Próxima b, el exoplaneta más parecido y cercano a la Tierra, podría tener un «hermano»

 

 

Próxima b, el exoplaneta más parecido y cercano a la Tierra, podría tener un «hermano»
Recreación del exoplaneta Próxima b, que podría tener otro mundo cercanoEl exoplaneta más cercano a la Tierra podría tener un vecino inesperado. Esa es la extraordinaria conclusión a la que ha llegado un grupo de astrónomos de la Universidad de Turín, en Italia, tras detectar signos de la existencia de un nuevo “planeta candidato” alrededor de Próxima Centauri, una pálida enana roja situada apenas a 4,2 años luz de nosotros (se trata, de hecho, de la estrella más próxima al Sol) y en cuya órbita se encuentra Próxima b, un planeta rocoso, descubierto en 2016, muy similar al nuestro y que podría, incluso, ser habitable.

La existencia de este nuevo mundo, sin embargo, debe aún ser confirmada para que la noticia sea oficial. Si realmente estuviera ahí, recibiría el nombre de Próxima c. El anuncio fue hecho el pasado 12 de abril, durante la conferencia Breakthroug Discuss, celebrada en la Universidad de California en Berkeley. “Se trata solo de un candidato -dijo Mario Damasso, de la Universidad de Turín- . Y es muy importante subrayarlo”.

Damasso, junto s Fabio del Sordo, de la Universidad de Creta y un equipo de colegas, analizó las observaciones de Próxima Centauri llevadas a cabo por HARPS (High Accuracy Radial velocity Planet Searcher, o Instrumento de Búsqueda de Planetas de Velocidad Radial de Alta Precisión), instalado en uno de los telescopios del Observatorio Europeo Austral en La Silla, Chile. El instrumento está diseñado para observar los pequeños y casi imperceptibles movimientos de las estrellas cuando sufren el “tirón gravitatorio” de los planetas que tienen en órbita. Precisamente, los datos de HARPS ayudaron, en 2016, a descubrir Próxima b.

Como sabemos muy bien, Próxima b orbita alrededor de su estrella justo en su zona de habitabilidad, la distancia exacta para que el agua pueda existir en estado líquido sobre su superficie. Más cerca de ella, el agua se evaporaría. Más lejos, quedaría congelada.

Desde hace tres años, los científicos discuten sobre la posibilidad de que Próxima b sea capaz de albergar vida, como en la Tierra. Pero la cosa no está aún clara y se barajan diferentes posibilidades. Por ejemplo, es posible que el exoplaneta esté “anclado” gravitatoriamente a su estrella y le muestre (como hace la Luna con la Tierra) siempre la misma cara. En ese caso, el lado “diurno” de Próxima b sería extremadamente caliente, y el lado “nocturno”, extremadamente frío. Además, las intensas llamaradas que desprende Próxima Centauri podrían haber despojado a ese mundo alienígena de su atmósfera, en cuyo caso la vida tampoco sería posible.

Un mundo muy frío

Pero ese tipo de debates no afectarían a Próxima c, si finalmente se confirmara su existencia. De hecho, ese nuevo mundo, cuya masa mínima multiplicaría por seis la de la Tierra, orbita mucho más lejos de la estrella que Próxima b. De hecho, se encuentra a 1,5 Unidades Astronómicas de Próxima Centauri (una Unidad Astronómica equivale a 150 millones de km) y, por lo tanto, tiene muchas probabilidades de ser muy frío. Su temperatura media, según Damasso y Del Sordo, sería de 234 grados bajo cero.

La gran distancia entre el planeta y su estrella fue, sin duda, uno de los factores que han dificultado su detección. Y es que, a unos 225 millones de km, el “tirón gravitatorio” de Próxima c sobre Próxima Centauri sería extraordinariamente débil y difícil de observar. A pesar de todo, Damasso y sus colegas confían en que la detección podrá ser confirmada próximamente. Sus datos y conclusiones ya han sido enviadas a una revista científica y se publicarán en breve.

La confirmación definitiva del nuevo planeta podría llegar de la mano de nuevas observaciones del propio HARPS, o quizá de las llevadas a cabo por otros instrumentos similares, o las que haga la misión europea Gaia, que debería ser capaz de detectar el nuevo mundo. En todo caso, confirmar que la estrella más cercana al Sol tiene más de un planeta sería una gran noticia para los astrónomos. La nueva generación de telescopios, en efecto, tendrá la potencia y la resolución necesarias para fotografiarlos directamente.