Ecuaciones para detectar vida en nuestra galaxia

Ecuaciones para detectar vida en nuestra galaxia

Para el cálculo han aplicado una idea astronómica de hace 200 años

Ecuaciones para detectar vida en nuestra galaxia

Hace doscientos años, los astrónomos se dieron cuenta de que las distancias de los planetas al sol seguían una especie de proporción, y que por tanto sus posiciones podían calcularse mediante una sencilla expresión matemática. El problema era que para que la ley se cumpliese, debería de haber un planeta aún por descubrir entre Marte y Júpiter, lo cual llevó al descubrimiento de Ceres, el mayor de los cuerpos del cinturón de asteroides. A aquella ley la conocemos hoy en día como Ley de Titius-Bode, y de nuevo está de actualidad porque dos astrónomos la han aplicado en aquellos exo-sistemas estelares de los cuales conocemos planetasgracias al Telescopio Espacial Kepler. ¿El resultado? Podrían existir cientos de miles de millones de planetas similares a la Tierra solo en nuestra galaxia, capaces de albergar vida. Pero si el cálculo es acertado ¿Dónde están nuestros iguales, seres inteligentes nacidos de otras estrellas?

La nueva investigación, dirigida por el estudiante de doctorado Tim Bovaird y su profesor asociadoCharley Lineweaver, de la ANU (Universidad Nacional de Australia), se ha apoyado como vemos en una idea bicentenaria que parece cumplirse bastante bien en nuestro propio sistema solar. Lo que han hecho es aplicar la misma vieja idea a los miles de exoplanetas descubiertos por el Telescopio Espacial Kepler. ¿Sabemos si la de Ley Titus-Bode se cumple en otros sistemas estelares? De momento no, para confirmarla necesitamos caracterizar varios exo-sistemas completos con todos sus mundos, algo que va a llevar su tiempo con nuestros medios actuales. Pero sin duda este trabajo se trata de un atractivo ejercicio de astronomía teórica.

Lo que si sabemos, por el trabajo del antes citado Telescopio Espacial Kepler, es que las estrellas estándar suelen contar con aproximadamente dos planetas en la zona “ricitos de oro”, que es aquella en la que la distancia que le separa de su sol le dota de una temperatura lo bastante cálida como para permitir la existencia de agua líquida superficie. (En algunos sitios simplemente llaman a esta área orbital estelar: zona de habitabilidad). Como vemos, la posibilidad de encontrar agua líquida se considera crucial para la emergencia de vida, al menos tal y como la conocemos en la Tierra.

Para los autores del trabajo, dado que los ingredientes para que la vida surja son abundantes en la galaxia, y puesto que también queda meridianamente claro que los ambientes amigables con la vida tampoco parecen escasear, cabría pensar que la mayoría de las estrellas pueden contar con planetas similares a la Tierra a su alrededor, lo cual nos deja con cientos de miles de candidatos a albergar vida solo en nuestra galaxia.

Ecuaciones para detectar vida en nuestra galaxia

Comparativa de tamaño de los exoplanetas Kepler-20e y Kepler-20f con la Tierra y Venus. (Crédito imagen: NASA/Ames …Pero esta última suposición nos lleva de nuevo a un contrasentido, conocido en el ámbito científico como Paradoja de Fermi. Si el universo está repleto de oportunidades para que la vida surja… ¿Cómo es que aún no hemos encontrado una raza inteligente capaz de construir radiotelescopios con los que comunicarse con nosotros? O mejor aún. ¿Por qué no ha aterrizado ya alguna nave espacial cerca de alguna sede de la ONU para hacer las presentaciones?

Para los autores del trabajo, “podría ser que exista algún otro cuello de botella que impida la aparición de vida que aún no hayamos sido capaces de detectar. También podría ser quelas civilizaciones inteligentes surgen y después se autodestruyen”.

Si este último es el caso, seguramente la Tierra podría extraer lecciones muy valiosas. Por desgracia, a diario vemos que asuntos como las luchas entre religiones, o las guerras producidas por la codicia humana (bien sea por aumentar fronteras, o el montante de recursos valiosos) hacen que el futuro para nuestra propia civilización no esté nada claro. Prueba de ello es el poder de los mercados, donde la obtención de beneficios económicos con produtos como el petróleo o el carbón, prima por encima del perjuicio ecológico que su uso conlleva al planeta. La humanidad debería haber cambiado hace décadas hacia métodos de generación energética limpios y renovables, pero todos sabemos que no es así.

Tal vez no seamos la primera civilización en la galaxia que teniendo un universo de posibilidades al alcance del grueso de su población, se vio abocada a la extinción por culpa del egoísmo de sus élites. ¡Y de verdad que espero equivocarme!

El preprint del trabajo publicado por Timothy Bovaird, Charles H. Lineweaver y Steffen K. Jacobsen (todos de la Universidad Nacional Australiana) puede leerse ya en Arxiv, y próximamente será publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.