¿Por qué la mayor parte de la gente que te rodea se muestra tan reacia a pensar que la conspiración sea una práctica habitual del Poder?

¿Por qué la mayor parte de la gente que te rodea se muestra tan reacia a pensar que la conspiración sea una práctica habitual del Poder?

“De este modo, el instinto de causalidad está condicionado y es excitado por el sentimiento de miedo. La pregunta relativa a la causa no debe dar como respuesta, en la medida de lo posible, una causa cualquiera, sino un determinado tipo de causa: una causa que tranquilice, que libere y que alivie”. (Friedrich Nietzsche, El ocaso de los ídolos, Los cuatro grandes errores, V)

“Las masas no tienen jamás sed de verdades. Ante las evidencias que las desagradan, se apartan, prefiriendo divinizar el error, si el error las seduce. Quien sabe ilusionarlas se convierte fácilmente en su amo; el que intenta desilusionarlas es siempre su víctima”. (Gustave Le Bon, Psicología de las masas, segunda parte, cap. II, 2)

“Los hombres son tan simples y están sujetos de tal modo a las necesidades del momento, que quien quiera engañar siempre encontrará a alguien que quiera ser engañado”. (Maquiavelo,El príncipe)

“Percatarse de todo esto y abandonar la adulación y el embellecimiento del pueblo es una primera exigencia para cualquier aproximación válida a las cuestiones sociales”. (Wilhelm Reich, El asesinato de Cristo, Cap. 7)

Seguro que más de una vez te habrás preguntado: ¿cómo es posible que después de que hayan aparecido tantas pruebas y evidencias que demuestran la participación de los servicios secretos del Imperio en la planificación y ejecución del 11S, la mayor parte de las personas que conoces se sigan tragando a pies juntillas la versión oficial de los hechos? ¿Cómo es posible que tengan el sentido común tan atrofiado para no cuestionarse acontecimientos que han llegado a tener consecuencias tan beneficiosas para el propio Poder? ¿Se trata de que son incapaces de ver, o de que, sencillamente, no quieren ver?

Gracias al sistema de valores capitalista, la inmensa mayoría de las personas que te rodean se han corrompido y degradado hasta tal punto que son incapaces de ver a los otros de otra manera que no sea como objetos de los que poder extraer algún tipo de beneficio personal. Cuestionarse, rechazar o enfrentarse a un sistema que les facilita esta posibilidad es algo que no entra dentro de sus planes, y, mucho menos, tener como aliado a alguien como tú, que les revela su falta de escrúpulos y su miseria por haber cimentado la base de su proyecto vital (del que tan orgullosos se sienten) sobre un sistema tan depravado y perverso como éste.

Ellos no te creen porque no tengas pruebas suficientes o porque tus argumentos sean inconsistentes, sino porque ignorándote tranquilizan su conciencia. Creerte supondría para ellos empezar a cuestionarse el castillo de arena que tantos años y esfuerzos les ha costado levantar, y en el que tan contentos viven con sus 500 canales de televisión, su Internet sin límites y sus smartphones con mensajería instantánea.

Por mucho que te esfuerces y por más pruebas que les des de la participación del Imperio en la demolición controlada de las torres gemelas, de los intereses de la farmafia en la consolidación de cuestiones como el SIDA o el Ébola, o de que partidos políticos como Podemos sean una creación del propio sistema de dominación para darse un lavado de imagen, no conseguirás convencerles de nada, lo único que obtendrás será desprecio por su parte (aunque, que personas así te desprecien, es algo que no debería importarte demasiado).

La cosa es muy sencilla: debes empezar a comprender que ellos carecen del valor y de la dignidad que a ti te sobran. En el fondo, no existe tanta diferencia entre la gente que no se cree la versión oficial del 11S y la que decide no tener conexión a Internet en su casa, no ver la programación televisiva, no participar en botellones o no entregar los mejores años de su vida a trabajos alienantes y embrutecedores; se trata de gente que ha decidido no participar (en la medida de sus posibilidades) en la depravación y corrupción generalizadas.

Por lo que no te desesperes más. Mientras quienes te rodean no decidan dejar de participar tan activamente en el sistema (o al menos reducir su grado de implicación en el mismo) como lo habían venido haciendo hasta ahora, no esperes convencerles de nada. Nunca cuestionarán algo en lo que tan implicados se encuentran.

En cualquier caso, tu labor nunca habrá sido en vano; muy por el contrario, habrá contribuido enormemente a que aún siga brillando una luz en este negro océano de miseria, que a muchos nos dice que no estamos solos. Además, no deja de ser un método tremendamente efectivo de autoprotección, al permitirte saber de forma muy rápida y eficaz que gente te puede interesar y de que gente deberías alejarte como si de la misma peste se tratase