Puertas al Infierno.

Muchas religiones coinciden en que hay ciertas áreas de la Tierra donde se ubican “portales” o entradas al inframundo. Por ejemplo, en un sentido geológico podemos hablar de un ardiente agujero en los campos de gas natural en el país de Turkmenistán, la cual es conocida como “La Puerta al Infierno”, el monte Etna en Italia, el Lago Avernus en la bahía de Nápoles, el río Acheron en Grecia,  En la tradición Taoísta de China, el condado de Fengdu es una entrada al Diyu, el inframundo; mientras que en la India existe un paso montañoso al norte del país conocido como “el portal de la muerte”, por el amplio número de accidentes ocurridos a caravanas civiles y militares.
Y así, existen varios sitios que, ya sea por su historia sangrienta, las condiciones peligrosas del terreno o un contexto religioso; han sido considerados como entradas al infierno o al mundo de los muertos, y que aún el día de hoy despiertan curiosidad y temor reverencial en algunos.
Las entradas al Hades.
El Lacus Curtius hoy.
En la antiguedad, las culturas helénicas y romanas contaban historias de mortales que entraban al inframundo a través de sitios ubicados en áreas remotas del mundo conocido. Por ejemplo, Aeneas visita el inframundo entrando a través de una caverna al borde del lago Avernus en la bahía de Nápoles, mismo sitio usado por Hércules. El Lago Ferna, los ríos Acheron, Cocytus, Lethe, Phlegethon y Estigia; el Cabo Tenaron al sur del Peloponeso y la Puerta de Plutón en Turquía son también considerados portales al reino de Hades.
El mismo dios incluso raptó a Perséfone abriendo una grieta en el suelo de un campo en Sicilia, con el fin de obligarla a casarse con él.
Un caso curioso es el de Lacus Curtius, una fosa misteriosa ubicada en el Foro Romano y la cual ha sido cubierta casi en su totalidad con piedras, pero se dice que antiguamente fue una gran fosa. Nunca se ha descubierto exactamente su significado para los primeros Romanos, e incluso la gente en el periodo de la República se preguntaba porqué estaba ahí. De cualquier manera, los Romanos le temían un pavor gracias a un mito en el cual se decía que la ciudad se salvaría de un grave peligro si se tiraba a ella lo que la ciudad más amara.
Un joven jinete de nombre Marcus Curtius salvó a la ciudad, pues comprendió que la vida de un joven romano era lo que la ciudad más amaba; y así, cubierto con su armadura y montado a caballo, saltó hacia la fosa; cerrándola y salvando a Roma.
Xibalba.
Una cueva en Belice que supuestamente es la entrada a Xibalba.
En la mitología Maya, Xibalba era el inframundo regido por los dioses de la muerte, y se cree que su entrada está cerca de la comunidad guatemalteca de Cobán; al grado de que algunos maya actuales dicen que el área todavía está asociada con la muerte. Hay quienes disputan que la entrada a Xibalba se encuentra en un sistema cavernoso en Belice.
El Popol Vuh describe a Xibalba como la corte subterránea de los dioses del inframundo, los poderosos Señores de Xibalba; siendo los regentes Hun-Came y Vucub-Came, cuyos nombres pueden traducirse como “Primera Muerte” y “Séptima Muerte”.
Los otros señores comandaban aspectos del sufrimiento humano como la enfermedad, el hambre, el miedo, la destitución, el dolor y la muerte. Ellos eran Xiquiripat, Cuchumaquic, Ahalpuh, Ahalgana, Chamiabac, Chamiaholom, Alhamez, Ahaltocob, Xic y Patan. 
En Xibalba se ubicaba el consejo de los Señores y las casas de las pruebas. Estas eran la Casa Oscura, un sitio en penumbra total; la Casa del Frío, con temperaturas congelantes, la Casa del Jaguar, llena de felinos hambrientos; la Casa de los Murciélagos, habitada por feroces quirópteros, la Casa de los Cuchillos, llena de hojas filosas que se movían con voluntad propia; y la Casa Caliente, un sitio lleno de fuego y brasas ardientes. 
El monte Hekla.
El Monte Hekla en erupción, año 2000.
El imponente volcán conocido como Hekla, en el sur de Finlandia, es un sitio que siempre ha sido asociado con el infierno por los cristianos de la región. Incluso en la edad media, los monjes que viajaban por Europa contaban ominosas historias de “La Fosa Hekla”; y en 1180, el monje Herbert de Clairvaux escribió que el Volcán era la chimenea del infierno, y que el monte Etna no era más que un caldero comparado con el infierno de Hekla.
