Dullahan

Otro monstruo legendario irlandés es Dullahan, un nombre que puede traducirse como “hombre de negro”. Muchas veces retratado en la ficción y en los juegos de video contemporáneos, este mensajero de la muerte es la versión irlandesa del jinete sin cabeza.

Dullahan

Dullahan es un caballero sin cabeza que va montado sobre un caballo negro con ojos en llamas, cargando su cabeza bajo el brazo. Cuando deja de cabalgar, un ser humano muere. Algunas versiones de esta leyenda cuentan que Dullahan arroja baldes de sangre a las personas que se cruzan en su camino, mientras que otras dicen que él simplemente llama a la persona que morirá en breve.

Tal como sucede con la mayoría de las fuerzas del mal, el Dullahan tiene una debilidad: el oro. La criatura posee un miedo irracional a la sustancia, por eso, para cualquier viajero solitario que camina durante la noche, sería aconsejable cargar alguna joya de oro en caso de tener un encuentro con este monstruo. Si vives en México, esto último es una pésima idea por obvias razones.

Otro monstruo legendario irlandés es Dullahan, un nombre que puede traducirse como “hombre de negro”. Muchas veces retratado en la ficción y en los juegos de video contemporáneos, este mensajero de la muerte es la versión irlandesa del jinete sin cabeza.

Dullahan es un caballero sin cabeza que va montado sobre un caballo negro con ojos en llamas, cargando su cabeza bajo el brazo. Cuando deja de cabalgar, un ser humano muere. Algunas versiones de esta leyenda cuentan que Dullahan arroja baldes de sangre a las personas que se cruzan en su camino, mientras que otras dicen que él simplemente llama a la persona que morirá en breve.

Tal como sucede con la mayoría de las fuerzas del mal, el Dullahan tiene una debilidad: el oro. La criatura posee un miedo irracional a la sustancia, por eso, para cualquier viajero solitario que camina durante la noche, sería aconsejable cargar alguna joya de oro en caso de tener un encuentro con este monstruo. Si vives en México, esto último es una pésima idea por obvias razones.