Los submarinos espia de EEUU

Norteamérica utilizó al menos cinco submarinos especialmente equipados para la interceptación de señales en los mares y océanos que rodean a la antigua Unión Soviética, así como en el Mediterráneo y en muchos otros enclaves estratégicos. En una entrevista concedida a CNN tras la publicación de su libro, Cristopher Drew explicó cómo se le ocurrió a un militar estadounidense la dea de “pinchar” los cables sumergidos. Fue una simple cuestión de sentido común.
El capitán James Bradley, del servicio de Inteligencia Naval de EE.UU., se encontraba de madrugada en su despacho del Pentágono pensando cómo lograr más inteligencia de señaeles de los soviéticos. Rememoró sus viajes a lo largo de Misisipí durante su juventud y se acordó de que en la ribera del río había carteles donde se indicaba el lugar donde se sumergía un cable eléctrico o telefónico. Bradley pensó que, si los norteamericanos lo hacían, seguramente también lo hicieran los rusos, y envió a uno de sus submarinos a rastrear la costa soviética en busca de señales y carteles que indicaran el lugar donde los cables terrestres se sumergían en el mar. Por supuesto, los encontraron. 
Excepto cuando los cables terminan en países donde los operadores de telecomunicaciones permiten el acceso a las organizaciones Comint (como en el Reino Unido y Estados Unidos), en principio parecerían seguros debido a la propia naturaleza del medio ambiente oceánico, pero en octubre de 1971 se demostró que esta seguridad era inexistente. Como explican detalladamente Cristopher Drew y Sherry Sontag en el libro antes mencionado, el submarino espía estadounidense USS Halibut visitó el mar de Ojotsk, situado al este de la antigua Unión Soviética, y grabó las comunicaciones transmitidas a la península de Kamchatka por un cable militar. 
¿QUE HAY BAJO EL LAGO VOSTOK?
El Halibut estaba equipado con un batiscafo totalmente visible en la popa del submarino. El artefacto fue calificado por la Marina norteamericana como un “vehículo sumergible de rescate”. Sin embargo, era una tapadera, porque el supuesto vehículo de rescate estaba en realidad soldado al submarino. Una vez sumergido, del batiscafo salieron varios buceadores a colocar bobinas de escucha en el cable.
Tras demostrar que se podía hacer, el USS Halibut volvió en 1972 para instalar junto al cable una cápsula de grabación de gran capacidad. Esta técnica no dañaba el cable y era improbable que pudiera detectarse fácilmente.
¿QUE HAY BAJO EL LAGO VOSTOK?
El dispositivo de 6 metros y 6 toneladas para “pinchar el cable soviético de comunicaciones secretas en el mar de Ojotsk
Como añade Duncan Campbell, la operación para intervenir el cable de Ojotsk siguió durante diez años más, “con viajes rutinarios de tres submarinos diferentes provistos de equipos especiales para recoger las cápsulas viejas e instalar otras nuevas; en ocasiones, más de una cada vez”. En 1979 se añadieron nuevos objetivos. “Ese verano, un submarino llamado USS Parche viajó desde San Francisco al mar de Barents por debajo del Polo Norte, e instaló una escucha en el cable próximo a Murmansk. La tripulación recibió una citación presidencial por su éxito”. 
Desgraciadamente para los norteamericanos, las escuchas del cable de Ojotsk terminaron en 1982 después de que un antiguo empleado de la NSA vendiera a la URSS la información con la ubicación exacta de las cápsulas. El nombre en clave de esta operación era “IVY BELLS” y una de aquellas cápsulas del cable de Ojotsk está actualmente en el museo de la antigua KGB de Moscú. Pero pese a ese fracaso, debido a la delación de un ex espía, “las escuchas del cable del mar de Barents continuaron en funcionamiento, indetectadas, hasta que la operación terminó en 1992”, según Duncan Campbell.
Equipado con propulsión nuclear, el USS Parche recibió la orden de integrarse en la VI Flota a mediados de los años 70. Su puerto asignado fue la base aeronaval de Rota, al sur de España. Durante seis meses, el USS Parche navegó por el Mediterráneo, supuestamente para vigilar el tránsito de buques y submarinos soviéticos, pero es muy probable que también “pinchara” o instalara cajas de grabación sobre los cables sumergidos en el lecho del Mediterráneo y en el estrecho de Gibraltar, porque la base de Rota acababa de inaugurar el “Centro de Apoyo Táctico” (Tactical Support Center, TSC) como servicio de inteligencia de la VI Flota. Una vez concluida su misión, el USS Parche fue destinado a otra base del Pacífico. Sin embargo, Duncan Campbell cree más probable que este sumergible “pinchara” los cables del Mediterráneo a lo largo de 1985, cuando regresó “para interceptar los que conectan Europa con África occidental” y, presuntamente, enlazarlos con el TSC de Rota. ya en los años 90, una vez finalizada la Guerra Fría, “el USS Parche se remodeló para alojar cápsulas y equipos de escucha más grandes, que podían instalarse por control remoto utilizando aparatos teledirigidos”. En la actualidad, “entre sus objetivos probables podrían encontrarse Oriente Próximo, el Mediterráneo, Asia oriental y Suramérica”, según Campbell. 
Bien, queda claro que los EE.UU. llevan varios años interceptando las comuniaciones submarinas, primero con el USS Halibut (SSN-587) y más tarde con el USS Parche (SSN-683). Conviene destacar varios aspectos: los EE.UU. son la única potencia, que se sepa a día de hoy, que ha conseguido el hito de obtener inteligencia de cables submarinos. Otro aspecto a destacar es que, hasta hace bien poco, la interceptación de las comunicaciones submarinas era relativamente sencilla y sólo requería de bobinas de inducción colocadas sobre los viejos cables de cobre. En el informe “Interception Capabilities 2000” realizado en 1999 por Duncan Campbell para el Parlamento Europeo, podemos encontrar una sección dedicada al espionaje submarino de las comunicaciones. Destaca una interesante fotografía de uno de los dispositivos de grabación recuperados or la antigua U.R.S.S. del Mar de Ojotsk

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