EL MOKELE MBEMBÉ

EL MOKELE MBEMBÉ

   EL MOKELE MBEMBÉ
 

Uno de los animales en el que los criptozoólogos tienen muchas expectativas de lograr un resultado positivo es el Mokele Mbembé, al cual se lo sitúa en remotos y casi inaccesibles pantanos del África ecuatorial.

Los nativos lo describen como un extraño animal, de gran tamaño, con un tronco voluminoso, de patas cortas y poderosas, con una gran cola y de cuello muy largo, donde descansa una cabeza pequeña.

Esta descripción es muy similar a la de un animal que se extinguió hace 65.000.000 de años cuando los dinosaurios dominaban la tierra y por una razón todavía no dilucidada, se extinguieron masivamente.

Este animal no es otro que el Plesiosaurio, un reptil marino de la Era Mesozoica.

El Plesiosaurio tenía un cuerpo que alcanzaba hasta 14 mts. de largo desde la cabeza hasta la cola. Su cuello, al igual que la cola, se caracterizaban por ser largos y poderosos y tenia una cabeza relativamente pequeña para su porte.

A pesar de un origen terrestre, se convirtió en anfibio y sus miembros (tanto anteriores como posteriores) se transformaron en aletas, por lo que se piensa que nadaba y se movilizaba como las tortugas.

El Mokele Mbembé es vegetariano y rara vez ha atacado al hombre, aunque si es enemigo de hipopótamos y cocodrilos que rehuyen su presencia.

Si bien hay muchísimos testimonios de la presencia de este animal, hay relatos que se destacan por la idoneidad de quienes exploraron buscándolo.

   

A fines del siglo XIX el explorador y cazador Alfred Horn vio las enormes pisadas del Mokele Mbembé.
En 1913, un capitán alemán, el Barón Von Steinzu Lausnitz cuenta en un informe el miedo de los nativos al internarse en los pantanos y su negativa a continuar la búsqueda de la criatura.

El escritor y naturista inglés Iván Sanderson mientras recorría una zona pantanosa del río Mainyu (en África) vio en 1932, un animal que describe “con una cabeza negra semejante a una gigantesca foca”.

En 1982 el Dr. Roy Mackal de la Universidad de Chicago fue a buscarlo a lago Likusia (en la República Popular del Congo), dado que había muchas versiones que ubicaban al Mokele Mbembé en la zona. Aunque no pudieron dar con el animal, registraron pisadas mucho más grandes que las de un elefante.

Otra expedición realizada poco tiempo después (esta vez dirigida por el biólogo Marcellin Agnagna) lo vio y lo describe como un gran saurio al que no pudieron atrapar.

Teniendo en cuenta que en África el clima no es muy distinto al de la antigüedad y que aún hoy hay animales que se consideran fósiles vivientes como el cocodrilo o el dragón de Komodo (en el archipiélago asiático); no se puede descartar de plano la posibilidad de un animal prehistórico anfibio viviendo en el agua casi permanentemente.

Son muchos los testimonios que llevan a suponer la existencia de seres prehistóricos vivos, tanto en Europa, América, África y Australia y tal vez le corresponda al Mokele Mbembé el honor de ser el primero en confirmarlo.