Mitología mesopotámica. “Los siete apkallu de Enki”

Representación neo-asiria de un pez-apkallu ó “suhurmasû”. Divinidad protectora. Templo de Ninurta en Nimrud. Siglo IX a.c. Kalhu (Iraq)

En la religión mesopotámica, el término “Apkallu” se usaba para definir a unos personajes míticos poseedores de un extraordinario saber. Compuesto por un grupo de siete,  se tomaba  como  tal a   legendarios héroes  componentes de las dinastías míticas sumerias anteriores al “diluvio universal”, o  “sa-lam-abubi” y que realizaron supuestos extraordinarios aportes a las florecientes civilizaciones de la “Creciente Fértil”. En los rituales sumerios-acadios de la época amorrito-babilónica, III milénio a.c.,  el nombre de “Ab.gal”  – apkallu en lengua sumeria – hace referencia a un erudito componente de la corte de los “Igigi del Reino del Apzu” –término sumerio-acadio para los Annunaki ó Annuna paleo-babilónicos. Dioses  principales que formaban parte de los séquitos de las supremas deidades mesopotámicas Anum, Enlil y Enki/Ea – y por tanto servidores del dios sumerio de “Las Aguas Terrenas y los Cañaverales” , Enki/Ea, por lo que se le denomina, entre otras muchas asignaciones, como “El Sabio de los Dioses” o “Apkallu-Ili”, mientras que a los primeros se les presenta como “Los siete apkallu de Eridu” – Entendiendo “Eridu” como la ciudad donde estaba el primigénio templo de Enki o “E-engur-a” – o como “Los siete apkallu del Apsu” y así aparecen en el mito sumerio-acadio de “Los Veintiún Remedios”. El título de “Apkallu-Ili” fue tomado por su hijo, según la cosmología amorrito-babilónica,  el dios Marduk.

« (11) Los hijos de lo profundo son siete; Ellos han purificado las aguas, las han serenado; las han hecho cristalinas (15) (Como) antes su padre, Ea, (Como) antes su madre Damkina. Serán puros, claros, claros » Pasaje de texto acadio (V R 51, pag 38-39)

Damkina o Dalmalguna,  primigénia deidad sumeria, esposa del En-lil, que en la época acadia pasó a ser parera de Ea, y por ello madre de los siete apkallu.  – A “La Gran Vaca Rampante” , “la Esposa de Eridú” (J. Black, 2006), o bien “La Señora del Mar”-.  Se la relaciona con la diosa  Ninhursag , “La Madre Tierra” en las dos primeras a acepciones.

En otra variante de éstas tradiciones sobre la adquisición del conocimiento por parte de  la humanidad situadas también en los tiempos anteriores al diluvio universal, están basadas en el protagonismo de estos apkallu. Las transliteraciones realizadas sobre el sumerio “Mito de los siete sabios” nos presentan a estos seres como “descendientes de los humanos” a quien el dios Ea proveyó de excelsos conocimientos – Ésta tradición mitológica es también recogida en el Antiguo Testamento. “Nephilim” que engendraron a  unos héroes  que posteriormente fueron divinizados: Los “Inim” sumerios ó Los “Elohim” y “Refaim”, de las culturas semítico-canaanea y sirio-ugarítica –

« Había gigantes en la tierra aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre» Génesis 6: 4 Biblia Reina Valera 1960.

En otros escritos,  “los Siete Sabios” figuran como criaturas que emergieron de los ríos y  son aquellos “quien aseguran el buen funcionamiento de los Planes del Cielo y de la Tierra” o  “musterisu usurat same u erseti”.

