Un estudio CONFIRMA que los niños pueden sentir y VER seres FALLECIDOS

Existe un vínculo especial entre los niños y los fenómenos paranormales. Lo cierto es que…

Existe un vínculo especial entre los niños y los fenómenos paranormales. Lo cierto es que no es extraño ver a los niños hablar solos e interactuar con algo que parece no estar ahí, aunque esto siempre ha sido achacado a una imaginación hiperactiva, que crea en los niños un “mundo fantástico”. La profesora de psiquiatría infantil en el Imperial College de Londres, Elena Garralda, explica a este respecto que en el juego y la ficción los niños están imaginando, pero no tienen la percepción real de ver y oír, en cambio, cuando la alucinación sucede, estas percepciones vienen impuestas de un modo incontrolable.

Un estudio realizado en el Reino Unido, publicado en el año 2012 por la revista Psychological Medicine, afirma que, tras investigar a 8 mil niños, se puede afirmar que 2 de cada 3 escuchan o ven “cosas extrañas” que parecen existir en otra realidad, al menos una vez en su vida. El porcentaje de niños de entre 9 y 12 años que ha sufrido alguna experiencia alucinatoria baja al 17%, porcentaje que disminuye más de la mitad entre los adolescentes de entre 13 y 18 años, y que disminuye aún más en edades adultas.

Tanto si se acepta la existencia de fantasmas como si no, es importante observar las reacciones del niño, su situación de estrés y su entorno, para indagar sobre si la causa de sus visiones se debe a un problema médico. Sin embargo, no hay que preocuparse en exceso mientras estas “visiones” no se den de forma muy repetida y no vayan asociadas a emociones negativas, comenta Elena Garralda.

Caron Goode, psicoterapeuta de Texas, autor del libro “Kids Who See Ghosts: How to Guide Them Through Fear” comenta “¿Son los fantasmas reales?, en algunas culturas lo son y en otras no, en cualquier caso hay muchos factores que pueden hacer sentir a una persona estar ante uno, ya sea el estrés o un estado “theta” de las ondas cerebrales asociadas al sueño”, añade “generalmente los niños de entre 2 y 4 años no son capaces de distinguir entre un fantasma y sus compañeros puramente imaginarios, a partir de los 7 años ya son capaces de hacerlo”.

“Algunos niños no tienen ninguna experiencia de este tipo, otros tienen un montón”, prosigue, “hay innumerables casos de visiones que no pueden ser explicadas por una mera coincidencia”, “quizás dejemos de ver fantasmas cuando crecemos porque todo el mundo nos disuade de hacerlo, al afirmar que éstos no existen”, comenta Caron Goode.

Según muchos investigadores de lo paranormal, los niños nacen con su tercer ojo bien abierto, el chacra en el centro de la frente. Este chacra le permite a los recién nacidos estar en comunicación con una realidad aparte. Los bebés y los niños pequeños no están expuestos a ningún tipo de manipulación referente a los fenómenos paranormales, lo que les hace tener esta cualidad considerada “tan especial”.