UN CIENTÍFICO ADVIERTE QUE EL CONTROL DEL CLIMA PUEDE PROVOCAR UNA GUERRA NUCLEAR





El profesor Robock dijo: “Recibí una llamada telefónica de dos hombres que dijeron que trabajaban como consultores para la CIA y que querían saber como podríamos saber si algún otro país estaba controlando nuestro clima” “Yo les dije, que probablemente sabríamos que alguien lo hace, porque si esparces suficiente material en la atmósfera como para reflejar la luz solar, podríamos ser capaces de detectarlo y ver el equipamiento que utilizaran para realizar la aspersión de esos productos en la atmósfera” Robock dice que la investigación en geoingeniería debe estar abierta a nivel internacional para evitar que “se utilice con fines hostiles”. Durante la conferencia de prensa de la AAAS, al profesor Robock se le realizó una pregunta crucial, cuya respuesta solo puede calificarse de escalofriante. Se le preguntó cuál consideraba que era la mayor amenaza que representaba la tecnología de alternación del clima. “La respuesta es la guerra nuclear global”, respondió. “Si un país quiere controlar el clima de alguna manera, y otro país no quiere que eso suceda o si tratan de derribar los aviones que llevan a cabo estas técnicas…sin un acuerdo previo, eso podría provocar consecuencias terribles”
El profesor Robock dijo que los EE.UU. había utilizado las técnicas climáticas de manera hostil en la década de 1960. Durante la guerra de Vietnam, se sembraron las nubes sobre una ruta de suministro del Vietcong, para que se convirtiera en fangosa e intransitable. La CIA también había sembrado nubes sobre Cuba, para que lloviera y arruinara los culti9vos de caña de azúcar. El uso de las armas climáticas está prohibida por la Convención de modificación ambiental (ENMOD) de 1978. Un reciente informe publicado por la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. muestra a la comunidad de inteligencia de Estados Unidos entre los principales patrocinadores de sus investigaciones; que también incluye a la NASA, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), y al Departamento de Energía de Estados Unidos.