Maldek o Faetón: el enigma del «Quinto Mundo» del que no se habla

“Existe un mundo adicional en el firmamento, con un brillo comparable al de Marte y Júpiter. Por lo tanto una noche, explota repentina e inesperadamente, como una nova en nuestro sistema solar. Se expande y se ilumina a un brillo diurno, y despues se desvanece. En escasos meses el borde de ataque alcanza la Tierra. El firmamento del día y de la noche, se incendia con grandes lluvias de meteoritos relucientes. Tal espectáculo dejaría una impresión más siniestra, y profunda en los residentes de la era”. Timothy Unruth. Phaeton: El Mundo Perdido. Un planeta antiguo que pereció, 1995.

De tiempo a esta parte, la existencia de un misterioso mundo, denominado el quinto, y que se argumenta antiguamente formara parte de nuestro sistema solar, vive, desde hace unos cuantos años, gran renacimiento.

Esta supertierra, como popularmente se la conoce, es fuente de incesante controversia, y donde el planeta investigador, no parece tener opinión uniforme.

Hay una postura dominante, que parece rehuir de esta idea, negando cualquier apertura a una futura revisión del asunto.

Pero a pesar de estas idas y vueltas, tenemos hoy en dia acumulados, una enorme cantidad de datos, que llevan a pensar, no todo es invención. Naveguemos tras sus misterios.

Faetón – El Radiante Imprudente

“Aquí yace Faetón, que hizo el viaje por el Sol, retó a todos, aunque la debilidad le traicionó”. Faetón. Mitos y Mitos.

La mitología griega rebosa de cronica enigmaticos, y de incomprensible penetración si se carece de la llave correcta. Faetón, conocido como el reluciente o radiante, representa uno de estos ejemplos. Todos sabemos su trágico desenlace, signado por la muerte.

Pero, ¿quién es éste héroe irresponsable, que estuvo a punto de destruir la tierra, siendo el mismísimo Zeus, verdugo de su destino? Los cronistas cuentan, Faetón, es hijo de Helios, personificación del Sol, y uno de los grandes Titanes.

Homero el gran rapsoda griego, explica a Helios, como un reluciente jinete recorriendo el firmamento celeste, al mando de cuatro corceles despidiendo fuego. Son Flegonte (el ardiente), Aetón (el resplandeciente), Pirois (el ígneo) y Éoo (el amanecer).

Quiero que el lector preste atención a esta primera pista, pues si se alterna caballo por dragón expulsando fuego, el escenario cambia por completo, ya que dragón, manifiesta el esoterismo, remite a grandes iniciados. Los legendarios nagas-serpientes.

La leyenda de Faetón, que oculta misterios de nuestro pasado planetario. Cortesía: museodelprado.es

Helios, por consiguiente, es un iniciado solar, habitante del inframundo tártaro, y señor que todo lo ve. Teniendo en cuenta tan notable personaje, es imposible concebir el fracaso de Faetón, pero así ocurrió.

Su impericia en el manejo del fantástico carro de su padre, obligó a Zeus tomara cartas en el tema, ya que según se cuenta, y atención lector con estas líneas, Faetón en su paseo celeste, giró muy alto, causando la Tierra se enfriara, y haciendo a su vez, se secara y ardiera la flora. El continente africano además se vio afectado, convirtiéndose a partir de por lo tanto, en un desierto.

Esta es una primera pista emergente, tras el velo del mito. La segunda de ella, proviene de un cronista griego de lujo, no siendo otro que el filósofo Platón. Y es que en su célebre diálogo Critias, donde por primera vez se mención la Atlántida, se introducen alusiones sobre Faetón, revelando el mismo, su entramado cósmico. La transmisión de estos misterios son puestos en boca de Solón, uno de los sabios más notable de Grecia.

Atendamos este pasaje:

“Faetón, hijo de Helios habiendo uncido los caballos en el carro de su padre, porque él no era capaz de conducir en el camino de su padre, quemó todo lo que estaba sobre la tierra, y él mismo fue destruido por un rayo. Actualmente bien, esto tiene la figura de un mito, pero en verdad significa una declinación de los cuerpos que se mueven en el firmamento alrededor de la tierra, y una gran conflagración de las cosas sobre la tierra, que se repite después de largos intervalos”.