En el poema de 1120 sobre los viajes de San Brendan, Hekla es llamado “la prisión de Judas”; y en un manuscrito medieval del siglo XIV, se describía que en el interior del volcán habitaban enormes aves que eran las almas de los malditos.  Hasta el día de hoy se dice que en la cumbre se celebran aquelarres de brujas.
Las puertas a Guinee.
Uno de los cementerios de Nueva Orleans.
En la religión vudú, los recién fallecidos pasan por un purgatorio conocido como Guinee, un reino crepuscular regido por el famoso Barón Samedi. Aunque en realidad no existe un lugar en el cual se establezca la entrada a Guinee, una historia dice que está en Nueva Orleans, en concreto en el cruce entre las calles Canal y Basin en el barrio francés. Para abrir estas puertas, un practcante de Vudú debe resolver un acertijo usando el sigilo de invocación del mismo Barón Samedi, y al hacerlo puede encontrar el acceso para sacar las almas de los muertos y convertirlas en zombies.
El Purgatorio de San Patricio.
El Purgatorio de San Patricio.
Fundado en el siglo XV, el Purgatorio de San Patricio es un pequeño monasterio ubicado en la Isla Station de Irlanda; donde de acuerdo con la historia, San Patricio recibió visiones divinas de los tormentos del infierno y por ello construyó una iglesia sobre una caverna donde se suponía estaba la entrada al infierno.
La cueva ha permanecido sellada desde el 25 de octubre de 1632, y de acuerdo con los registros de peregrinos anteriores a esa fecha, la caverna era una fosa al fin de una caverna profunda que parecía no tener fondo. Curiosamente, se dice que el peregrinaje a la isla Station es tal vez el más difícil de realizar en el mundo cristiano.
El Cementerio Stull.
Las ruinas en el cementerio Stull.
El Cementerio Stull es un viejo camposanto ubicado en el estado de Kansas, en Estados Unidos; plagado de leyendas sobre apariciones, demonios y actividad paranormal intensa. Se le asocia también con cultos satánicos, brujas y hechiceros que realizan extraños rituales y sacrificios humanos a la luz de la luna llena.
En medio del lugar se alzan las ruinas de una iglesia en la cual, según la leyenda, Lucifer apareció en 1850 y convocó a una gran multitud de espíritus para que plagaran el lugar. Desde entonces, el Diavlo supuestamente aparece en el mismo lugar dos veces al año, durante la medianoche del equinoxio de primavera y en Halloween; e inclusive se rumora que aquí concibió a un niño deforme y cubierto de pelo similar al de un lobo. 
Pese a no tener tejado, se dice que la iglesia permanece completamente seca aún en días que caen lluvias torrenciales; mientras que en sus inmediaciones también se habla de luces que flotan por el aire, sombras espectrales y anillos de fuego que se forman de la nada. Como un dato curioso, cuando el Papa Juan Pablo II visitó Colorado en 1983, supuestamente ordenó que su avión privado se desviara en el aire para evitar pasar sobre Kansas; de donde provenía el terrible poder del cementerio Stull.
El Hueco de Satán.
La entrada al Hueco de Satán.
También en Estados Unidos existe un lugar conocido como “El Hueco de Satán”, una serie de túneles que originalmente fueron diseñados como bocas de drenaje, pero que con los años ganaron una reputación ominosa gracias a los supuestos rituales cometidos por adoradores del diablo.
Al pasar por ahí, se pueden escuchar gruñidos y gritos que provienen de la oscuridad, una extraña luz que viene del fondo de los túneles e incluso una aparición oscura llamada “El Hombre Sombra”; el cual se dice es un demonio proveniente del infierno. Aparentemente este ser protege una entrada al Infierno ubicada en el fondo de los túneles. Un investigador paranormal grabó un video en el cual se puede ver a su equipo adentrándose en los túneles hasta llegar a un pasaje angosto y por el cual solo cabía una persona a la vez. Al atravesarlo, encontraron una habitación cuadrada llena de graffitis religiosos y el cual tenía una especie de aura sobrenatural.
De acuerdo con el investigador y su equipo, al estar en la habitación escucharon ruidos que sonaban como pisadas de alguien corriendo por el agua e incluso tuvieron contacto con un ser al que contactaron por medio de equipo electrónico. Lo más desagradable de todo, fue que la voz que les respondió por medio de FVEs, decía ser el mismo Satán; que confirmó que el Hombre Sombra vivía en los túneles y que un hombre de nombre Jake había sido sacrificado en esa habitación.
