La leyenda de Loreley

La Loreley (también conocida por los nombres anglosajones Lorelay o Lorelai, o su adaptación española Lorelei) es a día de hoy el nombre de un gran saliente rocoso que está a unos 120 metros de altura, situado a orillas del río Rin en la zona de las montañas Taunus (Renania-Palatinado) en Alemania.

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Actualmente este enorme peñasco es un punto de visita casi obligado para los turistas que visitan estos parajes, ya que entre otras cosas, la vista a los pueblos cercanos desde ahí es hermosa y sobrecogedora.

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La otra razón por la cual dicha piedra sigue siendo hasta la fecha conocida, es por ser el punto de referencia de una antigua leyenda de la Europa medieval.

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Durante la Edad Media era usual que los navíos mercantes que navegaban por las aguas del río Rin, colisionaran con la base de este promontorio y terminaran hundiéndose, pereciendo ahogados los tripulantes.

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Con el pasar del tiempo la cantidad de accidentes navieros cercanos a dicho peñasco creció de tal manera, que surgió una leyenda en torno a él. Se empezó a contar la fábula de que aquella roca era frecuentada por un ser mitológico, una sirena que poseía una belleza y cualidades vocales tan impresionantes, que en cuanto comenzaba a susurrar sus hipnóticas canciones, los navegantes se sentían atraídos irremediablemente a ella.

De esta manera, el barco de turno era encauzado hacia la parte más peligrosa del caudal del río con el propósito concreto de que la embarcación se estrellara contra la fatal roca.

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Para rizar el rizo, y como las mentes del medievo eran tan calenturientas, se narraba también que mientras los desventurados tripulantes se ahogaban, la malvada ninfa peinaba de manera pausada su largo cabello rubio, esbozando una sonrisa, como si disfrutara de un espectáculo en el que nada estuviera sucediendo. En este sentido se contaba que los marineros caían literalmente rendidos a los pies de la sirena (o mejor dicho a sus aletas).

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De esta manera, el nombre Loreley (Lorelay, Lorelai o Lorelei) deriva del término alemán “lorlen” (que significa “susurrar”) y de la voz que los habitantes de la zona emplean para denominar a las rocas o piedras “ley”. Combinadas, producen el resultado etimológico del nombre Loreley, que se podría traducir como “La roca del susurro”. Pronto esta sirena ficticia que gustaba de morar y cantar en aquella roca, también adoptó el mismo nombre de Lorelei.

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Y aún ahora dentro del medio ocultista, intelectual y artístico, la imagen de esta legendaria sirena conocida como Lorelei sigue siendo uno de los iconos por excelencia de la mujer fatal, como el personaje interpretado por la actriz Sharon Stone en la película “Instinto básico”.

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Panorámica del Rin a su paso por el Lorelei.

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La Loreley (también conocida por los nombres anglosajones Lorelay o Lorelai, o su adaptación española Lorelei) es a día de hoy el nombre de un gran saliente rocoso que está a unos 120 metros de altura, situado a orillas del río Rin en la zona de las montañas Taunus (Renania-Palatinado) en Alemania.

Actualmente este enorme peñasco es un punto de visita casi obligado para los turistas que visitan estos parajes, ya que entre otras cosas, la vista a los pueblos cercanos desde ahí es hermosa y sobrecogedora.

 

La otra razón por la cual dicha piedra sigue siendo hasta la fecha conocida, es por ser el punto de referencia de una antigua leyenda de la Europa medieval.

 

 

Durante la Edad Media era usual que los navíos mercantes que navegaban por las aguas del río Rin, colisionaran con la base de este promontorio y terminaran hundiéndose, pereciendo ahogados los tripulantes.

 

Con el pasar del tiempo la cantidad de accidentes navieros cercanos a dicho peñasco creció de tal manera, que surgió una leyenda en torno a él. Se empezó a contar la fábula de que aquella roca era frecuentada por un ser mitológico, una sirena que poseía una belleza y cualidades vocales tan impresionantes, que en cuanto comenzaba a susurrar sus hipnóticas canciones, los navegantes se sentían atraídos irremediablemente a ella.

De esta manera, el barco de turno era encauzado hacia la parte más peligrosa del caudal del río con el propósito concreto de que la embarcación se estrellara contra la fatal roca.

 

 

Para rizar el rizo, y como las mentes del medievo eran tan calenturientas, se narraba también que mientras los desventurados tripulantes se ahogaban, la malvada ninfa peinaba de manera pausada su largo cabello rubio, esbozando una sonrisa, como si disfrutara de un espectáculo en el que nada estuviera sucediendo. En este sentido se contaba que los marineros caían literalmente rendidos a los pies de la sirena (o mejor dicho a sus aletas).

 

 

De esta manera, el nombre Loreley (Lorelay, Lorelai o Lorelei) deriva del término alemán “lorlen” (que significa “susurrar”) y de la voz que los habitantes de la zona emplean para denominar a las rocas o piedras “ley”. Combinadas, producen el resultado etimológico del nombre Loreley, que se podría traducir como “La roca del susurro”. Pronto esta sirena ficticia que gustaba de morar y cantar en aquella roca, también adoptó el mismo nombre de Lorelei.

 

 

Y aún ahora dentro del medio ocultista, intelectual y artístico, la imagen de esta legendaria sirena conocida como Lorelei sigue siendo uno de los iconos por excelencia de la mujer fatal, como el personaje interpretado por la actriz Sharon Stone en la película “Instinto básico”.

 

Panorámica del Rin a su paso por el Lorelei.