«Estos siete apkallu, carpas venidas del mar..; Estos siete apkallu nacidos en el río, para asegurar el buen funcionamiento de los planes en el Cielo y en la Tierra » Orientalía 30, 1961

Ésta tradición se entronca con la mítica de la creación del hombre, fruto de la rebelión de los dioses de Apsu/Apzu ante la exigencias de servidumbre que de ellos hacían los dioses del Cielo. Situación por la que Enki  se decide  a crear a unos seres, la humanidad, para que les sustituyan en tales tareas. Los apkallu son los “educadores” que hacen posible  que éstas funciones que van a asumir los hombres,  sean realizadas con la suficiente diligencia y efectividad – La alternancia dinástica de las ciudades sumerio-acadia, así como la incursiones de otros pueblos y la toma del poder por éstos últimos, eran tomadas como castigo por su supuesta ineficiencia proveedora hacia los dioses (Crónicas Werner) – Siguiendo las enseñanzas de Enki/Ea , estos seres divinos poseían la impronta de la sabiduría  así como el conocimiento en materias sociales, artesanales ó técnicas. Los textos describen la videncia, la magia y las ciencias de la medicina como atribuibles a los siete apkallu. Gilgamesh, El Conocedor de todas las Cosas”,  o “sa naqba imuru”, asumió también éste papel de  Ab-gal en la época anterior al diluvio  universal, apareciendo en un cilindro-sello como “El Maestro de los Apkallu”. En el curso de los acontecimientos tradicionales, los siete apkallu comenzaron a ser asociados como los referentes   de la fundación de las siete mas antiguas ciudades sumerias: Eridu, Ur, Nippur, Kullab, Kish, Lasgash y Suruppak. En la épica de Gilgamesh, los apkallu son llamados “Los Consejeros” o  “muntalki”y todos  aparecen implicados, en su sabiduría,  en la fundación de la ciudad de Ur, –Gilgamesh, I, 9; XI, 305. – De igual manera, tal y como refleja  los relatos épicos del dios Erra, los apkallu, terminado su trabajo, retornaron al Apsu, “El Reino de las Aguas Profundas”y nunca más fueron vistos.

« Los siete apkallu del Apsu, carpas sagradas, Quienes como Ea, su señor, fueron adornados por aquel con un ingenio extraordinario…» Pasaje de  “La Epopeya de Erra”. Texto neo-babilónico, siglo VIII a.c.

El apkallu Unanna/U-uno, el primero de los siete abgal –  Los otros fueron de U-un-dugga, Es-me-Duga, Es-me-galanna, En-me buluga, Un enlilda, y Utu-abzu – . fue quien sirvió  a la más antigua realeza de Eridu, donde era considerado como  “El Guardián del Pozo de la Sabiduría”. En algunos textos, “Adapa”, un sabio humano – a quien se identifica con Alulim I de Eridu, primer rey de  la historia sumeria. Personaje mítico que gobernó durante 28.800 años según la “lista real” –,  y quien vivió en  el año 2900 a.c.  aprox. , fue poseedor del título de “apkallu” o bien fue  asimilado a ellos,  de tal manera que fue tomado por  hijo  de Enki – consecuencia de la descendencia divina de la realeza de  Eridu – si bien ésta denominación debe ser  entendida como “en posesión de la sabiduría”, título que igualmente heredó su real descendencia.  Con el tiempo, Adapa, fue considerado  como sinónimo de “sabio”.  Un epónimo en lengua griega de Unanna fue Oannes, en la tradición posterior relatada por Berossos –  Siglo III a.c, Berossos, corrupción griega del nombre Bêl-rê-ušu ó “El Señor es mi Pastor/Guía” –, personaje que emergía diariamente del Mar de Eritrea, en los tiempos del primer rey de Eridu, para enseñar los “principios de la civilización”. Se le atribuye la entrega  del conocimiento de las escritura y la ciencia, así como de otros tipos de sabiduría.

« ..En cierta ocasión ocurrió que allí (en el “País del Mar”…), por primera vez, en la costa, un monstruo extraordinario, surgido del Mar de Eritrea y llamado Oannes. Todo su cuerpo era el de un pez y bajo esa cabeza tenía otra cabeza y unos pies parecidos a los de un hombre. Éste ser que se pasa sus días con los hombres sin tomar ningún alimento, les enseñó la escritura, todo tipo de ciencias y de técnicas, la construcción de templos, la jurisprudencia y la geometría; También les reveló el cultivo de cereales la recolección de los frutos; En suma, les dió todo aquello que constituye la vida civilizada. Y lo hizo hasta tal punto y de forma tan magnífica que, desde entonces, no se ha descubierto ninguna cosa importante. En el momento del ocaso, este monstruo Oannes volvía al mar para pasar las noches en el agua, pues era anfibio. »Pasaje de la Babyloniaka I (Historia de Babilonia, libro primero). Berossos, siglo IV a.c.

