Un equipo de investigadores de la Universidad de California acaba de abrir una nueva puerta que, teóricamente, podría permitir el viaje de un ser humano a través de un agujero de gusano.

 


¿Puede una persona atravesar un agujero de gusano?

Un equipo de investigadores calcula cómo uno de estos «túneles» espaciotemporales podría permanecer abierto durante el tiempo suficiente como para cruzarlo

Un equipo de investigadores de la Universidad de California acaba de abrir una nueva puerta que, teóricamente, podría permitir el viaje de un ser humano a través de un agujero de gusano. El trabajo, recién publicado en la revista Classical and Quantum Gravity, sugiere por primera vez, en efecto, que estos «portales» a través del espacio-tiempo, podrían permanecer abiertos el tiempo suficiente como para atravesarlos, algo que hasta ahora se consideraba imposible.

Esencialmente, un agujero de gusano consiste en dos agujeros negros que están conectados entre sí. Hasta ahora no se ha descubierto ninguno, pero en teoría podría haberlos de dos tipos: uno, imposible de cruzar, sería como una habitación con dos puertas que solo pueden abrirse desde fuera. Quien entre en la habitación a través de cualquiera de los dos agujeros negros (las puertas) jamás podrá volver a salir. «Esta clase de agujeros de gusano no resulta demasiado interesante –asegura Diandian Wang, autor principal del estudio–, ya que cualquier astronauta que sea lo suficientemente valiente (o loco) como para aventurarse dentro nunca podría regresar para contar su historia».

Agujeros de gusano transitables

Pero hay otra posibilidad. Según las teorías vigentes, podría haber agujeros de gusano «transitables», con un agujero negro en un extremo (la puerta de entrada) y un agujero blanco en el extremo opuesto (la puerta de salida). Un agujero blanco tendría las mismas propiedades que un agujero negro, pero al revés: expulsaría materia y energía hacia el exterior, y nada de lo que saliera podría volver a entrar. Estos objetos son teóricamente posibles aunque nadie sabía, hasta ahora, si esta clase de agujeros de gusano podían permanecer abiertos el tiempo suficiente como para que algo, efectivamente, pudiera atravesarlos.

Para que un agujero de gusano así llegue a formarse, el mismísimo espacio-tiempo debe cambiar su forma y pasar de ser como una hoja lisa y plana de papel a otra llena de agujeros. Y por supuesto, en la física clásica, la que gobierna la realidad en la escala que nos es familiar, algo así no puede suceder.

El misterioso mundo subatómico

Pero sí en el mundo subatómico, donde la física clásica deja de tener validez y es sustituida por un conjunto de reglas muy diferentes, las de la Mecánica Cuántica. Y esas reglas sí que parecen permitir que el espacio-tiempo cambie de forma esponténea su propia estructura. El inconveniente, sin embargo, es que es muy probable que esos cambios solo sucedan en lapsos de tiempo muy cortos, de apenas una fracción de segundo.

Pero Wang y su equipo han imaginado un escenario diferente. Uno que involucra a la teoría de Cuerdas, en la que los componentes fundamentales de la realidad no son partículas, sino diminutas cuerdas (o «branas») que vibran continuamente. Si una de esas cuerdas se rompiera, razonan los investigadores, podrían surgir agujeros de gusano que duraran el tiempo suficiente como para ser transitables. «Una cuerda -dice Wang- contiene energía, y cuando se rompe, esa energía se convierte en dos agujeros negros, uno en cada extremo de la cuerda».

Esta posibilidad ya se había considerado antes, pero los cálculos indicaban que la propia energía del proceso obligaría a los dos agujeros negros a alejarse uno de otro, rompiendo así la conexión espaciotemporal. Wang y sus colegas, sin embargo, han calculado que la propia curvatura del espacio-tiempo podría contrarrestar esa aceleración, manteniendo a los dos agujeros negros estáticos y permitiendo que el «túnel» del agujero de gusano permanezca abierto.
Improbable pero no imposible

Con todo, los investigadores explican que este escenario, aunque posible, sería muy raro, y se volvería aún más improbable cuanto más largo sea el agujero de gusano y mayores sean los dos agujeros negros de sus extremos. Lo cual implica que un agujero de gusano lo suficientemente grande como para permitir el paso de una persona es mucho menos probable que uno a través del que se pueda enviar luz. Un fenómeno raro, de acuerdo, pero según la mecánica cuántica, con una probabilidad de producirse diferente a cero.

Los investigadores calcularon también que, una vez alcanzada la estabilidad, un agujero de gusano transitable podría permanecer abierto por tiempo indefinido, incluso durante toda la edad del Universo. Ahora solo queda una cosa por hacer: encontrarlos.