La Presa del Diablo.
La roca con forma del diablo cerca de la presa.
Construida en 1920 en las montañas de Pasadena, California; la presa del Diablo tiene la labor de controlas las aguas de deshielo provenientes de las montañas de San Gabriel, y recibe su nombre de una formación rocosa que asemeja a un demonio.  Curiosamente, aún antes de que se levantara la presa, la zona estaba llena de mitos y leyendas sobre espíritus malignos que acechaban a los nativos americanos.
En 1940, el científico y ocultista de nombre Jack Parsons, fundador de los Jet Propulsion Labs y miembros de la orden mística conocida como Ordo Templi Orientis, basada en las enseñanzas de Aleister Crowley; creía que la energía proveniente de la presa era potente y que el mismo Crowley la había llamado “una de las siete puertas al inframundo”.
Parsons condujo varios rituales en la zona con el fin de abrir un portal a otra dimensión, desde la cual un gran número de entidades extrañas y negativas podrían invadir nuestro mundo. Se rumora inclusive que Parsons fundó cerca de ahí el campus de Jet Propulsion Laboratory con la creencia de que podía usar la energía mágica del lugar para sus propios fines.
La reputación siniestra del lugar viene también de las desapariciones súbitas de niños en las décadas de 1950 y 1960. En 1956, Donald Lee Baker de 13 años y Brenda Howell, de 11, desaparecieron mientras andaban en bicicleta en el área de recreo cerca de la presa. En 1957, un niño de ocho años llamado Tommy Bowman desapareció al adelantarse a su familia en una excursión, pese a que solo les llevaba una docena de metros de ventaja. En 1960, el niño de seis años Bruce Kremen se encontraba en un campamento de verano de la YMCA cuando desapareció de la faz de la tierra al caminar a las afueras del campamento.
La Presa del Diablo forma una zona conocida como “El Tríangulo de Arroyo” junto a un puente conocido como “El Puente del Suicidio” y una casa muy embrujada llamada la Mansión Cobb. En la Presa se siguen suscitando apariciones de ojos que brillan en la noche, sombras, gritos espectrales provenientes de un túnel y extrañas criaturas que desafían las leyes de la naturaleza.
Weasel Brook.
La entrada a Weasel Brook.
En Clifton, Nueva Jersey, existe un túnel conocido como el subterráneo de Weasel Brook; el cual conduce a una puerta que supuestamente lleva al infierno. Esta puerta está protegida por un demonio extremadamente rápido que ha sido bautizado como “Mike Ojos Rojos”; y se dice que del otro lado se encuentra una grieta adornada con graffiti satánico y un mensaje que dice “Tom lo hizo”.
El castillo Houska.
El castillo Houska.
Construido en 1200 en lo que hoy es la República Checa, se dice que el castillo Houska se ubica sobre una gran fosa que conduce al infierno; y que vomitaba toda clase de criaturas demoniacas que aterrorizaban las aldeas locales por las noches.
La reputación del hoyo era tan ominosa que los criminales de la región eran arrojados a ella como castigo, y se decía que serían libres si podían escalar de vuelta. Solo un hombre lo hizo, pero la historia relata que al salir parecía haber envejecido 30 años cuando no había pasado más que un par de horas de haber sido lanzado al agujero.
Hay historias persistentes de demonios y fuerzas oscuras que habitan la zona, y que los frescos y esculturas en el castillo difieren de aquellos usados en los castillos de la época; pues representan demonios y seres monstruosos. Por estos poderes infernales, es que los Nazis usaron el lugar como base de operaciones en la Segunda Guerra Mundial y la sociedad de Thule realizó experimentos con el fin de ocupar su extraño poder.
Los visitantes al castillo dicen que en ocasiones pueden escucharse garras arañando el piso desde abajo, como si algo intentara salir. Otros reportes hablan de “gritos” provenientes de la capilla del lugar, apariciones que merodean las salas, un cadáver sin cabeza que atraviesa el patio principal escupiendo sangre, gente de sombras, murciélagos gigantes e incluso un monstruo que combina rasgos de humano, rana y bulldog. A esto se le añaden historias de objetos que flotan por los aires, visitantes agredidos por fuerzas invisibles, puntos gélidos y otros eventos inexplicables.
Puertas al Infierno.
