Entidades extraterrestres en la Tierra

​Entidades extraterrestres en la Tierra


En últimas fechas se ha puesto de moda en los medios de comunicación electrónicos dedicados a los temas de misterio estar hablando de las supuestas apariciones de entidades extraterrestres en nuestro planeta. Pero eso no es algo nuevo, desde hace décadas se ha hablado de la presencia de aparentes seres venidos de otros mundos que se han contactado con personas de la Tierra.

Haciendo a un lado todos los relatos y leyendas mitológicas o religiosas, que no tienen nada que ver con el tema pues ninguno pasa de ser más que simples mitos. El tema de la presencia de seres de otros planetas se podría remontar al 19 de abril de 1897 en el poblado de Aurora, situado en el condado de Wise, en Texas (EUA), en donde según se cuenta, la mañana de ese día, se estrelló una supuesta nave voladora dejando muerto a su tripulante.

Según los relatos de la época y recortes de periódico de esas fechas, los pobladores del lugar al ver la tragedia dieron sepultura al tripulante y parte de su nave en una tumba del cementerio local, incluso su lápida estaba compuesta del extraño material del que estaba fabricada su nave. En su momento no se le dio mucha importancia al caso, de hecho el tema de los extraterrestres no era tratado con tanta morbosidad y charlatanería como hoy en día, sino con una visión más realista. El caso no pasó a mayores pues la supuesta tumba desapareció en los años 1970´s y ya nadie supo nada de ella.

Pero a principio de los años 1950´s hace su aparición en el mundo de la ufología el polaco-estadounidense George Adamski quien aseguraba ser un contactado por extraterrestres “nórdicos” originarios del planeta Venus. En su momento Adamski presentó diversas fotografías como “evidencia” de sus avistamientos y contactos, pero mientras fue avanzando su historia, así se fue cayendo, pues sus imágenes fueron refutadas como simples trucos fotográficos de aquellos años.

Posteriormente, en los años 1960´s nos llegó el caso de la presunta abducción de Betty y Barney Hill, el caso fue llamado por algunos como el “Incidente Zeta Reticuli” pues los presuntos extraterrestres eran “reticulianos” originarios del sistema estelar binario de Zeta Reticuli. Sin embargo el análisis del caso tampoco dio para más, y después de muchos estudios todo quedó en que se había tratado de alucinaciones (sueños lucidos) o invenciones del matrimonio Hill, pues nunca aportaron la más mínima evidencia de que hubieran sido víctimas de la abducción por parte de algunos alienígenas.

Posteriormente se desató la moda de los “contactados”, “abducidos” y “canalizadores” de mensajes hechos por extraterrestres, y aunque los hombres de ciencia siempre quisieron analizar muchos de esos casos, los mismos contactados o abducidos eran reacios a que se pusiera a prueba sus testimonios pues, prácticamente, exigían que se les creyera al pie de la letra lo que ellos decían, y no permitían de ninguna manera la más mínima duda o cuestionamiento de sus palabras.

Y así fue como surgieron las variadas sectas y grupos de veneración a los extraterrestres que hay en el mundo, sin embargo a pesar de que los científicos e investigadores han sido defraudados innumerables veces por los ufófilos  y ufólatras, ellos no han perdido la esperanza de encontrar vida fuera de nuestro planeta, ya sea inteligente o no.

En estas últimas décadas el fenómeno de las entidades extrañas de índole “alienígena” abundaron por todo el mundo, desde el hombre polilla hasta el chupacabras, pero desgraciadamente ninguno dio el más mínimo indicio de ser de origen extraterrestre. Los casos más nuevos, como el de la “Bruja de Monterrey”, terminaron en ser simples globos que en su momento no habían sido bien apreciados y debidamente identificados; y más recientemente, el caso del ente de Pachacamac, en Perú, también terminó siendo un simple globo mal enfocado que fue mistificado y magnificado por aficionados a los mitos de los extraterrestres.

Los hallazgos de supuestos cadáveres de extraterrestres en varias partes del mundo, igualmente han sido refutados y desmitificados, se han tratado desde restos de perezosos, osamentas de humanos con deformidades, hasta cadáveres de monos ardilla. Los análisis genéticos no han dejado mentir a nadie, todos eran de origen netamente terrestre.

Lamentablemente a pesar de tantos testimonios y anécdotas de supuestos encuentros con seres de otros mundos, no hay ni una sola evidencia que pueda señalar que sean reales dichos avistamientos. La cruda realidad nos señala la soledad cósmica como nuestro estigma en el universo, pero pareciera que a algunos les pesa más de lo que debería, al grado de inventar y falsificar encuentros con seres de otras dimensiones.

Es muy lamentable que algunos “investigadores” o “ufólogos” lleguen al extremo de comprar o pagar por obtener casos falsos y promoverlos como si fueran ciertos. Por este tipo de timos se ha denigrado demasiado estos temas. Seamos realistas, si algo rebota como globo al ser impactado por un camión o lo mueve el viento como a un globo, entonces es un globo. ¿Qué tan difícil es aceptar una sencilla realidad? El ser un mercader de la ignorancia y el engaño ha sido muy lucrativo para algunos, pero como ya hemos dicho anteriormente, el hambre corporal o de fama, ha orillado a algunos a caer en estos actos.

Los extraterrestres no necesitan que se crea en ellos, de hecho el tema no es para creer, no es una religión o un culto, es para saber y comprobar con pruebas palpables y tangibles su existencia. El ponerlos al nivel de Santa Claus en la mitología y folklore citadino los rebaja a vil cuento para engañar niños.

Si quieres hablar de extraterrestres, hagámoslo con las evidencias por delante, para ponerlas a prueba y constatar su veracidad, pues aunque estamos más que dispuestos a aceptar su existencia, no estamos dispuestos a ser coparticipes de un vil engaño.