LOS AGUJEROS NEGROS SON NO ASESINOS DESPIADADOS, PERO GENERADORES HOLOGRAMA LUGAR BENIGNOS

¿Son los agujeros negros ardientes cortafuegos o suaves bolas de pelusas?

Los científicos debaten sobre si, como el resto del universo, estos objetos cósmicos son imperfectos

 

¿Es la superficie de los agujeros negros un ‘cortafuego’ que quema lo que la atraviesa, o es tan suave como su interior, una ‘bola de pelusas’ de cuerdas enredadas? Todo depende de si se acepta o no que, al igual que el resto del universo, los agujeros negros sean imperfectos. El físico Samir Mathur, el primero que desarrolló la teoría de la bola de pelusas, cree que cuando un objeto atraviesa un agujero negro, se convierte en un holograma, una copia ‘casi perfecta’.



 

 

LOS AGUJEROS NEGROS SON NO ASESINOS DESPIADADOS, PERO GENERADORES HOLOGRAMA LUGAR BENIGNOS

Ilustración de un agujero negro. Imagen: Alain Riazuelo. Fuente: Agencia Nacional Francesa de Investigación/Wikipedia.

Samir Mathur, profesor de física de la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.), dice que la idea propuesta recientemente de que los agujeros negros tienen “cortafuegos” que destruyen todo lo que tocan tiene una laguna.

En un artículo publicado en línea en arXiv, Mathur muestra su desacuerdo con la teoría del firewall, y demuestra matemáticamente que los agujeros negros no son necesariamente árbitros de la fatalidad. De hecho, dice que el mundo podría ser capturado por un agujero negro, y ni siquiera nos daríamos cuenta.

Hace más de una década, Mathur utilizó los principios de la teoría de cuerdas para demostrar que los agujeros negros son en realidad bolas de cuerdas cósmicas enredadas. Su teoría de la bola de pelusas) (fuzzballs) ayudó a resolver ciertas contradicciones de cómo los físicos piensan de los agujeros negros.

Pero cuando un grupo de investigadores recientemente trató de desarrollar la teoría de Mathur, llegaron a la conclusión de que la superficie de la bola era en realidad un cortafuegos.

Según la teoría del cortafuegos, la superficie de la bola es mortífera. De hecho, se llama teoría del cortafuegos, porque sugiere que una muy literal muerte ardiente espera a todo lo que toca.

Mathur y su equipo han estado ampliando su teoría, a su vez, y han llegado a una conclusión completamente diferente. Ellos ven los agujeros negros no como asesinos, sino más bien como una especie de fotocopiadoras benignas.

Ellos creen que cuando el material toca la superficie de un agujero negro, se convierte en un holograma, una copia casi perfecta de sí mismo que sigue existiendo como antes.

Discordia

“Casi perfecta”, ese es el punto de la discordia. Hay una hipótesis en la física denominada complementariedad, que fue propuesta por primera vez por el físico de la Universidad de Stanford Leonard Susskind en 1993. La complementariedad requiere que cualquier holograma creado por un agujero negro sea una copia perfecta del original.

Matemáticamente, los físicos de ambos lados de este nuevo debate han concluido que la complementariedad estricta no es posible; es decir, que no puede formarse un holograma perfecto en la superficie de un agujero negro.

Mathur y sus colegas se sienten cómodos con la idea, porque han desarrollado también un modelo modificado de la complementariedad, en el que se asume que se forma un holograma imperfecto.

Los defensores de la teoría del firewall adoptan un enfoque de todo o nada para la complementariedad. Sin la perfección, dicen, sólo puede haber muerte ardiente.

Con su último artículo, Mathur responde que él y sus colegas han demostrado matemáticamente que la complementariedad modificada es posible.

No es que los defensores del cortafuegos hayan cometido algún tipo de error matemático, agrega: Las dos partes basaron sus cálculos en diferentes supuestos, por lo que tuvieron respuestas diferentes. Un grupo rechaza la idea de la imperfección en este caso particular, y el otro no lo hace.