Muchas religiones coinciden en que hay ciertas áreas de la Tierra donde se ubican “portales” o entradas al inframundo. Por ejemplo, en un sentido geológico podemos hablar de un ardiente agujero en los campos de gas natural en el país de Turkmenistán, la cual es conocida como “La Puerta al Infierno”, el monte Etna en Italia, el Lago Avernus en la bahía de Nápoles, el río Acheron en Grecia,  En la tradición Taoísta de China, el condado de Fengdu es una entrada al Diyu, el inframundo; mientras que en la India existe un paso montañoso al norte del país conocido como “el portal de la muerte”, por el amplio número de accidentes ocurridos a caravanas civiles y militares.
Y así, existen varios sitios que, ya sea por su historia sangrienta, las condiciones peligrosas del terreno o un contexto religioso; han sido considerados como entradas al infierno o al mundo de los muertos, y que aún el día de hoy despiertan curiosidad y temor reverencial en algunos.
Las entradas al Hades.
Puertas al Infierno.
El Lacus Curtius hoy.
En la antiguedad, las culturas helénicas y romanas contaban historias de mortales que entraban al inframundo a través de sitios ubicados en áreas remotas del mundo conocido. Por ejemplo, Aeneas visita el inframundo entrando a través de una caverna al borde del lago Avernus en la bahía de Nápoles, mismo sitio usado por Hércules. El Lago Ferna, los ríos Acheron, Cocytus, Lethe, Phlegethon y Estigia; el Cabo Tenaron al sur del Peloponeso y la Puerta de Plutón en Turquía son también considerados portales al reino de Hades.
El mismo dios incluso raptó a Perséfone abriendo una grieta en el suelo de un campo en Sicilia, con el fin de obligarla a casarse con él.
Un caso curioso es el de Lacus Curtius, una fosa misteriosa ubicada en el Foro Romano y la cual ha sido cubierta casi en su totalidad con piedras, pero se dice que antiguamente fue una gran fosa. Nunca se ha descubierto exactamente su significado para los primeros Romanos, e incluso la gente en el periodo de la República se preguntaba porqué estaba ahí. De cualquier manera, los Romanos le temían un pavor gracias a un mito en el cual se decía que la ciudad se salvaría de un grave peligro si se tiraba a ella lo que la ciudad más amara.
Un joven jinete de nombre Marcus Curtius salvó a la ciudad, pues comprendió que la vida de un joven romano era lo que la ciudad más amaba; y así, cubierto con su armadura y montado a caballo, saltó hacia la fosa; cerrándola y salvando a Roma.
Xibalba.
Puertas al Infierno.
Una cueva en Belice que supuestamente es la entrada a Xibalba.
En la mitología Maya, Xibalba era el inframundo regido por los dioses de la muerte, y se cree que su entrada está cerca de la comunidad guatemalteca de Cobán; al grado de que algunos maya actuales dicen que el área todavía está asociada con la muerte. Hay quienes disputan que la entrada a Xibalba se encuentra en un sistema cavernoso en Belice.
El Popol Vuh describe a Xibalba como la corte subterránea de los dioses del inframundo, los poderosos Señores de Xibalba; siendo los regentes Hun-Came y Vucub-Came, cuyos nombres pueden traducirse como “Primera Muerte” y “Séptima Muerte”.
Los otros señores comandaban aspectos del sufrimiento humano como la enfermedad, el hambre, el miedo, la destitución, el dolor y la muerte. Ellos eran Xiquiripat, Cuchumaquic, Ahalpuh, Ahalgana, Chamiabac, Chamiaholom, Alhamez, Ahaltocob, Xic y Patan.
En Xibalba se ubicaba el consejo de los Señores y las casas de las pruebas. Estas eran la Casa Oscura, un sitio en penumbra total; la Casa del Frío, con temperaturas congelantes, la Casa del Jaguar, llena de felinos hambrientos; la Casa de los Murciélagos, habitada por feroces quirópteros, la Casa de los Cuchillos, llena de hojas filosas que se movían con voluntad propia; y la Casa Caliente, un sitio lleno de fuego y brasas ardientes.
El monte Hekla.
Puertas al Infierno.
El Monte Hekla en erupción, año 2000.
El imponente volcán conocido como Hekla, en el sur de Finlandia, es un sitio que siempre ha sido asociado con el infierno por los cristianos de la región. Incluso en la edad media, los monjes que viajaban por Europa contaban ominosas historias de “La Fosa Hekla”; y en 1180, el monje Herbert de Clairvaux escribió que el Volcán era la chimenea del infierno, y que el monte Etna no era más que un caldero comparado con el infierno de Hekla.
