Cagliostro el maestro que logró el elixir de la vida eterna

Cagliostro.


​Maestro Resurrecto del Rayo de la Política Alquimista y Maestro Copto que logró el Elixir de larga Vida. Conde y habitante de las tierras Jinas. Vivió en la época de Jesús. Fue amigo personal de Cleopatra, trabajó para Catalina de Medicis. Fue discípulo del Conde San Germán. Se le conoció con los nombres de Tis- Chio, Milissa, Belmonte, D´anna, Conde Fénix en Rusia, Pellegrini, Bálsamo, Mesmer, Harut, A. Dumas. O al menos, eso es lo que se dice sobre este personaje al que hoy día conocemos como el Conde de Cagliostro.

El nombre de Cagliostro fue el último y el más conocido, y el más conocido,  de los disfraces que a lo largo de su vida adoptó el siciliano Giuseppe Balsamo. Nacido en 1743 en el seno de una humilde familia palermitana, su madre, viuda quiso alejar a Guiseppe de una vida callejera enviándolo al seminario de Palermo y al convento de la Misericordia en Caltagirone. Del seminario se fugó y del convento consiguió que lo expulsaran por licencioso, no sin antes sustraer al farmacéutico del cenobio los secretos mejor guardados de su libro de remedios y conseguir que un joyero le comprara el mapa de un suculento tesoro que nunca fue hallado.

Lejos de Palermo, en 1764, inició una nueva vida como trotamundos, y según el mismo contaría años después, visitó Rodas, El Cairo y Alejandría. En  1765 entró en la orden de los caballeros de San Juan en Malta, donde sería considerado un gran médico gracias a los remedios que el farmacéutico del convento de Caltagirone, sin saberlo,  le había brindado.

A mediados de 1766, Balsamo, y  tras casarse con la joven Lorenza Feliciani, que desde entonces adoptó el nombre de Serafina, empezó a estafar a los muchos peregrinos que llegaban a la ciudad santa vendiéndoles amuletos y pociones amorosas supuestamente venidas del lejano y misterioso Egipto.

En 1768, y dada la fama adquirida, la pareja tuvo que escapar de Roma, y convertidos en oficial prusiano y su distinguida esposa, se sabe que cometieron distintas estafas en Venecia, París y Londres.ama universal, conde de Cagliostro, un aristócrata sanador venido de Egipto. Posteriormente tras ser aceptado como miembro de una humilde logia masónica del Soho londinense, la de la Esperanza, se presentó ante sus hermanos de logia como emisario del Gran Copto, un superior desconocido que le habría encomendado instituir en Europa el culto de la masonería egipcia. Cagliostro fascinó a todos con sus trucos de magia y sus ungüentos curativos, incluso llegó a elaborar un elixir de la eterna juventud que se convirtió en la delicia de todo aquel que se lo pudiera permitir.

En 1779, a su paso por el ducado de Curlandia (la actual Letonia), embaucó de tal manera a los oficiales masones del lugar que barajaron la posibilidad de proponerlo como gobernador de la región ante Catalina de Rusia. Cagliostro rechazó hábilmente tal propuesta, pero no dudó en dirigirse a la corte, en San Petersburgo, para aprovechar la fama que lo precedía, pero cuando la sagaz Catalina notó que el misticismo egipcio de Cagliostro empezaba a hipnotizar al duque Pablo, su endeble primogénito y heredero, dio crédito al rumor que lo consideraba un espía del rey Federico de Prusia y decretó su inmediata expulsión. Fue entonces cuando Cagliostro decidió instalarse en Estrasburgo. Allí sanó y alimentó gratuitamente a muchos pobres, lo que limpió su reputación, pero también aceptó la visita de adinerados pacientes, como la mujer del banquero Jacques Sarasin, cuya recuperación de unas fiebres desconocidas le reportó a Cagliostro un crédito bancario y una oportuna carta de agradecimiento en la prensa parisina. El caso llegó a oídos del cardenal Rohan, próximo a la corte, que quedó rápidamente atrapado en sus redes, aquejado de asma y avaricia, Rohan llegó a participar, ataviado con capa y sombrero de brujo,  en los experimentos de alquimia del mago egipcio para engrandecer diamantes.

De vuelta a Roma, donde fundó una nueva logia, fue traicionado por uno de sus miembros, Francesco de San Maurizio, quien en realidad era un monje capuchino espía del Santo oficio. Quien lo delató y presento pruebas, algunas de ellas algo cuestionables, que contribuyeron a que fuera arrestado y torturado en el castillo de Santangelo. Acusado entre otras cosas de adorador del diablo y blasfemo, gracias sobre todo a una declaración arrancada bajo tortura a su esposa, fue obligado a presentarse con ropas de penitente ante la iglesia de Santa María, y adjurar de todos sus errores, pero a pesar de eso no fue perdonado, condenado a muerte se le encerró en la fortaleza de San León en Urbinon en espera del día de la ejecución, siendo aquí donde la historia se bifurca en dos.

Algunos cuentas que Balsamo fue estrangulado en su celda el día 26 de agosto de 1795 para evitar que alguno de sus influyentes amigos o de sus seguidores lo liberara, otros sostienen que esa fue la versión oficial de lo que en realidad había pasado, que era que ese día el conde de Cagliostro desapareció misteriosamente de la prisión y que nunca más se supo de él.

 Durante su estancia en Paris fue perseguido a causa del Asunto del collar, que involucró a Luis XVI de Francia y a Maria Antonieta, asunto que algunos solo conocemos por su mención en la inmortal obra “Los tres mosqueteros”. Estuvo en La Bastilla durante nueve meses, y finalmente fue absuelto cuando no pudo demostrarse su conexión con el caso

Incluso el renombrado aventurero Giacomo  Casanova admitió en sus memorias que un peregrino de tez morena le birló la bolsa en una fonda mientras se debatía amorosamente con su compañera de viaje, una tal Serafina, y que años después volvió a toparse con ambos en Venecia, esta vez pomposamente disfrazados de aristócratas.