Endulzantes artificiales: Envenenándote gota a gota

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​Endulzantes artificiales: Envenenándote gota a gota

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“¿Con cuantas gotitas el té?” Ésta frase es infaltable en la mesa de la mayoría de los chilenos y del mundo. Los endulzantes han llegado e invadido al mercado, presentándose en múltiples formatos, colores y variantes, para estar al alcance de cada usuario y luego escuchemos: “Dame otro trozo de torta, total, no estoy comiendo azúcar”.

Pero ya son muchos los estudios prospectivos a lo largo de los años que han mostrado asociación entre el consumo de edulcorantes artificiales con la ganancia de peso y con otras condiciones como la diabetes, fibromialgia, aprendizaje, memoria y percepción del gusto.

Los endulzantes artificiales pueden contribuir a la ganancia de peso de varias formas. La primera y más simple es que aquellos que sustituyen el azúcar por algún edulcorante no calórico, inmediatamente sienten la libertad de comer más cantidad de alimento, pues saben que no están consumiendo las calorías del azúcar. Esto obviamente tiene repercusión en el peso corporal.

Los endulzantes tienen un poder edulcorante mayor al del azúcar, por esto activan más número de receptores del sabor dulce en nuestro cerebro, de tal forma que mantienen constantes las ansias de consumir alimentos azucarados, para mantener activados estos receptores, provocando dependencia.

Finalmente, desde el punto de vista neurofisiológico, lo que ocurre cuando el cerebro registra la sensación de dulzura al consumir alimentos, es que se envían estímulos de ¡Comer! ¡Consúmelo! ¡Es bueno! ¡Necesitamos energía!, hasta que gracias al aumento de calorías ingeridas nuestros cuerpo logra saciar su apetito y nos dice que es momento de detenernos. Lo que ocurre con los endulzantes es que solo está presente el estímulo de dulzor y no las calorías, lo que provoca una acumulación de apetito que nos lleva a comer mayores cantidades de alimento en las próximas comidas.


La mayoría endulzantes  artificiales han sido vinculados a problemas de salud en estudios científicos, por lo menos la Stevia parece ser inofensiva, siempre y cuando se consuma en su forma original, es decir la hoja seca de la planta. Otros que se utilizan en el mercado:

  • El aspartamo, se ha asociado con el desarrollo de tumores cerebrales y linfomas, además de ser tóxico para usuarios que padezcan fenilcetonuria.
  • Respecto a la sacarina, estudios de los años 60 indicaban que podría ser cancerígena, por lo cual países, como Canadá, la retiraron del mercado. Sin embargo el año 2000 se reincorporó. Al año 2001 la tasa de incidencia de cáncer había aumentado. Hoy en día países como Canada y Francia prohiben su uso.
  • La sucralosa, es básicamente azúcar clorada, por lo tanto las preocupaciones de seguridad relacionadas con ésta giran en torno al hecho de que pertenecen la familia de cloruros orgánicos, algunos tipos de los cuales son tóxicos o cancerígenos. Las dioxinas, un subproducto procesado del cloro, tiene un efecto cancerígeno mayor que el DDT (un potente insecticida) después de todo, fue descubierta accidentalmente por los investigadores de pesticidas.
  • La tagatosa, es el nuevo aditivo sintético del mercado, está químicamente relacionado con la fructosa, pero es pobremente absorbido por el cuerpo, por esto aporta sólo un tercio de las calorías que el azúcar natural. Cabe señalar que corresponde a un endulzante no vegano, ya que se obtiene a través de la lactosa, el azúcar de la leche de vaca. Grandes cantidades causan diarrea, náuseas y flatulencia.