Bajorrelieve neo-asirio de un mushen-apkallu ó pájaro-apkallu. Dios protector. Palacio Real de Nimrud. Siglo IX a.c. Kalhu (Iraq)

No sólo cualificadas divinidades y grandes héroes poseyeron la denominación de apkallu, pues fue título  reivindÎicado por los reyes del imperio neo-asirio.   Así Senaquerib I , 705- 681 a.c.,  afirmaba haber estado adornado con los mismas excelencias que el apkallu Adapa –  según textos de “Los anales de Senaquerib” – y su posterior sucesor Assurbanipal I proclamaba que su maestría en el conocimiento de los artes de la escritura,  se debían a “la intercesión del apkallu Adapa en la posesión de los secretos de los escribas, así como de  sus esotéricos secretos”, según “Assurbanipal und die letzten Assyrischen Könige”,hasta  punto de afirmar que era heredero de un apkallu, Senaquerib, y de su maestro, Adapa.Probablemente en los tiempos del imperio neo-asirio, éste concepto  de “apkallu” se divulgará también entre  arameos y tribus arábigas – como Aphkala o  personalidad prominente  del culto religioso – , así como entre las poblaciones nabateas, y de Palmira, se tuvo como sinónimo de  “sacerdote”  e incluso se conocen inscripciones donde aparece una reina arábiga llamada Apkallatu que debemos englobar dentro de los sinónimos de “poseedores de la sabiduría”.

« (34) En el (…) de la Tierra Superior, el depositó a los espíritus de la sabiduría (35) ]En el] (…) de la Tierra Media, el acomodó a Ea, su padre. (36) (…) El no dió por olvidada la rebelión (37) [En el (…) de la Baj]a Tierra, El expulsó a los 600 Anunnaki » Pasaje de “Los niveles del Universo” KAR 307 (VAT 08917) Texto neo-asirio (912-612 a.c.)

Las referencias a otra vertiente de apkallu, los “sebittu”o “sibittu” neo- asirios,  aparecen en los rituales  de “bit-meseri” –  O de “Cámara Cerrada”, Kummu, cf. III .B.6. Dar un sentido de protección para impedir la entrada de demonios o enemigos en una habitación – ó bien de exorcismos “bit-ameli” para el conjunto de la casa – Recordar que las enfermedades en la tradición mesopotámica se consideraban “posesiones demoníacas” –.  Se pueden distinguir,  según estas liturgias, tres tipos de apkallu: Los siete antropomorfos, los “umu-apkallu”, que se colocaban en la cabecera de la cama del hombre enfermo, los siete  “ku-apkallu”con cuerpo de pez y faz humana, los guardianes del umbral de la habitación y se colocaban en dos grupos, en el quicio y en el fondo de la habitación. Las figurillas de los “umu-apkallu” se realizaban en madera, mientras que los “ku-apkallu” y los “mushen-apkallu”,apkallu con cuerpo humano y cabeza de pájaro,  se realizaban en arcilla.

Nota: Es de apreciar, en referencia a los “ku-apkallu”,  que diversos dioses y grandes divinidades mesopotámicas tuvieron, si nó siempre en algún momento, sus mismas “características físicas”, así el dios Dagan, (no confundir con el dios Dagón filisteo al que posiblemente habría que  relacionar mejor con el dios Potneidas/Poseidon…) como el epónimo de Haburitum ó “dios del río Khabur”, aparece del tal guisa.

(En referencia a las creencias del mundo griego…) «Detrás de los sobrenaturales seres de ésta estructura, como detrás de todos los seres sobrenaturales del resto, encontraremos  que allí ha habido, en todos los casos, una personalidad humana…» Pasaje de “Los principios de la Sociología”, Herbert Spencer, año 1876. d.c. Texto basado en las teorías del filósofo griego Euhemero, 320-260 a.c. sobre la primigénia naturaleza humana de los dioses del Olimpo de Tesalia.

