Las Cinco Pruebas De La Existencia De Dios De Tomás De Aquino

Las Cinco Pruebas De La Existencia De Dios De Tomás De Aquino

Cinco argumentos clásicos del teólogo y filósofo medieval Tomás de Aquino se encuentran entre las pruebas más convincentes de la existencia de Dios.

La existencia de Dios ha sido durante mucho tiempo un tema de gran interés para las personas de todo el mundo. Numerosos teólogos, filósofos y observadores cotidianos tienen argumentos avanzados a favor y en contra de la probabilidad de que una Deidad todopoderosa reine sobre el universo.

Cinco de los argumentos más resistentes escuchados en este largo debate provienen de la mente brillante del filósofo y teólogo del siglo XIII Tomás de Aquino.

¿Quién fue Tomás de Aquino?

Tomás de Aquino (también conocido como Tomás de Aquin o Aquino) fue un sacerdote dominico italiano de la Iglesia Católica medieval. El nombre “Aquino” no es un apellido, sino más bien un nombre que se le dio en virtud de su lugar de origen.

Nacido en el año 1225, Thomas se convertiría en uno de los teólogos más destacados de la Europa anterior a la Reforma. Thomas fue un prolífico defensor de la teología natural y fue inmensamente influyente en el pensamiento occidental.

Tomás de Aquino
Tomás de Aquino

Gran parte de la filosofía moderna tiene una deuda de gratitud con los escritos de Thomas.

Las cinco pruebas de la existencia de Dios de Tomás de Aquino

Partiendo de la lógica del legendario filósofo Aristóteles, Tomás de Aquino describió razones convincentes para que las personas adopten la existencia de Dios. Los argumentos de Tomás de Aquino para Dios consistieron en:

Argumento del movimiento

Hay movimiento en el universo. Como nada puede moverse solo, un agente externo o fuerza es / fue necesario para causar o instigar el movimiento que está en el universo.

Abrazando el razonamiento de Aristóteles, Tomás de Aquino descartó la posibilidad de una regresión infinita de fuerzas. Debe haber (en palabras de Aristóteles) un “motor inmóvil”.

Argumento de causa

Basado en las premisas de que cada efecto tiene una causa y que todo lo que comienza a existir o suceder es un efecto, el argumento cosmológico sostiene que debe haber una primera causa última.

Después de todo, una regresión infinita de efectos no tiene sentido. Una causa original tuvo que comenzar el tren de efectos.

Argumento de la perfección

El universo contiene una pirámide de seres (desde organismos simples y básicos hasta organismos avanzados como los humanos). Este “grado de perfección cada vez mayor” apunta hacia un ser final que debe ser perfecto e ideal.

Argumento del diseño

El mundo contiene un orden o diseño observable. Tal diseño no puede atribuirse al objeto u objetos en cuestión. Debe haber un Diseñador externo para dar cuenta de la complejidad de la vida y el orden del universo.

Argumento de la necesidad

Todo lo que existe lo hace en relación con otras cosas. Dentro de esta red observada de relaciones, todo lo que existe depende de otra cosa. Sin embargo, una regresión infinita de tales relaciones es contradictoria e imposible. Debe haber un “ser necesario” que no depende de nada más para su existencia.

El legado de los argumentos de Aquino

Estos cinco argumentos a favor de la existencia de Dios han pasado a convertirse en defensas distintivas del monoteísmo. Estos argumentos (o variaciones de ellos) son evidentes en prácticamente todos los trabajos de apologética monoteísta.

Aunque han sido desafiados por escritores ateos a lo largo de los siglos, ninguno ha sido totalmente refutado. Su poder de permanencia es un testimonio de su credibilidad, de la mente brillante que los concibió y de la fe que abrazó.

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