Esta revelación surge de ecos mas viejos, según proclama Platón en Critias, ya que Solón admite heredar la información de sacerdotes egipcios. Pero hay un vínculo incluso más estrecho, entre el infortunado Faetón, y la tierra de las pirámides, ya que se rumorea allí nació.

En busca del quinto mundo

“Entre las órbitas de Marte y Júpiter falta un mundo. Todas las leyes de la gravitación propugnan por su existencia. Pero allí sólo existe un cinturón de asteroides ¿Cuál es la provoca de la desaparición del que sería el QUINTO mundo?”. Marius Lleget. El enigma del quinto mundo, 1980.

Cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, posibles remanentes de Faetón. Crédito: Mdf / Wikimedia Commons (Public domain)

Este apartado podría titularse, de como Faetón abandonó el casillero mitológico, para pasar a infiltrarse en el planeta académico.

Puro amarillismo, dirían varios, y tendrían razón, sino fuera varios estudiosos se lanzaron a divulgar temerarias ideas encima del sistema solar, que, en el desarrollo de sus teoría, terminarían por vincular a Faetón.

Tal provocación empezó a ganar adherentes en el siglo XVII, debido al impulso principalmente de astrónomos alemanes, siendo uno de sus mayores representantes, Johann Daniel Titius, 1729-1796, quien formularía la ley que lleva su nombre, sumando más tarde a Johann Bode, 1747-1826, como segundo de abordo, aunque en calidad de plagio. Aquella ecuación matemática enunciada por Titius, permite predecir con fiabilidad asombrosa, la separación de los mundos en relación al sol.

Pero éste reluciente hallazgo arrojó una paradoja inesperada, cuando se dedujo La Ley Titius-Bode sólo podría cumplirse en su totalidad, si se admitiera la existencia de un quinto mundo, alguna vez orbitando entre Marte y Júpiter.

El planeta investigador denunció perplejidad, y una corriente de ansiedad pronto se extendió entre varios estudiosos, obsesionados por localizar pruebas, sobre aquel planeta perdido.

Una propuesta que ganara rápidos adeptos, fue la lanzada por el astrónomo alemán Heinrich Wilhelm Matthäus Olbers, 1758-1840, que en 1802 declaró pedazos del cinturón de asteroides, serian remanentes de un antiguo mundo desaparecido. Esta tesis, continuadora de La Ley de Titius -Bode, fue bautizada como Hipotesis Disruptiva, sumando datos ampliatorios a los ya enunciados.

El texto publicado por Johann G. Radlof, llamado el padre del catastrofismo, y donde por primera vez se enuncia Phaeton, como causante del diluvio. Cortesía: velikovsky.info

Bajo ese mismo alma, Johann Gottlieb Radlof, 1775-1846, llamado el padre del catastrofismo alemán, publicó en 1823, «Destrucción de los grandes mundos Hesperus y Phaeton, y posterior destrucción e inundación en la tierra», adelantándose en sus ideas casi un siglo, a las promulgadas luego por el estudioso ruso Immanuel Velikovsky, 1895-1979, en su celebrado Mundos en Colisión, 1950.

En 2003 el escritor británico Trevor Palmer, en su texto «Peligroso mundo Tierra: catástrofes y catastrofismo a través de las edades», declaró algunas rarezas encima del trabajo de Johann Gottlieb Radlof, expresando:

“Radloff, argumentó un vasto mundo entre Júpiter y Marte, podría haberse hecho pedazos en tiempos históricos, debido a un colisión cometario. Especuló, otra parte del mundo destrozado, se había hallado con Marte, y había sido arrojado a una órbita casi circular alrededor del Sol, cercano a Venus. Mientras otro trozo colisionó con la Tierra, dando lugar a mitos que explican batallas en el firmamento, entre varios dioses”

Los astrónomos alemanes, hasta por lo tanto ejes dominantes en la controversia, fueron sucedidos por expertos rusos, que, a inicios del siglo XIX, se lanzaron al ruedo mediático. Veamos.

