El Dios Ra: Dios Extraterrestre

“El dios Ra del antiguo Egipto era extraterrestre”.Con esta afirmación  no nos referimos a la famosa película ‘Stargate’, en la que hacen ver que Ra era un extraterrestre errante por el espacio en busca de la eterna juventud…

En el análisis de las escrituras egipcias antiguas, son muchos los mitos y leyendas sobre este dios primordial egipcio. Todo parece indicar que Ra, en el caso de que hubiera existido en algún remoto momento de la historia, tuvo que provenir de otro mundo, por lo que era extraterrestre. También existe la creencia de que Ra pudo ser un superviviente de la Atlántida, pero esto es otra historia que trataremos en otro momento.

Según los escritos que hacen referencia a este antiguo Dios de Egipto, Ra fue la máxima divinidad egipcia, dios solar por excelencia, expresión del triple aspecto del Sol.

Emerge del Océano Primordial y asume el nombre de Ra convirtiéndose en Dios único creador de los Dioses, sin el auxilio de otra entidad. Con sus propios miembros engendró a Shu y Tefnut, de los cuales nacieron Geb y Nut, que a su vez engendraron a Isis, Osiris, Seth y Nephtis. Asumiendo un carácter cósmico de la era astral predinástica, que basaba su doctrina sobre las estrellas.

Ra se convirtió en dios solar, símbolo de la religión aristocrática del período más antiguo, en antítesis con el culto de Osiris, más democrático y popular. El dios reinó durante muchos años sobre Egipto, pero desilusionado de su reino terrenal mítico y disgustado por la traición de aquellos a los que había beneficiado con su sabiduría, Ra decidió abandonar la tierra y subir al cielo para castigar al género humano.

Para su viaje celeste el Dios se sirvió de una barca diurna, Mantz, y de otra nocturna, Mashkhet, sobre la cual el dios recorría las regiones infernales. Desde el cielo el Dios envió a la tierra su Ojo divino que, asumiendo la apariencia de la diosa Hathor, la de aspecto leonino, exterminó gran parte de la humanidad ganándose el epíteto de Sachme, la Poderosa.

En época tardía Ra se asoció a las divinidades Amón, Atón, Khnum y Sebek. Con la forma de Amón-Ra, el dios se convirtió en la divinidad suprema de toda la religión egipcia. Con la triple forma de Khepri-Ra-Atón sintetizó los tres aspectos del sol; Khepri, el levante; Ra, a mediodía; Atón, el ponient, síntesis que tuvo un culto especial en Heliópolis, en donde se representa al dios antropomorfo con la cabeza de halcón o de carnero coronada por el disco solar.

En el Libro de los Muertos, Ra asume la apariencia de un gato armado con un cuchillo que mata a una serpiente, símbolo demoníaco al que Ra aniquila. Al dios se le atribuyeron algunas mujeres, entre las que figura Rait, contrapartida femenina de su nombre y Uert-Hekeu (Iusas).

Cuenta la leyenda que en un principio no había luz. Solo existía la oscuridad y una gran extensión de agua con el nombre de Num. El poder de Nun era tan grande que desde el interior de la penumbra hizo brotar un huevo grande y brillante. Y del interior de ese huevo surgió Ra.

Una de las razones por las que Ra fue considerado indestructible era porque nadie conocía su nombre. Esta creencia fue asimilada por varias religiones, entre ellas el judaísmo y el islam, que denominan a su dios de múltiples formas, pero establecen que se desconoce su nombre definitivo y cuyo conocimiento pronosticará el fin de los tiempos.

Si relacionamos estos textos podríamos estar hablando de que el Dios Ra debió de venir del espacio exterior. Surgir de un mar llamado Num en un huevo, pudo ser la manera de los antiguos habitantes de describir un cápsula o nave espacial estrellada en el mar, y el no saber cuál era el nombre verdadero de este Dios antiguo hace pensar que su posible procedencia era el espacio exterior.

Entre las teorías más arraigadas sobre la procedencia de Ra, la teoría del origen extraterrestre es la que más fuerza tiene.

