El misterioso cubo de Gurlt

A lo largo de la historia, en nuestro mundo se han descubierto enigmáticos objetos. Nos referimos a “utensilios” de alta extrañeza como la Esfera negra de Ucrania o la “bola Betz”. Después de su aparición, estos objetos son analizados meticulosamente y juzgados por el ojo científico, antes de caer definitivamente en el olvido, de un momento para otro, casi tan inmediatamente, como cuando fueron encontrados.

Uno de los objetos más famosos y controvertidos es sin duda El cubo de Gurlt. El 13 de mayo de 1885, el Doctor Gurlt descubrió en una mina cerca de Salzburgo, Austria, un cubo –exactamente un paralelepípedo- con más de 12 millones de años de antigüedad, adherido a un bloque de carbón. Tenía los bordes ligeramente redondeados y unas inscripciones desconocidas, lo que agravó la curiosidad de su descubridor. No hay pruebas de que los humanos que existieron en esa época de la prehistórica, fueran capaces de manejar técnicas tan avanzadas como para trabajar el hierro y realizar obras de las proporciones de ese cubo. Recordemos que el dominio de los metales se logró hace apenas unos miles de años. Muchos investigadores opinaron que aquella era la prueba fiel de que civilizaciones de otras galaxias ya habían visitado la Tierra en tiempos prehistóricos, dejando este tipo de testimonios para futuras generaciones.

Las pruebas que se realizaron a este cubo, aumentaron el enigma: tenía un tamaño de 67 mm x 67 mm x 47 mm y un peso de casi 8 kg. Estaba confeccionado con un acero especial que contenía Níquel y muy poco Azufre, una aleación que difícilmente se encuentra en la naturaleza.

Un año después del hallazgo, el investigador publicó un texto en donde aseguraba que se trataba de un trozo de meteorito que había caído en la Tierra. Pero, las pruebas realizadas por los técnicos de la época concluían que “el cubo era un objeto elaborado con técnicas muy avanzadas y que dicha aleación no se producía en la naturaleza ni siquiera en el espacio exterior”.

Sin embargo, cansado de no tener respuestas sobre este extraño objeto, Gurlt tomó la decisión de donarlo al Museo de Ciencias de la ciudad de Salzburgo; Al pasar de los años hubo quien quisiera ocuparse nuevamente y de manera seria, del origen del cubo, pero éste ya no se hallaba donde estaba depositado, ya que en el año de 1910, de manera muy misteriosa el objeto desapareció y nada más se supo de él, a pesar de que fue buscado por numerosas personas. El hecho produjo un gran escándalo. Albert Gurlt quedó sospechado de “estafador”. Quienes sí le creyeron, saben a ciencia cierta que corporaciones que se “preocupan” por ocultar esta clase de sucesos se ocuparon de desprestigiarlo y hacer desaparecer el misterioso objeto.

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