Un médico italiano desata la polémica al anunciar el primer trasplante de cuerpo entero

Muchos de sus colegas consideran que la operación es imposible.En tan sólo dos años será posible el trasplante de cuerpo entero, de manera que pacientes que sufren tetraplejia, cáncer o distrofia muscular progresiva podrían sustituir su cuerpo enfermo por otro sano.
 


La idea suena totalmente descabellada y muchos de sus colegas ya han afirmado que no se lo creen._Sin embargo, el neurocientífico italiano Sergio Canavero asegura que el último obstáculo que faltaba por salvar -la conexión de la médula espinal del donante con la del receptor- ya está superado. Según este cirujano, ahora sólo es necesario que los científicos de todo el mundo que han estado investigando cómo hacer un trasplante de este tipo se coordinen y decidan en qué país lo llevarán a cabo.

“Si partimos dos plátanos por la mitad con un corte limpio, los podremos unir como si fueran un único fruto”, pone como ejemplo Canavero, mientras sostiene dos bananas y un cuchillo con las manos en una entrevista realizada por skype con EL MUNDO. “Así es como ya se está haciendo la conexión de médula espinal. ¡No me estoy inventando nada!”, insiste el científico, que es director del Grupo de Neuromodulación Avanzado de Turín, y en junio presentará un proyecto para realizar un trasplante de cuerpo entero en la conferencia anual de la Academia Americana de Cirujanos Neurológicos y Ortopédicos de Annapolis (Maryland, Estados Unidos). Según Canavero, tal operación es completamente factible con los avances médicos que ya existen en la actualidad. En su opinión, no es necesario esperar a descubrir nada nuevo.

De hecho, los primeros experimentos para el trasplante de cuerpo entero se remontan a mediados del siglo pasado. En 1954 el cirujano soviético Vladimir Demikhov ya hizo diversos intentos de trasplantar cabezas a perros, pero los animales sólo sobrevivieron entre dos y seis días. Eran los inicios.

Más tarde, en los años setenta, el doctor estadounidense Robert White trasplantó con éxito la cabeza de un mono al cuerpo de otro, pero tuvo un importante problema: no logró conectar la médula espinal. Eso hizo que el primate no pudiera mover el cuerpo, aunque sí que consiguió respirar de forma asistida. Ahora, siempre según el médico italiano, este inconveniente ya no existe: en la actualidad es posible conectar partes seccionadas de la médula espinal utilizando polietilenglicol (PEG), un polímero que actúa como adhesivo, según relata Canavero. El resto de dificultades de la intervención también han quedado sobradamente superadas gracias a los muchos trasplantes de todo tipo que se han llevado a cabo en las últimas décadas, añade.

“El riesgo de que el receptor de un órgano lo rechace se puede paliar ahora con medicamentos”, pone como ejemplo el investigador de Turín. “En los trasplantes de cara y manos que se han realizado, sólo en un caso hubo que retirar una mano trasplantada por rechazo, y fue por una razón psicológica”, comenta.

En ese sentido, Canavero explica que, en los casos de trasplante de cuerpo entero, el paciente deberá utilizar una especie de máquina de realidad virtual durante los tres meses previos a la operación, con la que se verá a sí mismo con un cuerpo similar al que se le trasplantará. “Así, cuando se despierte de la intervención, no experimentará un rechazo psicológico”, apunta.

Aún así, el proceso de recuperación será lento. El neurocientífico italiano expone que la operación durará unas 36 horas, y se necesitarán entre 100 y 150 profesionales para llevarla a cabo. “De ahí que es necesario que todos los investigadores que hemos trabajado en este tema, nos coordinemos”, justifica.

Tras la intervención, al paciente se le mantendrá en coma durante tres o cuatro semanas para evitar el movimiento, aunque se le implantarán electrodos que estimularán eléctricamente la médula espinal para así fortalecer las conexiones nerviosas. Después deberá someterse a fisioterapia para recuperar la movilidad. “Como máximo en un año estará completamente recuperado”, afirma Canavero exultante. “¡Mantendrá la misma voz y la misma identidad, pero con otro cuerpo!”. ¿Pero realmente no cambiará su personalidad dentro de ese otro físico?

“Es posible que el receptor de un nuevo cuerpo tenga un cambio de comportamiento y de humor, pero eso se puede resolver con la clonación de células”, propone. Aún así, precisa que ese pequeño inconveniente no está previsto resolverlo en la primera operación de cuerpo entero que se lleve a cabo. “Realizarla ya será lo suficientemente complicado”, comenta.

Candidatos dispuestos a someterse a tal intervención quirúrgica, de momento, no faltan. Según Canavero, ha recibido solicitudes de enfermos de cáncer, tetrapléjicos, pacientes con distrofia muscular y transexuales. “Este último colectivo es el más numeroso. Incluso tengo solicitudes de España”, precisa. Aun así, él se decanta por hacer el primer trasplante a un enfermo de cáncer terminal con una expectativa de vida de seis meses. “El éxito no está totalmente garantizado, porque tal vez el paciente tenga una célula cancerígena en la cabeza que no habíamos detectado y, aunque se le trasplante un cuerpo, acaba falleciendo”, advierte.

La financiación de la operación, que no es barata -se calcula que puede ascender a diez millones de euros-, también está prevista. El investigador de Turín ha publicado un libro, Head transplantation (Trasplante de cabeza), cuyos beneficios se destinarán a tal intervención. Él está convencido de que conseguirá el dinero necesario.

Ahora lo único que queda por resolver es dónde se realizará una operación tan innovadora. Canavero apuesta por Estados Unidos, China o India, ya que investigadores de esos tres países se han ofrecido a colaborar con él en tan ambicioso experimento. “La cuestión ética no es un problema. Haga donde se haga la intervención quirúrgica, al final conseguiremos el permiso para llevarla a cabo porque habrá tantos pacientes que solicitarán someterse a tal operación que el país que la acoja no podrá decir que ‘no'”, opina el director del Grupo de Neuromodulación Avanzado de Turín.

Según Canavero, ahora se trata de una cuestión puramente política: “El país que haga el primer trasplante de cuerpo entero será como el primer hombre que llegó a la Luna”. Algo, en su opinión, a lo que todos los países deberían aspirar