IUS FERETRI O LA “PRUEBA DEL TACTO”

Dentro de Enigmas de la Historia hablaba del extraño suceso de Joan Norkton, la mujer que en…

Dentro de Enigmas de la Historia hablaba del extraño suceso de Joan Norkton, la mujer que en 1629 fue desenterrada para que tuviese la oportunidad de señalar a sus asesinos mediante el Ius Feretri o “prueba del tacto”. La idea de que un cadáver pudiese rebrotar sangre en presencia de su asesino o al tomar contacto con éste viene de muy antiguo y estuvo en vigor varios siglos atrás.

El jurista e inquisidor del Reino de Nápoles Paris de Puteo (1410-1493) dejó constancia en un tratado, De Syndicatu, algunos métodos curiosos para averiguar la identidad de un asesino. Relata que en el año 1510 Giovanni Austero fue hallado muerto y sus familiares exigieron a la justicia la prueba del Ius Feretri a dos cazadores de los que sospechaban causantes de su muerte. La prueba consistió en acercarse al cadáver con un pedazo de tela de lana blanca, posándola en contacto con sus heridas y manteniendo su mano sobre el cuerpo. Cuando el primero de los cazadores jura no haber participado en su homicidio no sucede absolutamente nada, sin embargo al repetir la prueba el segundo de los cazadores la tela se impregna de sangre, pudiendo así ser ajusticiado.

El humanista Marsilio Ficino dejó constancia de que esta prueba debía hacerse máximo siete horas después del fallecimiento de la víctima, justo antes del rigor mortis, para que la sangre pudiese rebrotar abundantemente y utilizarse como prueba en contra del asesino.

El filosofo Descartes también dejó referencias a este hecho insólito: cuando una materia está dispuesta a recibir su acción, se producían en ella efectos raros y maravillosos, como los de hacer sangrar las llagas de un muerto cuando se acerca el asesino.

Jacobo I Estuardo, rey de Inglaterra y Escocia, en su tratado Demonología, hace unas afirmaciones sorprendentes:

Como en un asesinato si se pone la mano del asesino sobre el cadáver del asesinado, éste empieza a sangrar, como si la sangre reclamase venganza contra el culpable, porque Dios ha establecido esta señal secreta sobrenatural para denunciar el delito.

Diversos eruditos de diferentes nacionalidades dejaron constancia de esta creencia que hoy nos parece inverosímil, llegando incluso a darse por buena en la facultad de jurisprudencia de la Universidad de Marburgo (Alemania) y que estuvo en vigor hasta finales del Setecientos.

Ius feretri