La Escalofriante Cuidad de Las Brujas En Estados Unidos

¿Quién no ha oído hablar alguna vez de las famosas brujas de Salem? La vida de esa enigmática ciudad de Massachusetts está marcada por todos los sucesos del pasado que tuvieron que ver con la brujería. Por esto, en la actualidad, todo gira entorno a este tema en Salem. Se trata de una historia escalofriante que hará disfrutar, sin duda, a los más curiosos viajeros.

Todo comienza en el año 1692 en la casa de Samuel Parris, un reverendo y comerciante. Él fue el encargado de sustituir a algunos ministros de Boston y, como se le negó el pago de un salario, empezó a levantar una conspiración relacionada con el diablo en la localidad de Salem. Desde ese preciso momento, la vida de esta ciudad iba a cambiar por completo.

Parris tenía tres hijos y una sobrina que también estaba a su cargo. Para cuidarlos, tenía a Tituba, una esclava que pasaba todo el tiempo con ellos y que los entretenía mediante cuentos y juegos. El problema llega cuando, un día, las niñas caen enfermas. Entonces, el Reverendo acudió al doctor William Griggs, pero al no encontrar explicación a los síntomas que presentaban, decide argumentar que era un caso de brujería. Era el único modo de no dañar su reputación como doctor por no saber decir de qué se trataba, ya que las niñas caminaban a cuatro patas, sentían picores, lloraban desmesuradamente o ladraban como un perro.

Todo esto, quizá, no era más que un berrinche de unas niñas caprichosas y mimadas, pero sin embargo, derivó en algo mucho peor. El diagnóstico del Doctor fue aprovechado por el Reverendo para seguir creando revuelo en Salem y en los pueblos de alrededor. Pero, sin lugar a dudas, el momento más importante llega cuando se les pregunta a las niñas cuál creen que fue la causa de su enfermedad, a lo que no dudan en contestar que la culpable fue su propia niñera y también otras mujeres de Salem.

En aquel momento, la ley británica a la que se acogía Massachusetts en el siglo XVII, decía que la brujería era un delito que debía ser castigado mediante la horca; y, naturalmente, no había forma de escapar de ella. Si el acusado confesaba haber sido poseído por el demonio, iría a la horca, y si lo negaba, también lo haría porque significaría que el individuo adora a Satanás. Muchas mujeres fueron ahorcadas bajo un roble enorme, pero también algunos hombres por ser acusados de “jefes de brujas” o de protectores de las mismas. Y aquí va lo más escalofriante: los métodos para comprobar si una mujer era o no, una bruja. Si una acusada era arrojada por un precipicio y no salía volando encima de una escoba, era inocente; si otra era arrojada a un río atada y se ahogaba, también lo era. Como vemos, un modo muy eficaz de comprobarlo, pero en el que parecía importar poco la vida de los ciudadanos de Salem.

Por otro lado,  cabe destacar un aspecto muy curioso. Si uno de los culpables, hombres o mujeres, también llamados afligidos, decía que era inocente y acusaba a otra bruja como la culpable de su mal, éste quedaba libre y la nueva acusada se convertía en culpable inmediatamente. Este es el gran motivo por el que el pueblo de Salem se colmó de histeria y unos comenzaban a culpar a otros sin parar.

Pero aquí no acaba todo. Aunque, como ya se intuye, gran parte del asunto fue causado por la ignorancia, la histeria y los caprichos de unas niñas consentidas, hay quienes afirman que no es todo. Se dice que hubo mucha gente que sufrió extraños sintomas causados por el ergotismo, una intoxicación producida por ergot o cornezuelo que viene dada por el consumo de pan de centeno fermentado que funciona como alucinógeno.

Sea como sea, el desastre queda ahí. Muchos hombres y mujeres de todas las edades fueron ahorcados o internados en calabozos de lo más tétricos. Por suerte, los sucesos llegaron a manos del Tribunal Especial de Auditoría y más tarde a las del Tribunal Supremo. Con esta intervención se consiguió liberar a quienes estaban a punto de ser juzgados y también a los que ya habían sido condenados. Aun así, quedó en Salem una profunda herida y la impotencia de muchos por todo el tiempo que habían estado sufriendo y por ver cómo muchos habían muerto injustamente.

Hoy en día, Salem sigue siendo un lugar que causa escalofríos, un lugar tan interesante como tétrico. Muchos ciudadanos y visitantes afirman que, desde que tuvieron lugar aquellos horribles asesinatos, se producen fenómenos inexplicables. Luces misteriosas, figuras que aparecen de la nada, voces y lamentos o, incluso, la aparición de mujeres con las manos atadas o arrodilladas. Se dice que por mucho tiempo que pase, el alma de todos los que fueron torturados, deambulará por Salem.

Si tenemos prevista una visita a esta localidad y queremos seguir indagando en el asunto, lo mejor será visitar sus atracciones turísticas. En el Museo de las Brujas, por ejemplo, encontraremos una buena recreación de todo lo sucedido con los acusados de brujería. También podremos visitar la Casa de las brujas donde vivieron algunos acusados y donde se realizaron algunos juicios. Pronto nos daremos cuenta de que es difícil caminar por Salem y no encontrarse con algo que lo vincule con esta imponente historia. En nuestra visita nos cruzaremos con multitud de turistas que llegan hasta la ciudad para conocer su ambiente y todo esto que te contamos. Aunque, también hay que decir que podremos visitar otros museos no vinculados con el tema y una gran variedad de restaurantes.

Lo que sí debe quedar claro es que Salem merece una visita, no basta con saber qué pasó allí, hay que presenciarlo y sentir ese misterio que flota en el aire. Y si además nos gustan los temas paranormales o esotéricos, disfrutaremos a lo grande.

