Cultus Maleficarum»: el libro más extraño de los Mitos de Cthulhu (después del Necronomicón)

 

 

«Cultus Maleficarum»: el libro más extraño de los Mitos de Cthulhu (después del Necronomicón)

Todos los admiradores de los Mitos de Cthulhude H.P. Lovecraft probablemente conocen al Necronomicón, aquel libro prohibido del árabe loco Abdul Alhazred. Lo que pocos saben es que existe otro libro, dentro del mismo ciclo, cuya historia es aún más misteriosa. Se lo conoce como Cultus Maleficarum, que significa: «el culto de las brujas»; y también como: El Manuscrito de Sussex (The Sussex Manuscript).

El primero en mencionar al Cultus Maleficarumfue August Derleth, en el relato de 1949: El testamento de Claiborne Boyd (The Testament of Claiborne Boyd), luego reeditado como: El barranco de Salapunco (The Gorge Beyond Salapunco). Allí, Derleth menciona un libroEl manuscrito de Sussex, sin brindar mayores referencias históricas, aunque aclara que es parte del canon de libros de los Mitos de Cthulhu.

Esa breve mención no fue casual. Años antes, August Derleth recibió una propuesta de un joven escritor de Nebraska, llamado Fred L. Pelton (1921-1950), quien había escrito una traducción alternativa del Necronomicón, a la cual llamó Cultus Maleficarum, o Manuscrito de Sussex. Derleth consideró añadir este libro a las próximas publicaciones de Arkham House, y su mención en El testamento de Claiborne Boydtenía el objetivo de despertar el interés de los lectores por una obra que luego él mismo publicaría.

El Cultus Maleficarum no se publicó en aquel entonces, aunque despertó algunas polémicas. Se dijo que la obra era incoherente, incluso absurda, y que no respetaba la filosofía de H.P. Lovecraft. En cierto modo, esto es cierto, pero ésa era precisamente la intención del autor. Además, el propio maestro de Providence ya había barajado la hipótesis de que todos los traductores del Necronomicón perdieron la cabeza, de manera tal que las incoherencias son una parte esencial de esas versiones.

Fred L. Pelton pensó el Cultus Maleficarum como una traducción inexacta, en inglés, de un fragmento de la versión en latín del Necronomicón (la de Olaus Wormius), realizada por un tal Fredericus Primus, barón de Sussex, en el año 1597; quizás como respuesta a la publicación del Malleus Maleficarum (El martillo de las brujas), un siglo atrás.

El Cultus Maleficarum cayó en el olvido hasta que, a principios de los años ’70, el escritor Edward P. Berglund encontró una misteriosa cita en la obra de Lin Carter: H.P. Lovecraft: los libros (H.P. Lovecraft: The Books), donde se hablaba del Manuscrito de Sussex. Berglund rastreó entonces el paradero de Fred L. Pelton y le envió una carta. Dos semanas después obtuvo una respuesta de parte de su hijo, John Pelton, quien le informaba que su padre había fallecido en 1950, y que él se encontraba en posesión del Cultus Maleficarum.

De los cuatro capítulos originales del Cultus Maleficarum solo sobrevivían tres, con apenas algunas páginas del cuarto. El primero describe la llegada de Cthulhu a nuestro mundo; el segundo narra su reinado y derrocamiento; y el tercero los ritos de su odioso culto, que de algún modo consiguió sobrevivir en las creencias de las brujas durante la Edad Media. Al parecer, el traductor apócrifo del Cultus Maleficarum, Fredericus Primus, también fue el líder del culto en el siglo XVI.

En aquella carta, el hijo de Fred L. Pelton asegura que su padre no solo concibió el Cultus Maleficarum, sino que también se embarcó en otra obra ambiciosa, titulada: Los Mitos de Cthulhu (The Cthulhu Mythos), donde aborda varios puntos fundamentales, sobre los que H.P. Lovecraft no incursionó demasiado: lenguaje y literatura, patrones generales de los Mitos, e historia y rituales.

Finalmente, el hijo de Pelton le envió a Berglund una copia del Cultus Maleficarum —a la cual se refiere como Manuscrito de Sussex—, junto con un interesante estudio lingüístico realizado por su padre.

Así comienza el misterioso Cultus Maleficarum:

Traducido al inglés por éste, tu siervo, y tomado de un viejo texto latino de Celso Olaus, llamado Wormius, a su vez proveniente de un manuscrito más antiguo escrito por Abdul-al-Hazred, quien aprendió los misterios y los terribles secretos en el desierto. Aquí se narra la historia del temible Cthulhu, los Antiguos, de Azathoth y sus legiones oscuras, de las glorias de R’lyeh, de sus ritos, y de aquel que espera soñando.

El Cultus Maleficarum discrepa claramente con el Multiverso de Lovecraft, ya que aquí Cthulhu y los Antiguos no son seres interdimensionales, sino básicamente extraterrestres de nuestro propio universo que llegaron a la Tierra mucho antes del advenimiento del hombre. Sin embargo, esto no necesariamente es así, ya que puede formar parte de las inexactitudes intencionales de la traducción de Fredericus Primus.

En cualquier caso, el Cultus Maleficarum siguió en el olvido hasta que, en 1989, finalmente fue publicado, aunque con muchos retoques y omisiones, tal vez para no importunar al maestro de Providence. Actualmente forma parte del canon de la Orden Tifoniana, la cual considera a H.P. Lovecraft como un profeta.