El mito del nacimiento de Apolo.

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Apolo había sido traído al mundo en una isla llamada Delos (brillante). Después de recorres varios lugares buscando uno dónde sus gentes la acogieran para dar a luz, Leto, perseguida por la celosa Hera por haber accedido ante las pretensiones afectivas de Zeus, llegó a una isla alejada, móvil y errática. Así pues, en el último árbol de ese árido terreno, Leto se agarró al tronco para soportar los dolores del parto durante nueve días. De este modo, nacieron Apolo y su hermana Artemisa.

Desde entonces, la isla permaneció en el lugar exacto en el que acogió a la desesperada Leto, ya que el poderoso Zeus edificó unas columnas mediante las cuales el terreno quedó unido al fondo del oceáno.Y convertido, además, en uno de los más idílicos lugares que imaginarse pueda la mente humana, ya que su arquitecto fue el gran Zeus, rey del Olimpo y de cuantos en él habitan.

Nunca más la oscuridad cubriría el cielo que limitaba la isla de Delos, denominada, a partir de entonces, la “brillante”. Y es que en ella no sólo habían estado todas las deidades del Olimpo para ser testigos del nacimiento de Apolo, sino que, además, éste, considerado como la verdadera luz y el mismo Sol, vino al mundo en tal recóndito y, hasta entonces, desconocido lugar.

Satisfecho con sus nuevos hijos, Zeus regaló a Apolo un carro con sus respectivos caballos( Acteón, Lampade, Euricteo y Filogeo), arcos y flechas.

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Hera no se mantuvo tranquila mientras los niños nacían y consiguió que Gea creara a la serpiente Pitón para que devorara a los hijos de Leto y el Cisne. Apolo creció rápidamente y se convirtió en uno de los dioses más hermosos jamás nacido. También rápidamente se instruyó en el las artes del combate, de la curación, de la música, la poesía y la adivinación.

Su primera victoria fue contra la serpiente Pitón, que devastaba la campiña de Tesalia, centro espiritual de Grecia en la que se hallaba el templo que guardaba el gran oráculo. Después de este combate, Apolo fue nombrado como su principal guardián y poseedor del poder de saberlo todo y verlo todo (de allí que a las personas que conocen el futuro, a través de algunas de las mancias se les llamen pitonisas).

Apolo había sido traído al mundo en una isla llamada Delos (brillante). Después de recorres varios lugares buscando uno dónde sus gentes la acogieran para dar a luz, Leto, perseguida por la celosa Hera por haber accedido ante las pretensiones afectivas de Zeus, llegó a una isla alejada, móvil y errática. Así pues, en el último árbol de ese árido terreno, Leto se agarró al tronco para soportar los dolores del parto durante nueve días. De este modo, nacieron Apolo y su hermana Artemisa.

Desde entonces, la isla permaneció en el lugar exacto en el que acogió a la desesperada Leto, ya que el poderoso Zeus edificó unas columnas mediante las cuales el terreno quedó unido al fondo del oceáno.Y convertido, además, en uno de los más idílicos lugares que imaginarse pueda la mente humana, ya que su arquitecto fue el gran Zeus, rey del Olimpo y de cuantos en él habitan.

Nunca más la oscuridad cubriría el cielo que limitaba la isla de Delos, denominada, a partir de entonces, la “brillante”. Y es que en ella no sólo habían estado todas las deidades del Olimpo para ser testigos del nacimiento de Apolo, sino que, además, éste, considerado como la verdadera luz y el mismo Sol, vino al mundo en tal recóndito y, hasta entonces, desconocido lugar.

Satisfecho con sus nuevos hijos, Zeus regaló a Apolo un carro con sus respectivos caballos( Acteón, Lampade, Euricteo y Filogeo), arcos y flechas.

 

Hera no se mantuvo tranquila mientras los niños nacían y consiguió que Gea creara a la serpiente Pitón para que devorara a los hijos de Leto y el Cisne. Apolo creció rápidamente y se convirtió en uno de los dioses más hermosos jamás nacido. También rápidamente se instruyó en el las artes del combate, de la curación, de la música, la poesía y la adivinación.

Su primera victoria fue contra la serpiente Pitón, que devastaba la campiña de Tesalia, centro espiritual de Grecia en la que se hallaba el templo que guardaba el gran oráculo. Después de este combate, Apolo fue nombrado como su principal guardián y poseedor del poder de saberlo todo y verlo todo (de allí que a las personas que conocen el futuro, a través de algunas de las mancias se les llamen pitonisas).