El control mental de los medios masivos de comunicación

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El control mental de los medios masivos de comunicación

En los años 40, Walt Disney, Warner Brothers (con sus dibujos animados de Looney Tunes), Marvel y DC cumplían un rol no solo comercial y de entretenimiento, sino tenían una responsabilidad con el gobierno de Estados Unidos. Como tales, y para cumplir con su condición de corporaciones americanas, producían propaganda directa y sin complejos. El pato Donald tenía horribles pesadillas en que vivía en la alemania Nazi, Bugs Bunny se burlaba de la miopía de los japoneses y el capitán América propinaba un puñetazo al mismísimo Hitler. Las aventuras de estos personajes queridos por el público se mostraron efectivos en motivar a los americanos a luchar por su gobierno, estilo de vida y el camino americano. Del mismo modo que lo hacían los alemanes y los rusos, Estados Unidos gestaba una cultura mediática dispuesta a favorecer su política exterior, y en este caso sería una cultura global.Borrador automático

Y las cosas no cambiaron después de la guerra.

A través de la historia subsiguiente, los medios de comunicación siguieron aprovechándose como la herramienta más influyente en la opinión pública. Durante los años 80 y en plena guerra fría, la exaltación del militarismo alcanzaba nuevos niveles, en películas como Top Gun, Rambo, series infantiles G. I. Joe, entre otros. Y ahora es imposible no ver el impacto que tienen los medios en la cultura, que parece incrementarse cada año, en que grandes y chicos están saturados y rodeados de medios de comunicación y sus influencias.

Manufacturando el consenso

Walter Lippman fue un intelectual y periodista norteamericano, quien afirmaba que las masas eran una «gran bestia» que debía ser guiada por una élite intelectual, quienes prepararan un periodismo que las masas pudieran asimilar y tomar como cierto. Uno de las tesis de sus libros era la necesidad «manufacturar el consenso», es decir, manipular la opinión pública para guiarla a las políticas de la élite. Por lo tanto, la élite decide por las masas. Lippman pasó a ser miembro del Concilio de Relaciones Exteriores, que posee miembros como David Rockefeller, Hillary Clinton y CEOs de compañías como CBS, Nike, Coca-Cola y Visa.

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Walter Lippmann, ganador del premio Pulitzer y creador del término «consenso manufacturado».

Como podemos ver a través del tipo de contenido, siempre respondiendo a una situación geopolítica o una agenda social. Los medios de comunicación son dirigidos por un grupo de personas cinco compañías, las cuales han comprado progresivamente a su competencia. Estas cinco compañías son: AOL Time Warner, Viacom, Disney, Vivendi Universal(dueño de Universal y la mayoría de compañías disqueras más famosas), y Sony.

Una élite esotérica

Si podemos corroborar a los medios de comunicación masiva con las agencias de inteligencia, podemos afirmar que las décadas de estudio en psicología y psiquiatría dieron fruto para crear una propaganda más poderosa. Al desarrollarse las ciencias y pasar de mensajes propagandísticos directos, las técnicas se volvieron más sutiles y efectivas.

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«La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones organizados de las masas es un elemento de importancia en la sociedad democrática. Quienes manipulan este mecanismo oculto de la sociedad constituyen el gobierno invisible que detenta el verdadero poder que rige el destino de nuestro país.» – Edward Bernays, sobrino de Sigmund Freud y pionero mundial de las relaciones públicas.

Otros términos importantes para comprender son el inconsciente colectivo, acuñado por Carl Jung para referirse a símbolos primitivos con los que se expresa el subconsciente del hombre, éstos se manifiestan por medio de arquetipos o figuras simbólicas. El escritor Joseph Campbell demostró que dichos arquetipos se encuentran en mitologías alrededor del mundo, tanto que se repiten en las historias, novelas y películas de la actualidad. Estos mensajes son agradables para la audiencia porque resuenan en nuestra mente y son parte de nuestra memoria

ancestral.

 

Estos símbolos resuenan en nuestra mente y demostramos fascinación e identificación natural. Por lo tanto, estos arquetipos pueden influir en nuestra percepción, aún para aquellos que no conocen el significado esotérico.

En las últimas décadas podemos encontrar algunos temas recurrentes, que podrán ver manifestados en los análisis de estos grupos. Los conocedores del arquetipo conocen significados profundos y esotéricos. Por ejemplo, las serpientes y dragones y la dualidad. Al ver la profundidad y lo comunes que son ciertos símbolos en los medios, podemos concluir que en Hollywood hay otra religión esotérica, heredada de la cábala y varias escuelas mistéricas.

La gente que busca poder suele buscarlo en lugares oscuros. Si el ocultismo promete poder e iluminación, es seguro que las élites lo buscarán. Esto se manifiesta en rituales masivos, al estilo masónico y cada vez más comunes, cada uno cargado de simbolismos.

¿Es todo una coincidencia? ¿Es posible afirmar, frente a representaciones directas de temas esotéricos, que todo es una casualidad?

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Maddona, quien se convirtió a la Cábala, representando el arcano del Carro durante el Superbowl.

Las cosas están frente a nuestros ojos, y si bien es imposible determinar el significado completo, el cual estaría reservado a los internos, con cierto conocimiento podemos aproximarnos a sus propósitos.

Los productores son parte de un sumo sacerdocio cabalístico, con un programa sistemático de rituales e iniciaciones. .Su conocimiento científico de la mente humana está a la vanguardia, y es utilizado para perpetuar su agenda, y más allá de eso, crear una nueva religión, una nueva moral y un nuevo orden mundial