Representación neo-asiria de un pez-apkallu ó “suhurmasû”. Divinidad protectora. Templo de Ninurta en Nimrud. Siglo IX a.c. Kalhu (Iraq)

En la religión mesopotámica, el término “Apkallu” se usaba para definir a unos personajes míticos poseedores de un extraordinario saber. Compuesto por un grupo de siete,  se tomaba  como  tal a   legendarios héroes  componentes de las dinastías míticas sumerias anteriores al “diluvio universal”, o  “sa-lam-abubi” y que realizaron supuestos extraordinarios aportes a las florecientes civilizaciones de la “Creciente Fértil”. En los rituales sumerios-acadios de la época amorrito-babilónica, III milénio a.c.,  el nombre de “Ab.gal”  – apkallu en lengua sumeria – hace referencia a un erudito componente de la corte de los “Igigi del Reino del Apzu” –término sumerio-acadio para los Annunaki ó Annuna paleo-babilónicos. Dioses  principales que formaban parte de los séquitos de las supremas deidades mesopotámicas Anum, Enlil y Enki/Ea – y por tanto servidores del dios sumerio de “Las Aguas Terrenas y los Cañaverales” , Enki/Ea, por lo que se le denomina, entre otras muchas asignaciones, como “El Sabio de los Dioses” o “Apkallu-Ili”, mientras que a los primeros se les presenta como “Los siete apkallu de Eridu” – Entendiendo “Eridu” como la ciudad donde estaba el primigénio templo de Enki o “E-engur-a” – o como “Los siete apkallu del Apsu” y así aparecen en el mito sumerio-acadio de “Los Veintiún Remedios”. El título de “Apkallu-Ili” fue tomado por su hijo, según la cosmología amorrito-babilónica,  el dios Marduk.

« (11) Los hijos de lo profundo son siete; Ellos han purificado las aguas, las han serenado; las han hecho cristalinas (15) (Como) antes su padre, Ea, (Como) antes su madre Damkina. Serán puros, claros, claros » Pasaje de texto acadio (V R 51, pag 38-39)

Damkina o Dalmalguna,  primigénia deidad sumeria, esposa del En-lil, que en la época acadia pasó a ser parera de Ea, y por ello madre de los siete apkallu.  – A “La Gran Vaca Rampante” , “la Esposa de Eridú” (J. Black, 2006), o bien “La Señora del Mar”-.  Se la relaciona con la diosa  Ninhursag , “La Madre Tierra” en las dos primeras a acepciones.

En otra variante de éstas tradiciones sobre la adquisición del conocimiento por parte de  la humanidad situadas también en los tiempos anteriores al diluvio universal, están basadas en el protagonismo de estos apkallu. Las transliteraciones realizadas sobre el sumerio “Mito de los siete sabios” nos presentan a estos seres como “descendientes de los humanos” a quien el dios Ea proveyó de excelsos conocimientos – Ésta tradición mitológica es también recogida en el Antiguo Testamento. “Nephilim” que engendraron a  unos héroes  que posteriormente fueron divinizados: Los “Inim” sumerios ó Los “Elohim” y “Refaim”, de las culturas semítico-canaanea y sirio-ugarítica –

« Había gigantes en la tierra aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre» Génesis 6: 4 Biblia Reina Valera 1960.

En otros escritos,  “los Siete Sabios” figuran como criaturas que emergieron de los ríos y  son aquellos “quien aseguran el buen funcionamiento de los Planes del Cielo y de la Tierra” o  “musterisu usurat same u erseti”.

