Ovnis en pinturas rupestres

 

Ovnis en pinturas rupestres

Volvamos al tema ovni. Hay determinadas vertientes del asunto que provocan cierto asombro y desatan de forma natural nuestro interés. Una sería, por ejemplo, la razón de que en el mundo de la ufología pueda hablarse de oleadas de avistamientos seguidos de períodos de relativa calma, al menos desde 1947, cuando el fenómeno nace como tal.

O no, porque otro aspecto interesante es el de la relación entre las muestras de civilizaciones prehistóricas y presuntos extraterrestres, que es el tema que desarrollamos en este post, dejando para otro día la explicación sociológica, militar, filosófica o psicoanalítica del hecho de que los ovnis parezcan utilizar nuestros cielos como autopistas sin peaje durante un par de años para luego retirarse a los vacíos interestelares uno o dos lustros, y luego regresar, y luego marcharse, y así desde hace 60 años.

El cine, la ciencia ficción o el ensayo ufológico han explotado la vía del antiguo contacto entre humanes (preferimos escribir humanes, no humanos) y criaturas no terrestres. Se ha buscado una explicación alien para la construcción de las pirámides de Egipto y para otros hitos de las viejas civilizaciones, como las mesoamericanas.

Pero lo curioso es cuando nos remontamos a una época todavía más remota, anterior al Neolítico: el Paleolítico Superior e incluso Medio. Inevitable es entonces no referirse a unos enigmáticos dibujos descubiertos en las famosas cuevas de Altamira, que parecen realizados por un guionista de alguna película sesentera de serie B, tan semejante es su forma a uno de aquellos platillos volantes popularizados por Hollywood.

Ovnis en pinturas rupestres

Tales pinturas rupestres tienen una antigüedad de unos 13000 años, siglo arriba o abajo. Además, no son únicas, sino que en la vecina Francia también se han encontrado formaciones pictóricas similares. ¿Debemos considerar esos dibujos en las paredes la crónica periodística de finales del Paleolítico? ¿Son tan antiguos los avistamientos ovnis, o es que nuestros antepasados acaban de descubrir las delicias de un huevo frito (si es así, ¿porque no colorearon yema y clara para que las futuras generaciones no dejara volar la imaginación?)?

Si los platillos volantes de Altamira chocan un poco, los astronautas de Tassili son la caña. Las cavernas de Tassili están en el Sahara, en el sur de Argelia. En superficie la temperatura es infernal. Por debajo, las cuevas guarecen lo que podría haber sido el Museo del Prado del arte rupreste, aunque buena parte de las pinturas se han estropeado por la erosión.

Pues bien, en Tassili hay una serie de figuras en estado precario cuya reconstrucción por medios digitales ha sido la bomba: parecen tratarse de extrañas figuras con casco y botas… ¡astronautas y seres marcianos! La datación de las pinturas: 12000-14000 años. ¿Eh?

La cosa no acaba ahí: más reciente son los hallazgos en una zona de la India (distrito de Hoshangabad, estado de Madhya Pradesh) de difícil acceso. En unas grutas hubo un supuesto premio gordo e inesperado para los arqueólogos: pinturas rupestres de seres y artefactos voladores que indicaban tal vez la visita extraterrestre hace miles de años a las futuras tierras de Siddharta. La leche, vamos.

Todo esto es muy misterioso y, seamos sinceros, difícil de creer. Pero, viendo los dibujos, no es fácil mantener el escepticismo. Los ejemplos dados se sitúan justo a las puertas de la gran revolución del neolítico, que tan inexplicable resulta a los investigadores. De repente, en unos plazos increíblemente cortos, el hombre dio un salto tecnológico y cultural asombroso. ¿Hubo ayuda exterior?