Se cuenta que en un pequeño pueblo llamado Azuqueca había una casa maldita, la llamada casa nº1 en la que habían pasado cosas terroríficas. Yo vivía muy cerca del enigmático lugar y siempre la tenía presente, así que un día decidí llamar a unos amigos para que me acompañasen, les pareció genial, una buena forma de descubrir si lo que se contaba sobre éste lugar era cierto o por el contrario era pura leyenda.
Éramos tres los que nos íbamos a enfrentar al miedo, sólo tres los que íbamos a entrar en la antigua casa. Ya eran cerca de las cuatro de la tarde, nos dirigíamos a la casa cuando al entrar en la misma calle nos encontramos la primera sorpresa. Estaba llena de policía y una ambulancia, según nos contaron el vecino de al lado de la casa nº1, había muerto con tan solo 31 años en extrañas circunstancias. Eso nos provocó tan mal rollo que reconsideramos entrar en la casa. Yo, personalmente interpreté que lo ocurrido era un primer aviso de la casa para que no nos acercásemos.

Pero nuestra curiosidad era muy fuerte como para echarnos atrás ahora. Así que decidimos entrar ese mismo día, por la noche. Habíamos quedado a las 11:30, poco antes salí de mi casa, sin que nadie se diera cuenta.
Nada más salir pensé que debería llamar para ver si finalmente se atrevían a entrar, y, justo en es preciso instante mi móvil sonó:
– Diga – ¿Qué pasa?-¿Quién eres?.
– Soy Cris. Ya he llegado.
– Vale, vale ya voy.
Y un instante después me llamó Dani, el también había llegado prácticamente.
Cuando llegué, estaban esperándome, tan tranquilos y de brazos cruzados, pero al verme saltaron sincronizadamente la verja. Inmediatamente y sin mediar palabra salté yo.
Ya dentro, en el garaje, acordamos no separarnos para no perdernos en la enorme casa. Había incertidumbre y miedo en el ambiente, pronto empezamos a sentir mucho frío y a escuchar ruidos extraños, pero a pesar del miedo que sentíamos decidimos subir a la planta superior.
Todo estaba destrozado, lleno de polvo y humedad, y cada paso que dábamos se escuchaba en toda la casa. De pronto pude ver una pequeña estatua y al alumbrar sobre ésta pude ver perfectamente un sombra que se dirigía a mis amigos. Algo extraño ocurrió porque el miedo que sentía no me dejaba reaccionar mientras veía a la misteriosa sombra como se los llevaba hacía la oscuridad del pasillo.
Cuando decidí salir, no podía escuchar a mis amigos, es más, no había un solo ruido en toda la casa, sólo el de mis pasos. Ahí fue cuando me asuste de verdad, y al mirar hacía el rellano de la escalera pude ver de nuevo a esa horrible sombra, parecía que me miraba y de pronto se movió hacia mi rápidamente. Eché a correr como pude, con todas mis fuerzas pero era más rápida. Todo estaba perdido, no tenía esperanza por sobrevivir, pero de pronto la figura se paró en seco, ante mi, en ese preciso instante pude escuchar de nuevo los gritos de mis amigos y la sombra subió a toda velocidad, así que aproveché para escapar.
Han pasado ya 2 años de aquello y todavía cuando los padres de mis amigos me ven me pregunta desesperados por sus hijos…

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