En el poema de 1120 sobre los viajes de San Brendan, Hekla es llamado “la prisión de Judas”; y en un manuscrito medieval del siglo XIV, se describía que en el interior del volcán habitaban enormes aves que eran las almas de los malditos.  Hasta el día de hoy se dice que en la cumbre se celebran aquelarres de brujas.
Las puertas a Guinee.
Puertas al Infierno.
Uno de los cementerios de Nueva Orleans.
En la religión vudú, los recién fallecidos pasan por un purgatorio conocido como Guinee, un reino crepuscular regido por el famoso Barón Samedi. Aunque en realidad no existe un lugar en el cual se establezca la entrada a Guinee, una historia dice que está en Nueva Orleans, en concreto en el cruce entre las calles Canal y Basin en el barrio francés. Para abrir estas puertas, un practcante de Vudú debe resolver un acertijo usando el sigilo de invocación del mismo Barón Samedi, y al hacerlo puede encontrar el acceso para sacar las almas de los muertos y convertirlas en zombies.
El Purgatorio de San Patricio.
Puertas al Infierno.
El Purgatorio de San Patricio.
Fundado en el siglo XV, el Purgatorio de San Patricio es un pequeño monasterio ubicado en la Isla Station de Irlanda; donde de acuerdo con la historia, San Patricio recibió visiones divinas de los tormentos del infierno y por ello construyó una iglesia sobre una caverna donde se suponía estaba la entrada al infierno.
La cueva ha permanecido sellada desde el 25 de octubre de 1632, y de acuerdo con los registros de peregrinos anteriores a esa fecha, la caverna era una fosa al fin de una caverna profunda que parecía no tener fondo. Curiosamente, se dice que el peregrinaje a la isla Station es tal vez el más difícil de realizar en el mundo cristiano.
El Cementerio Stull.
Puertas al Infierno.
Las ruinas en el cementerio Stull.
El Cementerio Stull es un viejo camposanto ubicado en el estado de Kansas, en Estados Unidos; plagado de leyendas sobre apariciones, demonios y actividad paranormal intensa. Se le asocia también con cultos satánicos, brujas y hechiceros que realizan extraños rituales y sacrificios humanos a la luz de la luna llena.
En medio del lugar se alzan las ruinas de una iglesia en la cual, según la leyenda, Lucifer apareció en 1850 y convocó a una gran multitud de espíritus para que plagaran el lugar. Desde entonces, el Diavlo supuestamente aparece en el mismo lugar dos veces al año, durante la medianoche del equinoxio de primavera y en Halloween; e inclusive se rumora que aquí concibió a un niño deforme y cubierto de pelo similar al de un lobo.
Pese a no tener tejado, se dice que la iglesia permanece completamente seca aún en días que caen lluvias torrenciales; mientras que en sus inmediaciones también se habla de luces que flotan por el aire, sombras espectrales y anillos de fuego que se forman de la nada. Como un dato curioso, cuando el Papa Juan Pablo II visitó Colorado en 1983, supuestamente ordenó que su avión privado se desviara en el aire para evitar pasar sobre Kansas; de donde provenía el terrible poder del cementerio Stull.
El Hueco de Satán.
Puertas al Infierno.
La entrada al Hueco de Satán.
También en Estados Unidos existe un lugar conocido como “El Hueco de Satán”, una serie de túneles que originalmente fueron diseñados como bocas de drenaje, pero que con los años ganaron una reputación ominosa gracias a los supuestos rituales cometidos por adoradores del diablo.
Al pasar por ahí, se pueden escuchar gruñidos y gritos que provienen de la oscuridad, una extraña luz que viene del fondo de los túneles e incluso una aparición oscura llamada “El Hombre Sombra”; el cual se dice es un demonio proveniente del infierno. Aparentemente este ser protege una entrada al Infierno ubicada en el fondo de los túneles. Un investigador paranormal grabó un video en el cual se puede ver a su equipo adentrándose en los túneles hasta llegar a un pasaje angosto y por el cual solo cabía una persona a la vez. Al atravesarlo, encontraron una habitación cuadrada llena de graffitis religiosos y el cual tenía una especie de aura sobrenatural.
De acuerdo con el investigador y su equipo, al estar en la habitación escucharon ruidos que sonaban como pisadas de alguien corriendo por el agua e incluso tuvieron contacto con un ser al que contactaron por medio de equipo electrónico. Lo más desagradable de todo, fue que la voz que les respondió por medio de FVEs, decía ser el mismo Satán; que confirmó que el Hombre Sombra vivía en los túneles y que un hombre de nombre Jake había sido sacrificado en esa habitación.