Faetón y la pista de Tunguska

“El quinto mundo del sistema solar de antaño, de muy antaño, atravesó una órbita irregular, acercándose periódicamente cada vez más a Júpiter, hasta que entró en la zona crítica de la disrupción por la acción de la gravedad mareomotriz, y sin más se fragmentó, convirtiéndose en el cúmulo de asteroides de los tiempos presentes”. El Libro de Urantia.

Remanentes del meteorito Příbram que en 1959 fuera recuperado en Checoslovaquia. Varios estudiosos sugieran pudieran ser remanentes del desaparecido Faetón. Cortesía: es.qwe.wiki

Aunque Johann Gottlieb Radlof fue el primero en introducir a Faetón, como santo patrón catastrofista, los estudiosos rusos iniciaron su propia cruzada. Quién primero tomara la posta fue el astrónomo Serguéi Vladímirovich Orlov, 1880-1958, que en 1949 reclamó Faetón como su propia ficción. Un año después, en 1950, el académico Vasily Fasenkov se metió en la pulseada, declarando Faetón, fue destruido tras colisionar con Júpiter, aunque luego se excusó de ahondar en su propuesta.

Las audaces hipotesis sobre Faetón continuaron su ritmo ascendente, volviéndose cada vez más famosos. Pero no fue hasta 1959, cuando un curioso hecho regresó Faetón a la arena mediática. Ocurrió un reluciente meteorito, descrito como una especie de proyectil cósmico, penetró Příbram, zona de Checoslovaquia, cuya trayectoria una vez calculada determinó su procedencia, colocada según se manifestó, en algún lugar entre Marte y Júpiter.

Una segunda evidencia se presentó en el HimalayaCordillera de Karakórum, durante 1975. Allí en las llamadas montañas negras durante una expedición, organizada por el prestigioso geólogo ruso Pavel Florensky se detectaron misteriosos pedazos de color verde reluciente, que una vez analizados resultaron ser tectitas.

Según se manifestó, aquellos cristales «resultaron remanentes de meteoritos jamás anteriormente encontrados en la Tierra». Los estudiosos rusos que inspeccionaron estas muestras, determinaron las tectitas, nacieron como resultado de una violenta explosión, siendo luego arrojadas hacia la Tierra.

¿Factible remanentes de Maldek? Meteorito encontrado en Tunguska en 2016. [Ver más].

Mientras desarrollo este trabajo, un apunte inesperado se cuela en la cronica narrada, conectando Faetón, con el enigma irresuelto de Tunguska, 1908. Es enlace tiene a Leonid Kulik, 1883-1942, como pista sobresaliente, siendo el primer estudioso ruso investigador en Mineralogía, que realizara algunas de las expediciones más recordadas, en sus intentos por esclarecer lo ocurrido en Tunguska.

Kulik estaba convencido una roca de colosales dimensiones, calculada en 37 metros de circunferencia, explosionó en la taiga siberiana. Durante su vida buscó huellas de ese colisión, que creyó un meteorito, pero sus investigaciones no pudieron demostrarlo.

Estampilla conmemorativa, celebrando el cuarenta aniversario del suceso de Tunguska, y cuyas derivaciones pudieran vincular, con en el enigma de Faetón. Cortesía: sciencephoto.com

Una anomalía

Y aquí una anomalía que esta escritora se interroga. Otro de los grandes creyentes sobre Faetón, fue el investigador Yevgeny Leonidovich Krinov, 1906, 1984. Investigador en mineralogía y astronomia, Krinov, estuvo implicado en las expediciones llevadas a cabo por Kulik en Tunguska.

Estas experiencias derivarían en un trabajo hoy considerado esencial, El Meteorito de Tunguska, publicado en 1949. Pero en 1975, mismo año del descubrimiento de las tectitas comentadas, Krinov asume una posición polémica, ya que decide mandar a destruir 1500 negativos filmados por Kulik en Tunguska, durante la exploración de 1938, argumentando la película estaba infectada con nitrato contaminante. Demasiados se preguntan si ambos acontecimientos, Tunguska y Faetón guardan misterios vinculantes, y de insospechadas derivaciones.

