la ventanilla para
preguntarle a la mujer si necesitaba que la llevara a alguna parte. La mujer asintio y se subió al vehículo, sentándose en el asiento del copiloto. Durante un rato los dos permanecieron en silencio hasta que llegado el momento la mujer se dirigió al conductor y le aconsejo que aminorara la marcha y circulara con más precaucion. El hombre le hizo caso y fue más despacio. Hasta que se dio cuenta de que acababa de atravesar
una curva muy peligrosa.

Se dirigió a la mujer y le dijo:
Si no me hubieras avisado de que redujera la velocidad con toda seguridad el coche se hubiera caído por el precipicio. Ella le respondió :
Claro, ahí perdí la vida hace 25 años. En ese momento desapareció del vehículo, sin dejar otra huella que el asiento aun humedo.

Cuentan que desde que perdió la vida en esa curva vaga
por las noches haciendo autostop, subiendo a los coches. Dicen que los que le hacen caso atraviesan esa curva sin problemas pero que los que no mueren despeñados por el precipicio.
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