¿Podría la Atlántida haber estado en Bolivia?

​¿Podría la Atlántida haber estado en Bolivia?

El Salar de Uyuni boliviano, bien conocido por su planicie de sal parecida a un espejo, y la montaña vecina, Pampa Aullagas, podrían haber albergado la legendaria civilización perdida de la Atlántida, según el autor Jim Allen. Allen trabajó como intérprete de fotografías aéreas para el ejército británico y, tras explorar las imágenes del Salar de Uyuni, así como las características de sus alrededores, ha observado similitudes clave entre esta región y las antiguas descripciones griegas del supuesto mito de la Atlántida.

Allen ha explicado que el filósofo Platón escribió sobre un continente llamado Atlántiday sobre una ciudad-isla, también llamada Atlántida e indicó que habría sido sólo la ciudad-isla la que se habría sumergido en un solo día y una sola noche. Su teoría es que América del Sur es, ni más ni menos, el continente perdido de la Atlántida, y que la ciudad-isla hundida estaba situada, precisamente, en la montaña Pampa Aullagas.

¿Podría la Atlántida haber estado en Bolivia?

Manuscrito medieval de una traducción al latín del Timeo de Platón realizada por Calcidio. Biblioteca Vaticana ( Public Domain )

Asimismo, Allen asegura que las leyendas locales que hablan sobre la inundación de una ciudad, donde todos sus habitantes se ahogaron, también coinciden con algunas de las descripciones de Platón. Tras estudiar una selección de las características de la Atlántida, tal y como es mencionada por Platón, y comparar estas características con las de América del Sur y la montaña Pampa Aullagas, destacamos a continuación algunas de sus conclusiones :

1 – Tamaño

El continente de la Atlántida era tan grande como el norte de África y Asia juntas, según Platón. América del Sur es de este tamaño. Además, Allen señaló que es más fácil imaginar una ciudad-isla sumergida bajo el agua, que una masa de tierra tan colosal como el continente descrito

2 – La planicie rectangular

Según Platón, había una gran planicie rectangular en uno de los extremos del inmenso continente hundido. Para Allen dicho lugar se corresponde con el Salar de Uyuni , puesto que coincide con las dimensiones que Platón menciona de dicha planicie: “3.000 estadios de largo por cada lado y 2.000 estadios de ancho en el centro”. Un estadio era una unidad de medida que en la antigua Grecia equivalía a unos 600 pies o 180 metros.

3 – Franjas de tierra separadas por el agua

Platón describe la ciudad de la Atlántida con un diseño circular formado por franjas de tierra separadas a su vez por franjas circulares de mar. Las franjas de tierra estaban interconectadas por puentes. La parte superior de Pampa Aullagas muestra signos de anillos parcialmente erosionados por la tierra y el agua . Es decir, si el nivel de agua en las cercanías del lago Poopó era mayor en el pasado, los anillos de la parte superior de Pampa Aullagas habrían estado llenos de agua y conectados con el lago a través de un canal de 50 estadios de longitud (unos 5 kilómetros). Por tanto, el número y dimensiones de anillos de agua y tierra encajan con la descripción realizada por Platón acerca de la Atlántida.

¿Podría la Atlántida haber estado en Bolivia?

Recreación artística de la Atlántida basada en la descripción de Platón

4 – Metales preciosos (¿Incluían al misterioso Oricalco?)

Oro, plata, cobre, estaño y oricalco podían encontrarse en abundancia en la Atlántida . Estos metales eran necesarios para cubrir las paredes del templo y la pared concéntrica anillada que rodeaba el centro de la Acrópolis y, casualmente, todos estos metales se encuentran en la zona de Pampa Aullagas, según afirma Allen. Cierto es que arqueólogos e historiadores no están seguros de a qué se refería Platón con el término “oricalco”, ni de si se puede encontrar o no en la naturaleza, pero el oricalco era el segundo metal más precioso que se hallaba en la Atlántida.

Allen cree que se trataba de una aleación natural de oro y cobre que se encuentra en Los Andes y que es conocida en la zona como tumbaga. La tumbaga ha sido muy valorada en la región a lo largo de la historia, ya que es más dura que el cobre sin dejar de ser maleable. Su superficie también puede ser tratada para disolver el cobre y dejar sólo el oro, adoptando así un aspecto de oro puro.