Nuestra tecnologia avanZa mas rapido que nuestra conciencia

El desmedido y desequilibrado desarrollo tecnológico podría ser letal para la raza humana, puesto que al parecer no va acompañado de una evolución de la conciencia individual y ecológica en sentido proporcional.
Nuestra tecnologia avanZa mas rapido que nuestra conciencia


© Desconocido

¿En que momento el hombre va a darse cuenta de que el poder de innovación puede tener que restringirse y de la misma forma que económicamente no es deseable crecer indefinidamente, así también tecnológicamente puede que no sea necesario o deseable innovar indefinidamente?
~ Marshall McLuhan

 

La era electrónica hace del hombre un ángel, lo descorporiza. Lo convierte en software.
~ Marshall McLuhan

Nadie duda de que la humanidad ha logrado desarrollar en los últimos siglos, en una aceleración casi exponencial, una serie de tecnologías que para el hombre de hace 500, mil y 3 mil años atrás habrían sido difíciles de imaginar. Viene a la mente la famosa frase del escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke: “Una tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”. Nuestra tecnología en la actualidad es capaz de extender nuestros sentidos de tal manera que podemos ver en la profundidad del cosmos, comunicarnos instantáneamente a miles de kilómetros de distancia y computar información más rápido de lo que podemos pensar. Pronto, fantasean nuestros líderes en materia de ciencia y tecnología, podremos descargar nuestro cerebro – el equivalente a nuestra alma en esta era – a un soporte material para existir para siempre dentro de una máquina o como máquina que se sabe (post)humana.
Una explosión tecnológica así es imposible que no venga acompañada de cierta evolución intelectual. Creo que no se puede negar que el hombre ha logrado materializar cierto aspecto de su poder mental y dominar a la naturaleza – principalmente para producir aparatos que puedan hacer las cosas que su cuerpo y su mente no pueden hacer. Sin embargo, esto no necesariamente significa que estamos al nivel de nuestra tecnología o no al menos en nuestra totalidad, de manera integral, tanto individual como colectivamente, tomando en cuenta la gran desigualdad económica y educativa que existe. Vale preguntarnos aquí si tener acceso a mayor información nos convierte en personas más inteligentes y nos permite realmente conocernos mejor y tomar mejores decisiones; o, en otras palabras, ¿la información se transforma en conciencia?

No hay duda de que la información puede ser muy útil y puede ayudarnos a crecer, pero la cantidad de información no necesariamente significa mayor sabiduría. Sin orientación, sin capacidad de filtrar y sin el desarrollo crítico de las herramientas individuales para procesar, desechar o asimilar esa información, es probable que la información nos anegue, nos inunde, nos sature, nos enajene, nos fragmente.