“El dios Ra del antiguo Egipto era extraterrestre”.Con esta afirmación  no nos referimos a la famosa película ‘Stargate’, en la que hacen ver que Ra era un extraterrestre errante por el espacio en busca de la eterna juventud…

En el análisis de las escrituras egipcias antiguas, son muchos los mitos y leyendas sobre este dios primordial egipcio. Todo parece indicar que Ra, en el caso de que hubiera existido en algún remoto momento de la historia, tuvo que provenir de otro mundo, por lo que era extraterrestre. También existe la creencia de que Ra pudo ser un superviviente de la Atlántida, pero esto es otra historia que trataremos en otro momento.

Según los escritos que hacen referencia a este antiguo Dios de Egipto, Ra fue la máxima divinidad egipcia, dios solar por excelencia, expresión del triple aspecto del Sol.

Emerge del Océano Primordial y asume el nombre de Ra convirtiéndose en Dios único creador de los Dioses, sin el auxilio de otra entidad. Con sus propios miembros engendró a Shu y Tefnut, de los cuales nacieron Geb y Nut, que a su vez engendraron a Isis, Osiris, Seth y Nephtis. Asumiendo un carácter cósmico de la era astral predinástica, que basaba su doctrina sobre las estrellas.

Ra se convirtió en dios solar, símbolo de la religión aristocrática del período más antiguo, en antítesis con el culto de Osiris, más democrático y popular. El dios reinó durante muchos años sobre Egipto, pero desilusionado de su reino terrenal mítico y disgustado por la traición de aquellos a los que había beneficiado con su sabiduría, Ra decidió abandonar la tierra y subir al cielo para castigar al género humano.

Para su viaje celeste el Dios se sirvió de una barca diurna, Mantz, y de otra nocturna, Mashkhet, sobre la cual el dios recorría las regiones infernales. Desde el cielo el Dios envió a la tierra su Ojo divino que, asumiendo la apariencia de la diosa Hathor, la de aspecto leonino, exterminó gran parte de la humanidad ganándose el epíteto de Sachme, la Poderosa.

En época tardía Ra se asoció a las divinidades Amón, Atón, Khnum y Sebek. Con la forma de Amón-Ra, el dios se convirtió en la divinidad suprema de toda la religión egipcia. Con la triple forma de Khepri-Ra-Atón sintetizó los tres aspectos del sol; Khepri, el levante; Ra, a mediodía; Atón, el ponient, síntesis que tuvo un culto especial en Heliópolis, en donde se representa al dios antropomorfo con la cabeza de halcón o de carnero coronada por el disco solar.

En el Libro de los Muertos, Ra asume la apariencia de un gato armado con un cuchillo que mata a una serpiente, símbolo demoníaco al que Ra aniquila. Al dios se le atribuyeron algunas mujeres, entre las que figura Rait, contrapartida femenina de su nombre y Uert-Hekeu (Iusas).

Cuenta la leyenda que en un principio no había luz. Solo existía la oscuridad y una gran extensión de agua con el nombre de Num. El poder de Nun era tan grande que desde el interior de la penumbra hizo brotar un huevo grande y brillante. Y del interior de ese huevo surgió Ra.

Una de las razones por las que Ra fue considerado indestructible era porque nadie conocía su nombre. Esta creencia fue asimilada por varias religiones, entre ellas el judaísmo y el islam, que denominan a su dios de múltiples formas, pero establecen que se desconoce su nombre definitivo y cuyo conocimiento pronosticará el fin de los tiempos.

Si relacionamos estos textos podríamos estar hablando de que el Dios Ra debió de venir del espacio exterior. Surgir de un mar llamado Num en un huevo, pudo ser la manera de los antiguos habitantes de describir un cápsula o nave espacial estrellada en el mar, y el no saber cuál era el nombre verdadero de este Dios antiguo hace pensar que su posible procedencia era el espacio exterior.

Entre las teorías más arraigadas sobre la procedencia de Ra, la teoría del origen extraterrestre es la que más fuerza tiene.