Estudio científico: Se avecinan grandes terremotos y una mini edad de hielo

Estudio científico: Se avecinan grandes terremotos y una mini edad de hielo

Nuestro planeta ya no tiene la amenaza de un “calentamiento global” como todos pensaban, sino que estaría ad portas de ingresar a una mini época glacial con devastadoras consecuencias para quienes viven sobre ella.

Así lo advierte un reciente estudio efectuado por el meteorólogo y astrofísico británico Piers Corbyn, que sostiene que la actividad solar está disminuyendo a un ritmo sumamente acelerado. Se prevé que esta tendencia se mantendrá por los próximos cuatro años alcanzando un mínimo entre 2019 y 2020, y que tendrá que pasar hasta 15 años para que el sol vuelva a su actividad normal.

“Nos encontramos ante un declive de la actividad solar y estamos dirigiéndonos hacia un período de más inactividad. Esto puede causar un cambio en las corrientes en chorro de la atmósfera y que se desplacen hacia el sur, provocando que se enfríen las latitudes templadas, en donde se encuentran Europa, Reino Unido y América del Norte”, alertó el experto al diario británico “Express”.

Como consecuencia de lo anterior, “las temperaturas bajarán, lo que conducirá a la congelación del agua del océano y a la formación de hielo en las costas de Europa”. “Esperamos que se produzca una mini era glacial”, afirma.

 Devastadores movimientos sísmicos

El astrofísico ha encontrado un vínculo entre los grandes cambios en la actividad solar y la aparición de fuertes terremotos debido a una disminución en la fuerza de los campos magnéticos que hay alrededor de la Tierra. Para él, “Japón, Estados Unidos, Filipinas y las regiones propensas a los terremotos de Oriente Medio y Asia están a punto de ponerse en alerta máxima”.

Cabe destacar que una menor cantidad de llamaradas solares se relaciona con un período de menor atracción magnética sobre la superficie de la Tierra, lo cual detiene el movimiento de las placas tectónicas y provoca que una enorme presión se acumule por debajo de la corteza terrestre. El resultado de esto, sostiene Corbyn, es parecido a una olla a presión en la que cualquier movimiento leve es capaz de desencadenar un terremoto masivo.