«Estos siete apkallu, carpas venidas del mar..; Estos siete apkallu nacidos en el río, para asegurar el buen funcionamiento de los planes en el Cielo y en la Tierra » Orientalía 30, 1961

Ésta tradición se entronca con la mítica de la creación del hombre, fruto de la rebelión de los dioses de Apsu/Apzu ante la exigencias de servidumbre que de ellos hacían los dioses del Cielo. Situación por la que Enki  se decide  a crear a unos seres, la humanidad, para que les sustituyan en tales tareas. Los apkallu son los “educadores” que hacen posible  que éstas funciones que van a asumir los hombres,  sean realizadas con la suficiente diligencia y efectividad – La alternancia dinástica de las ciudades sumerio-acadia, así como la incursiones de otros pueblos y la toma del poder por éstos últimos, eran tomadas como castigo por su supuesta ineficiencia proveedora hacia los dioses (Crónicas Werner) – Siguiendo las enseñanzas de Enki/Ea , estos seres divinos poseían la impronta de la sabiduría  así como el conocimiento en materias sociales, artesanales ó técnicas. Los textos describen la videncia, la magia y las ciencias de la medicina como atribuibles a los siete apkallu. Gilgamesh, El Conocedor de todas las Cosas”,  o “sa naqba imuru”, asumió también éste papel de  Ab-gal en la época anterior al diluvio  universal, apareciendo en un cilindro-sello como “El Maestro de los Apkallu”. En el curso de los acontecimientos tradicionales, los siete apkallu comenzaron a ser asociados como los referentes   de la fundación de las siete mas antiguas ciudades sumerias: Eridu, Ur, Nippur, Kullab, Kish, Lasgash y Suruppak. En la épica de Gilgamesh, los apkallu son llamados “Los Consejeros” o  “muntalki”y todos  aparecen implicados, en su sabiduría,  en la fundación de la ciudad de Ur, –Gilgamesh, I, 9; XI, 305. – De igual manera, tal y como refleja  los relatos épicos del dios Erra, los apkallu, terminado su trabajo, retornaron al Apsu, “El Reino de las Aguas Profundas”y nunca más fueron vistos.

« Los siete apkallu del Apsu, carpas sagradas, Quienes como Ea, su señor, fueron adornados por aquel con un ingenio extraordinario…» Pasaje de  “La Epopeya de Erra”. Texto neo-babilónico, siglo VIII a.c.

El apkallu Unanna/U-uno, el primero de los siete abgal –  Los otros fueron de U-un-dugga, Es-me-Duga, Es-me-galanna, En-me buluga, Un enlilda, y Utu-abzu – . fue quien sirvió  a la más antigua realeza de Eridu, donde era considerado como  “El Guardián del Pozo de la Sabiduría”. En algunos textos, “Adapa”, un sabio humano – a quien se identifica con Alulim I de Eridu, primer rey de  la historia sumeria. Personaje mítico que gobernó durante 28.800 años según la “lista real” –,  y quien vivió en  el año 2900 a.c.  aprox. , fue poseedor del título de “apkallu” o bien fue  asimilado a ellos,  de tal manera que fue tomado por  hijo  de Enki – consecuencia de la descendencia divina de la realeza de  Eridu – si bien ésta denominación debe ser  entendida como “en posesión de la sabiduría”, título que igualmente heredó su real descendencia.  Con el tiempo, Adapa, fue considerado  como sinónimo de “sabio”.  Un epónimo en lengua griega de Unanna fue Oannes, en la tradición posterior relatada por Berossos –  Siglo III a.c, Berossos, corrupción griega del nombre Bêl-rê-ušu ó “El Señor es mi Pastor/Guía” –, personaje que emergía diariamente del Mar de Eritrea, en los tiempos del primer rey de Eridu, para enseñar los “principios de la civilización”. Se le atribuye la entrega  del conocimiento de las escritura y la ciencia, así como de otros tipos de sabiduría.

« ..En cierta ocasión ocurrió que allí (en el “País del Mar”…), por primera vez, en la costa, un monstruo extraordinario, surgido del Mar de Eritrea y llamado Oannes. Todo su cuerpo era el de un pez y bajo esa cabeza tenía otra cabeza y unos pies parecidos a los de un hombre. Éste ser que se pasa sus días con los hombres sin tomar ningún alimento, les enseñó la escritura, todo tipo de ciencias y de técnicas, la construcción de templos, la jurisprudencia y la geometría; También les reveló el cultivo de cereales la recolección de los frutos; En suma, les dió todo aquello que constituye la vida civilizada. Y lo hizo hasta tal punto y de forma tan magnífica que, desde entonces, no se ha descubierto ninguna cosa importante. En el momento del ocaso, este monstruo Oannes volvía al mar para pasar las noches en el agua, pues era anfibio. »Pasaje de la Babyloniaka I (Historia de Babilonia, libro primero). Berossos, siglo IV a.c.