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¿Quién no ha oído hablar alguna vez de las famosas brujas de Salem? La vida de esa enigmática ciudad de Massachusetts está marcada por todos los sucesos del pasado que tuvieron que ver con la brujería. Por esto, en la actualidad, todo gira entorno a este tema en Salem. Se trata de una historia escalofriante que hará disfrutar, sin duda, a los más curiosos viajeros.

Todo comienza en el año 1692 en la casa de Samuel Parris, un reverendo y comerciante. Él fue el encargado de sustituir a algunos ministros de Boston y, como se le negó el pago de un salario, empezó a levantar una conspiración relacionada con el diablo en la localidad de Salem. Desde ese preciso momento, la vida de esta ciudad iba a cambiar por completo.

Parris tenía tres hijos y una sobrina que también estaba a su cargo. Para cuidarlos, tenía a Tituba, una esclava que pasaba todo el tiempo con ellos y que los entretenía mediante cuentos y juegos. El problema llega cuando, un día, las niñas caen enfermas. Entonces, el Reverendo acudió al doctor William Griggs, pero al no encontrar explicación a los síntomas que presentaban, decide argumentar que era un caso de brujería. Era el único modo de no dañar su reputación como doctor por no saber decir de qué se trataba, ya que las niñas caminaban a cuatro patas, sentían picores, lloraban desmesuradamente o ladraban como un perro.

La Escalofriante Cuidad de Las Brujas En Estados Unidos

Todo esto, quizá, no era más que un berrinche de unas niñas caprichosas y mimadas, pero sin embargo, derivó en algo mucho peor. El diagnóstico del Doctor fue aprovechado por el Reverendo para seguir creando revuelo en Salem y en los pueblos de alrededor. Pero, sin lugar a dudas, el momento más importante llega cuando se les pregunta a las niñas cuál creen que fue la causa de su enfermedad, a lo que no dudan en contestar que la culpable fue su propia niñera y también otras mujeres de Salem.

En aquel momento, la ley británica a la que se acogía Massachusetts en el siglo XVII, decía que la brujería era un delito que debía ser castigado mediante la horca; y, naturalmente, no había forma de escapar de ella. Si el acusado confesaba haber sido poseído por el demonio, iría a la horca, y si lo negaba, también lo haría porque significaría que el individuo adora a Satanás. Muchas mujeres fueron ahorcadas bajo un roble enorme, pero también algunos hombres por ser acusados de “jefes de brujas” o de protectores de las mismas. Y aquí va lo más escalofriante: los métodos para comprobar si una mujer era o no, una bruja. Si una acusada era arrojada por un precipicio y no salía volando encima de una escoba, era inocente; si otra era arrojada a un río atada y se ahogaba, también lo era. Como vemos, un modo muy eficaz de comprobarlo, pero en el que parecía importar poco la vida de los ciudadanos de Salem.

Por otro lado,  cabe destacar un aspecto muy curioso. Si uno de los culpables, hombres o mujeres, también llamados afligidos, decía que era inocente y acusaba a otra bruja como la culpable de su mal, éste quedaba libre y la nueva acusada se convertía en culpable inmediatamente. Este es el gran motivo por el que el pueblo de Salem se colmó de histeria y unos comenzaban a culpar a otros sin parar.

Pero aquí no acaba todo. Aunque, como ya se intuye, gran parte del asunto fue causado por la ignorancia, la histeria y los caprichos de unas niñas consentidas, hay quienes afirman que no es todo. Se dice que hubo mucha gente que sufrió extraños sintomas causados por el ergotismo, una intoxicación producida por ergot o cornezuelo que viene dada por el consumo de pan de centeno fermentado que funciona como alucinógeno.

Sea como sea, el desastre queda ahí. Muchos hombres y mujeres de todas las edades fueron ahorcados o internados en calabozos de lo más tétricos. Por suerte, los sucesos llegaron a manos del Tribunal Especial de Auditoría y más tarde a las del Tribunal Supremo. Con esta intervención se consiguió liberar a quienes estaban a punto de ser juzgados y también a los que ya habían sido condenados. Aun así, quedó en Salem una profunda herida y la impotencia de muchos por todo el tiempo que habían estado sufriendo y por ver cómo muchos habían muerto injustamente.

La Escalofriante Cuidad de Las Brujas En Estados Unidos

Hoy en día, Salem sigue siendo un lugar que causa escalofríos, un lugar tan interesante como tétrico. Muchos ciudadanos y visitantes afirman que, desde que tuvieron lugar aquellos horribles asesinatos, se producen fenómenos inexplicables. Luces misteriosas, figuras que aparecen de la nada, voces y lamentos o, incluso, la aparición de mujeres con las manos atadas o arrodilladas. Se dice que por mucho tiempo que pase, el alma de todos los que fueron torturados, deambulará por Salem.

Si tenemos prevista una visita a esta localidad y queremos seguir indagando en el asunto, lo mejor será visitar sus atracciones turísticas. En el Museo de las Brujas, por ejemplo, encontraremos una buena recreación de todo lo sucedido con los acusados de brujería. También podremos visitar la Casa de las brujas donde vivieron algunos acusados y donde se realizaron algunos juicios. Pronto nos daremos cuenta de que es difícil caminar por Salem y no encontrarse con algo que lo vincule con esta imponente historia. En nuestra visita nos cruzaremos con multitud de turistas que llegan hasta la ciudad para conocer su ambiente y todo esto que te contamos. Aunque, también hay que decir que podremos visitar otros museos no vinculados con el tema y una gran variedad de restaurantes.

Lo que sí debe quedar claro es que Salem merece una visita, no basta con saber qué pasó allí, hay que presenciarlo y sentir ese misterio que flota en el aire. Y si además nos gustan los temas paranormales o esotéricos, disfrutaremos a lo grande.