La Presa del Diablo.
Puertas al Infierno.
La roca con forma del diablo cerca de la presa.
Construida en 1920 en las montañas de Pasadena, California; la presa del Diablo tiene la labor de controlas las aguas de deshielo provenientes de las montañas de San Gabriel, y recibe su nombre de una formación rocosa que asemeja a un demonio.  Curiosamente, aún antes de que se levantara la presa, la zona estaba llena de mitos y leyendas sobre espíritus malignos que acechaban a los nativos americanos.
En 1940, el científico y ocultista de nombre Jack Parsons, fundador de los Jet Propulsion Labs y miembros de la orden mística conocida como Ordo Templi Orientis, basada en las enseñanzas de Aleister Crowley; creía que la energía proveniente de la presa era potente y que el mismo Crowley la había llamado “una de las siete puertas al inframundo”.
Parsons condujo varios rituales en la zona con el fin de abrir un portal a otra dimensión, desde la cual un gran número de entidades extrañas y negativas podrían invadir nuestro mundo. Se rumora inclusive que Parsons fundó cerca de ahí el campus de Jet Propulsion Laboratory con la creencia de que podía usar la energía mágica del lugar para sus propios fines.
La reputación siniestra del lugar viene también de las desapariciones súbitas de niños en las décadas de 1950 y 1960. En 1956, Donald Lee Baker de 13 años y Brenda Howell, de 11, desaparecieron mientras andaban en bicicleta en el área de recreo cerca de la presa. En 1957, un niño de ocho años llamado Tommy Bowman desapareció al adelantarse a su familia en una excursión, pese a que solo les llevaba una docena de metros de ventaja. En 1960, el niño de seis años Bruce Kremen se encontraba en un campamento de verano de la YMCA cuando desapareció de la faz de la tierra al caminar a las afueras del campamento.
La Presa del Diablo forma una zona conocida como “El Tríangulo de Arroyo” junto a un puente conocido como “El Puente del Suicidio” y una casa muy embrujada llamada la Mansión Cobb. En la Presa se siguen suscitando apariciones de ojos que brillan en la noche, sombras, gritos espectrales provenientes de un túnel y extrañas criaturas que desafían las leyes de la naturaleza.
Weasel Brook.
Puertas al Infierno.
La entrada a Weasel Brook.
En Clifton, Nueva Jersey, existe un túnel conocido como el subterráneo de Weasel Brook; el cual conduce a una puerta que supuestamente lleva al infierno. Esta puerta está protegida por un demonio extremadamente rápido que ha sido bautizado como “Mike Ojos Rojos”; y se dice que del otro lado se encuentra una grieta adornada con graffiti satánico y un mensaje que dice “Tom lo hizo”.
El castillo Houska.
Puertas al Infierno.
El castillo Houska.
Construido en 1200 en lo que hoy es la República Checa, se dice que el castillo Houska se ubica sobre una gran fosa que conduce al infierno; y que vomitaba toda clase de criaturas demoniacas que aterrorizaban las aldeas locales por las noches.
La reputación del hoyo era tan ominosa que los criminales de la región eran arrojados a ella como castigo, y se decía que serían libres si podían escalar de vuelta. Solo un hombre lo hizo, pero la historia relata que al salir parecía haber envejecido 30 años cuando no había pasado más que un par de horas de haber sido lanzado al agujero.
Hay historias persistentes de demonios y fuerzas oscuras que habitan la zona, y que los frescos y esculturas en el castillo difieren de aquellos usados en los castillos de la época; pues representan demonios y seres monstruosos. Por estos poderes infernales, es que los Nazis usaron el lugar como base de operaciones en la Segunda Guerra Mundial y la sociedad de Thule realizó experimentos con el fin de ocupar su extraño poder.
Los visitantes al castillo dicen que en ocasiones pueden escucharse garras arañando el piso desde abajo, como si algo intentara salir. Otros reportes hablan de “gritos” provenientes de la capilla del lugar, apariciones que merodean las salas, un cadáver sin cabeza que atraviesa el patio principal escupiendo sangre, gente de sombras, murciélagos gigantes e incluso un monstruo que combina rasgos de humano, rana y bulldog. A esto se le añaden historias de objetos que flotan por los aires, visitantes agredidos por fuerzas invisibles, puntos gélidos y otros eventos inexplicables.