Misterios De Egipto: El Obelisco Inacabado De AsuáN


Impresionante vista aérea del obelisco de Asuán
El llamado Obelisco inacabado de Asuán, pesa 1,168 toneladas y tiene una altura de 42 metros, está situado en la cantera de Asuán, en el norte de Egipto. El obelisco se encuentra hasta nuestros días, en ese mismo lugar, la pregunta del por qué los egipcios no terminaron el obelisco o peor aún, por qué lo dejaron así, a medio construir, en la cantera, resulta ser un gran enigma y misterio para los arqueólogos y egiptólogos.
Según el egiptólogo Dr. Zahi Hawass, el obelisco era el símbolo de conexión entre el rey y el dios sol, Ra. Pero además, podría decirse que los obeliscos eran el símbolo de la precisión y el trabajo de los antiguos egipcios. Dejar uno a medio hacer, enterrado en la cantera, resulta ser sumamente intrigante.
La teoría más aceptada es que el obelisco se dejó de trabajar debido a que se resquebrajó en su parte central y ya era imposible su estabilidad y movilidad, sin embargo, vale preguntarse por qué no se destruyó o se usó esa roca en otro tipo de escultura o construcción. 
Lo cierto es que, para nosotros, gracias a esta extraña decisión de los trabajadores egipcios, el obelisco inacabado es hoy una fuente interesante para que los actuales estudiosos puedan apreciar cómo los canteros trabajaron la roca usando solo piedras, maderas y sogas. 
Cómo se trasladaban

Gráfico que explica cómo pudieron ser colocados los obeliscos
Uno de los hechos que todavía resulta ser un misterio, es cómo los antiguos egipcios trasladaban este tipo de monumentos. Hay que tomar en cuenta que los obeliscos era construcciones monolíticas, es decir, hechas de un solo bloque de piedra, y no podía ser trasladado por partes para luego ser “armados” tal como podría hacerse en nuestros días. Cómo pues, los egipcios lograron mover bloques, como el caso del obelisco de Asuán, de mil toneladas, por miles de kilómetros desde la cantera. 
Otro hecho que resulta difícil de comprender es cómo lo levantaban y lo colocaban perfecta y firmemente en la tierra, sin que este cayera o desestabilizara. Recordemos que el obelisco de Asuán tenía unos 42 metros de altura. 
Hay una teoría que señala que los obeliscos eran arrastrados o colocados sobre rodillos de madera (a manera de ruedas) hasta el río Nilo. Una vez allí era subido (aprovechando las inundaciones anuales del río) a una barca para su traslado. Cuando se llegaba al destino, el obelisco era bajado de la barca, y era arrastrado hasta el lugar específico en el que iba a ser erguido. El monumento era atado con sogas y gracias a una rampa tan alta como el obelisco, era levantado. 
Ahora bien, como hemos dicho, el obelisco salía de la cantera ya terminado, es decir, incluso los jeroglíficos eran tallados en la cantera, si a esto le sumamos que cualquier rajadura podía poner en riesgo tan delicada pieza, resulta difícil de pensar que no sufra ningún tipo de daño durante tan rústico traslado. Justamente, fue una fisura en la roca lo que, según estudiosos, evitó que se siguiera trabajando en el obelisco de Asuán. Cualquier accidente durante el traslado, hubiera comprometido, tan importante y valiosa pieza egipcia.
Fueron muchos los faraones que levantaron obeliscos en su honor, aunque ninguno de ellos fue tan grande como el de Asuán. En la actualidad, existen obeliscos en muchos lugares del mundo. Ciudades como Roma, Nueva York, Estambul, París y Londres, tienen sus propios obeliscos y todos ellos, fueron realizados con la roca de granito obtenida de las canteras de Asuán.