Dioses Anunnaki y las versiones del humano creadas y destruidas
Los seres divinos conocidos como “Anunnaki”, descritos en las crónicas sumerias como los seres celestiales que descendieron a la Tierra, han sido identificados como los artífices de la humanidad.
Es fascinante observar que la civilización maya comparte numerosas coincidencias con la sumeria, evidentes en las narrativas sobre el nacimiento de la humanidad.
Manuscritos milenarios como el Popol Vuh y el Chilam Balam revelan paralelos entre los mitos mayas ancestrales y los sumerios, incluso cuando estas culturas primordiales estaban distantes tanto en el tiempo como en la geografía.
Focalizándonos en el Atrahasis, un documento de gran antigüedad (646 a.C. a 1626 a.C.), se describe la génesis del cosmos y la formación del ser humano. Se narra cómo los Anunnaki, presentes en nuestro planeta, efectuaron transformaciones significativas, mucho antes de la aparición humana.
Posteriormente, el Atrahasis expone la concepción del ser humano, recurriendo a la figura de una deidad inmolada por los soberanos Anunnaki para engendrar una nueva raza que colaborase en sus empeños. No obstante, eso constituye otro relato aparte.
Escena del sacrificio de uno de los dioses antiguos para dar origen a la vida en la película Prometheus. Crédito: 20th Century Fox / Scott Free
Primeros humanos: creación y destrucción
El aspecto más destacado de las narrativas sobre la génesis humana en las leyendas sumerias y mayas es lo que sucedió posteriormente: la extinción de las variantes experimentales de la vida.
Los dioses primordiales, al parecer, juzgaron estas formas de vida como “equivocadas” o inadecuadas para sus propósitos, y las crónicas concuerdan en que estas distintas encarnaciones de humanos, una vez creadas, fueron eliminadas.
El Mito del Diluvio o la Gran Inundación sería el método empleado (ya sea deliberadamente o por causas naturales) para erradicar estas primeras manifestaciones de la humanidad, tal como lo relatan los textos antiguos.
El Diluvio, óleo del artista Francis Danby. (1793-1861). Exhibido en Tate Gallery. Londres, Inglaterra. (Public Domain)
¿Cuál era la razón de que las divinidades primigenias exterminaran a sus propios seres creados? La reflexión sobre este tema es compleja y, para nosotros, puede resultar enigmática; sin embargo, documentos ancestrales como el Atrahasis revelan que los dioses estaban profundamente insatisfechos con las acciones de los primeros humanos, en particular con el tumulto que generaban.
Se cree que los primeros seres no contaban con todas las capacidades que poseemos actualmente, y es probable que las primeras entidades humanas, presuntamente forjadas por los dioses, fueran primitivas, guiadas por instinto y exhibiendo una conducta feroz.
Algunos eruditos de las escrituras antiguas han especulado que los dioses Anunnaki, o incluso las deidades mayas, podían percibir los pensamientos de los primeros humanos, lo que les provocaba un gran malestar, impulsándolos a tomar la decisión irrevocable de aniquilarlos.
Otros académicos sugieren que las deidades ancestrales se sentían inquietas ante la evolución acelerada de sus creaciones, temiendo que los primeros humanos, simples mortales, pudieran ascender a la divinidad como ellos.
Popol Vuh y Libro de Enoc No solo en las escrituras sumerias, sino también en el Libro de Enoc se relata cómo el “dios supremo” optó por terminar con la existencia humana, a raíz de la unión de los “ángeles caídos” o “vigilantes” con las mujeres terrenales, dando lugar a una progenie avanzada, y potencialmente amenazante para los dioses.
Popol Vuh
En este contexto, parece pertinente mencionar la Leyenda de los Hermanos Ayar, una narrativa ancestral incaica. En ella, cuatro hermanos, que emergieron de las profundidades terrestres tras un gran diluvio, van encontrando su fin de manera sucesiva, a veces por voluntad divina, hasta que solo persiste uno.
La existencia de cuatro progenitores humanos en la mitología maya y la supervivencia de cuatro hermanos tras un diluvio en los relatos incas, resalta por sus notables similitudes.
Necesidad de los dioses antiguos
Tablilla cuneiforme con la historia de Atrahasis en el Museo Británico. (Public domain)
En la actualidad, se observa una dinámica que recuerda a la de antaño, con una minoría dominante que parece orquestar los acontecimientos, similar a los dioses de eras pasadas, asegurándose de que la humanidad cumpla con sus requerimientos, mientras ellos reconfiguran el curso de la historia a su favor, instigando conflictos, propagando enfermedades, y erigiendo líderes ilusorios.
Ante esta reflexión, surge una interrogante esencial: si realmente somos la última invención de los dioses, ¿cuánto tiempo más permaneceremos en este rol?
Autor MundoOculto.es