Bajorrelieve neo-asirio de un mushen-apkallu ó pájaro-apkallu. Dios protector. Palacio Real de Nimrud. Siglo IX a.c. Kalhu (Iraq)

No sólo cualificadas divinidades y grandes héroes poseyeron la denominación de apkallu, pues fue título  reivindÎicado por los reyes del imperio neo-asirio.   Así Senaquerib I , 705- 681 a.c.,  afirmaba haber estado adornado con los mismas excelencias que el apkallu Adapa –  según textos de “Los anales de Senaquerib” – y su posterior sucesor Assurbanipal I proclamaba que su maestría en el conocimiento de los artes de la escritura,  se debían a “la intercesión del apkallu Adapa en la posesión de los secretos de los escribas, así como de  sus esotéricos secretos”, según “Assurbanipal und die letzten Assyrischen Könige”,hasta  punto de afirmar que era heredero de un apkallu, Senaquerib, y de su maestro, Adapa.Probablemente en los tiempos del imperio neo-asirio, éste concepto  de “apkallu” se divulgará también entre  arameos y tribus arábigas – como Aphkala o  personalidad prominente  del culto religioso – , así como entre las poblaciones nabateas, y de Palmira, se tuvo como sinónimo de  “sacerdote”  e incluso se conocen inscripciones donde aparece una reina arábiga llamada Apkallatu que debemos englobar dentro de los sinónimos de “poseedores de la sabiduría”.

« (34) En el (…) de la Tierra Superior, el depositó a los espíritus de la sabiduría (35) ]En el] (…) de la Tierra Media, el acomodó a Ea, su padre. (36) (…) El no dió por olvidada la rebelión (37) [En el (…) de la Baj]a Tierra, El expulsó a los 600 Anunnaki » Pasaje de “Los niveles del Universo” KAR 307 (VAT 08917) Texto neo-asirio (912-612 a.c.)

Las referencias a otra vertiente de apkallu, los “sebittu”o “sibittu” neo- asirios,  aparecen en los rituales  de “bit-meseri” –  O de “Cámara Cerrada”, Kummu, cf. III .B.6. Dar un sentido de protección para impedir la entrada de demonios o enemigos en una habitación – ó bien de exorcismos “bit-ameli” para el conjunto de la casa – Recordar que las enfermedades en la tradición mesopotámica se consideraban “posesiones demoníacas” –.  Se pueden distinguir,  según estas liturgias, tres tipos de apkallu: Los siete antropomorfos, los “umu-apkallu”, que se colocaban en la cabecera de la cama del hombre enfermo, los siete  “ku-apkallu”con cuerpo de pez y faz humana, los guardianes del umbral de la habitación y se colocaban en dos grupos, en el quicio y en el fondo de la habitación. Las figurillas de los “umu-apkallu” se realizaban en madera, mientras que los “ku-apkallu” y los “mushen-apkallu”,apkallu con cuerpo humano y cabeza de pájaro,  se realizaban en arcilla.

Nota: Es de apreciar, en referencia a los “ku-apkallu”,  que diversos dioses y grandes divinidades mesopotámicas tuvieron, si nó siempre en algún momento, sus mismas “características físicas”, así el dios Dagan, (no confundir con el dios Dagón filisteo al que posiblemente habría que  relacionar mejor con el dios Potneidas/Poseidon…) como el epónimo de Haburitum ó “dios del río Khabur”, aparece del tal guisa.

(En referencia a las creencias del mundo griego…) «Detrás de los sobrenaturales seres de ésta estructura, como detrás de todos los seres sobrenaturales del resto, encontraremos  que allí ha habido, en todos los casos, una personalidad humana…» Pasaje de “Los principios de la Sociología”, Herbert Spencer, año 1876. d.c. Texto basado en las teorías del filósofo griego Euhemero, 320-260 a.c. sobre la primigénia naturaleza humana de los dioses del Olimpo de Tesalia.