UN CAMBIO ENERGETICO

 

 

La Tierra, como el resto de los planetas del sistema solar, está recibiendo una mayor radiación que impacta en la naturaleza pero también en el comportamiento humano, según plantea el investigador Brad Hunter.

Los cambios climáticos que afectan al planeta son parte de una modificación energética más estructural que está impactando en todo el sistema solar. Sin embargo, el hombre hace poco por adaptarse a las transformaciones evolutivas y agrava el problema con la contaminación. Así lo plantea en diálogo con Plan Verde el periodista e investigador argentino Brad Hunter, autor de varios libros y conferencista sobre temas vinculados a la nueva consciencia. A lo largo de tres décadas, Hunter ha entrevistado a líderes espirituales de todo el mundo, místicos, sabios, religiosos, astronautas, científicos de la NASA, físicos cuánticos, y muchos otros.

-Cada día disponemos de más información sobre el cambio climático y somos testigos de sus efectos en todo el planeta, pero no estamos reaccionando en igual proporción.

-Eso es causa y efecto. Es muy simple. Las grandes corporaciones, que tienen el gran negocio de los combustibles, de los alimentos, etc., son los que mandan sobre el poder político. Esto después está sublimado en la economía, en el ser humano -que está al servicio de la economía, de los poderes políticos, de estas grandes corporaciones- y, por último, en el basurero del planeta. En realidad, el planeta tiene que ser nuestro principal objetivo. Todo tiene que estar supeditado a la autosustentabilidad y al equilibrio de la Gaia, del planeta como el ser consciente que es. En segunda instancia, hay que hacer más importante al ser humano, porque somos los seres con mayor conciencia e inteligencia sobre este planeta y tenemos la responsabilidad de cuidarlo. Y en tercer lugar, el poder político, la economía, y las corporaciones deben estar supeditados al ser humano y al planeta, y hoy ocurre todo lo contrario. Yo lo llamo paradigma inverso. El problema fundamental es que estamos regidos por un sistema que es totalmente obsoleto y es antiplanetario, antievolución, porque todo está industrializado. El planeta ya no puede seguir sustentando la gran cantidad de gente que hay y menos que toda esta gente esté produciendo

basura, consumiendo productos que vienen en un blister, en un packaging, todo descartable. Todo eso termina en los basureros porque nada se recicla y genera los grados de contaminación actuales. Estamos rompiendo el equilibrio planetario.

-¿El cambio climático impacta sólo en la Tierra?

-La realidad es que el cambio climático está siendo efectivo en Marte, en Júpiter, en todos los planetas del sistema solar. Las sondas más antiguas que el hombre sacó al espacio, las Voyager 1 y 2, se encontraron con los límites del sistema solar, la heliopausa -que es el límite de la heliosfera, el campo magnético que protege al sistema solar de las inmensas radiaciones del cosmos- mucho más cerca de lo que esperaban los científicos de la NASA. Los científicos dijeron: ¿qué paso? La conclusión que sacaron fue que el sistema solar, que está avanzando en la galaxia, se había encontrado con una zona muy densa de gran concentración de rayos cósmicos y nubes interestelares que estaban achatando a esa heliopausa, como si fuera un globo que estaba ejerciendo una presión. Ahí vieron que el sistema solar entero se estaba encontrando con una zona muy densa, muy cargada de energía, y empezaron a darse cuenta de que todo lo que nosotros denominamos cambio climático se estaba produciendo por grandes cambios en lo que se denomina el clima del espacio. Es decir, que los cambios climáticos empezaban muy por fuera de la Tierra, que eso iba a afectar al sol, la estabilidad de todos los planteas y del sistema en general.

-¿Cómo nos afecta esta influencia externa?

Lo que está habiendo es un cambio, un incremento en las energías que llegan, los rayos cósmicos, neutrinos. Todo está cambiando. Los rayos están impactando en nuestra magnetósfera, que es la capa que nos protege de todas esas radiaciones cósmicas. Esas radiaciones entran por lo polos y se depositan en el núcleo de la Tierra. El núcleo se tiende a saturar de energía y si no la libera explotaría. ¿Qué hace el núcleo? Empieza a liberar esa energía. ¿Cómo la libera? En forma de terremotos, vulcanismos, etc. Todo este incremento de terremotos, movimientos sísmicos, vulcanismos, no son otra cosa que una búsqueda de reequilibrio y adaptación del planeta a estos nuevos patrones de energía.

-¿Entonces, qué grado de responsabilidad tiene el ser humano?

Lo que hace el ser humano con la contaminación, con el desequilibrio de los ecosistemas, es agravar y acelerar el proceso. El proceso se llevaría a cabo de todas formas pero no de un modo tan violento o grave como está sucediendo ahora. No podrías evitar un terremoto como el que tuvo Chile (en 2010) pero sí evitar la destrucción de una central nuclear como la de Fukushima (NdR: afectada por el terremoto de 2011 en Japón) si esa central no hubiera estado ahí. Lo esencial para entender esto es que ya desde tiempos bíblicos se hablaba de Jinetes del Apocalipsis, que siempre se asociaron a Bush, Putin, a personas con nombre y apellido. En realidad, los Cuatro Jinetes del Apocalipsis son los cuatro elementos, algo que se sabía hace mucho tiempo: o sea, que el equilibrio planetario depende del fuego, la tierra, el aire y el agua.

-¿Hay que aceptar estos cambios como parte de la evolución?

Estos movimientos son cíclicos, son parte de la evolución. La única constante en la evolución es el movimiento. Y nosotros tendemos a buscar que todo siempre este igual, y eso es un gran error del ser humano porque todo está evolucionando. Estos cambios climáticos son transformaciones de evolución en el planeta. El problema es que el ser humano, al no entender esto, y al estar manejado con conceptos obsoletos y sistemas manipulativos basados en la especulación económica, financiera, política, no está reaccionando de la forma en que debería hacerlo para resistir estos embates. Ya se sabe, hubo miles de especies en la antigüedad que se extinguieron producto de estos cambios. Lo que evoluciona a las especies son los rayos cósmicos.

-¿Cómo podemos adaptarnos y qué resultados obtendríamos?

El resultado es la evolución. El hombre actual no es el mismo que el de Cromagnon de hace miles de años. Evidentemente, acá tenemos una constante que es evolutiva. La evolución no depende exclusivamente de lo que hagamos a nivel de descubrimientos e inteligencia, sino que la evolución tiene que ver con cambios genéticos. Y los cambios genéticos, se sabe, se van produciendo por radiación ionizante. ¿Qué es radiación ionizante? Es radiación cósmica que empieza a alterar la genética de las especies. Uno diría, Fukushima también es radiación, pero es radiación desordenada. La galaxia, a través de estos incrementos de energía, produce evoluciones que son programadas. La misma galaxia es un sistema perfecto de información. Lo que tiene que hacer el ser humano principalmente es conocer el proceso en marcha. Si nosotros fuésemos conscientes del proceso en marcha tendríamos que tomar medidas como, por ejemplo, terminar con la utilización de energías contaminantes. Después de Fukushima, Japón tendría que haber dicho, ya que tiene los recursos para hacerlo: “bueno, suficiente mensaje de la naturaleza tuvimos, pongamos en funcionamiento algo nuevo”. Y no lo hicieron. Tiene que haber una gran revolución del mismo ciudadano. El ciudadano se tiene que revelar a estos esquemas de poder económicos, políticos y financieros, porque son estos esquemas son los que desgraciadamente están frenando la evolución, los que están llevando al planeta a un colapso energético, climático y ecológico.


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