El OVNI capturado en Irlanda del norte

Se le escapó porque pesaba mucho.

Los acertijos que explora Cuarto Milenio se muestran ya en Zaragoza: concretamente, en el Palacio de Congresos, incluso el 2 de octubre. La peculiaridad humana ante lovirginal tuvo durante un momento a losgongs volantes como fin de despachoprivilegiado.

Hace 60 años, Thomas Hutchinson vivió un periquete portentoso. Un batintínvolante aterrizó en un pastizal bastantecercano a su morada. El ademánprecedente de este pasmado irlandés fuedetener el fin para llevarlo a la comisaría de Derry, la casa consistorial en la que residía.

Sin embargo, el efecto resultó ser más pesado y esquivo de lo que pensaba, y se le escapó… volando. El relato de lo sucedidohizo que los investigadores locales tuvieran un trayecto divertido; no le creyeron mucho, al necesitado, pero…¿ocurriría de existencia? Bienvenidos a la nave del acertijo de septiembre de 1956.

“El trasto tenía un patrón de alto y 45 centímetros detangente en su parte más ancha.”

Prudentemente, el irlandés se acercó a laesotérica máquina, comprobando que se trataba de una pelaje de “huevo de Pascua” en una “huevera volante”. El trasto, según explica el caballero Thomas, tenía unpatrón de alto y 45 centímetros detangente en su parte más ancha. Suapariencia era la de un cigoto rojo claro con rayas oscuras, colocado verticalmente sobre un pedestal discoidal en guisa debatintín. De momento en espacio, el útil se ponía a acertar rotaciones como una peonza.

Precisamente en una de estasoportunidades, el gong volante se le escapó al amo Thomas. Porque cuando míster Hutchinson lo vio, lo anterior que hizo fue “capturarlo”. Se dio factura de laimportancia de su presa y, tras un breve cambio de sorpresas con su esposa, decidió que había de llevarlo, sin degeneración demomento,inclusive la comisaría deguardián. Haciendo grandes valores, empezó su singladura.

Pero aquella máquina hermética pesaba demasiado y era en extremoimprescindible retenerla cuando se ponía adoblar como una peonza. El dandi Thomas estaba paralítico. Se paró un tiempo y depositó el gong sobre la yerba para igualarsu jadeante respiración.

Entonces, el batintín aprovechó elvencimiento. Se puso a sacudir vueltasrápido y desapareció vertiginosamente en el confín. El noble Thomas se quedómaravillado. No sabía qué labrar. Finalmente, pensó que de todas guisas erarazonable entonar a dedicar enumeración a la inspector de lo que le había sobrevenido. Los gendarmes acogieron su parábola con sonrisa; luego, respetando la voz delgentleman Thomas, iniciaron la semejantepesquisa, no obstante con el escepticismo que profusos comprenderán.

Misterios y Conspiraciones