Alexander Peterovich Kazantsev – Viejos Cosmonautas, y Faetón

Si hubo un nombre relacionado a Faetón, ese fue Alexander Peterovich Kazantsev, que ganara fama como divulgador del asunto, allá por la década de los sesenta. Nacido en AkmolinsRusia, 1906, se graduó en la Universidad Politécnica de TOMSK como ingeniero electromecánico. Investigaciones posteriores, lo llevaron a incursionar en la literatura de ciencia ficción, llegando a obtener importantes premios como escritor, debido a sus fabulosos ensayos. Más tarde ejerció como ufólogo, siendo considerado uno de los primeros pioneros, sobre presencia alienígena en la antigüedad.

En 1946 su fama se acrecienta, al presentar sus opiniones sobre Tunguska, aseverando, el suceso fue producto de una explosión termonuclear, debido a la fallida incursión de una nave extraterrestre en cielos siberianos. asimismo de ocuparse de los misterios de TunguskaKazantsev, además se interesó en un asunto que con los años se transformó en obsesión, la búsqueda del mundo perdido.

Como una figura de exorcizar sus ideas, en 1974 publica «PHAETAE», traducido al español como «La Destrucción de Faena», donde especula aquel mundo, fue habitado por una civilización avanzada, que después de una violenta destrucción nuclear, sus supervivientes, se observaron obligados a refugiarse en la Tierra, buscando escapara a la devastación. Y de este punto luego agregaré algo más.

Un año después de dar a conocer su novela, Kazantsev vuelva a la carga con Faetón, señalando en exclusiva mundial, «que aquel  mundo, el cual se estima, alguna vez orbitó entre Marte y Júpiter, fue destruido en la antigüedad, por una explosión termonuclear, desencadenada por una avanzada casta de humanidades, y cuyos remanentes pueden observarse, en el actual cinturón de asteroides».

Alexander P. Kazansetv gran defensor de Faetón, que utilizó como recurso para alguna de sus novelas de ciencia ficción. Archivo Personal / Ricardo Gomez.

Paralelamente a este enunciado tan contundente, Kazantsev además se arrogó haber puesto de moda, las enigmaticos estatuillas japonesas Dogu, datadas en 8.500 años, llegando asegurar, simbolizan cosmonautas de Faetón.

A pesar de su enorme prestigio, Kazantsev fallecido en 2002, fue objeto de violentas polémicas, debido a su defensa sobre la vida alienigena, en donde demasiados críticos observaron la ciencia ficción, como provoca primaria tras sus extravagantes reclamaciones. Como si fuera poco, un entredicho incluso mayor parece rodear a Kazantsev, si atendemos una cronica que lo vincula con nuestro querido George Hunt Williamnson.

George Hunt Williamson – Canalizando a Maldek

“El Antiguo Testamento, está literalmente lleno de referencias al final del mundo celebre por los viejos de la Tierra, como Lucifer, y que las inteligencias del cosmos exterior denominan Maldek, (lengua plateada). A los cuales hay que agregar citas enteras, de versículos de comentaristas como Isaías, Santiago, Josué, y además del Éxodo, durante el período de Moisés”. George Hunt Williamson. Diferentes Lenguas. Diferentes Carnes, 1953.

Esta escritora no va a descansar, hasta que George Hunt Williamson reciba los créditos que merece por su trabajo, siendo en el presente, ignorado. La amnesia parece no tener fin, dominada quizás por prejuicios hacia el personaje. Quién escribe, los tuvo, no lo niega, aunque la venda al final cayó. Atendamos estos datos.

En 1953 se edita un texto que alcanza gran repercusión en los círculos ufológicos, «Other Tongues -Other Flesh», obra sin transcripción al castellano, siendo su mentor nada menos que el norteamericano George Hunt Williamson.

El plan presentada en Other Tongues – Other Flesh, trata sobre las transmisiones dictadas por los «hermanos del cosmos», que según Wiiliamson, lo eligieron como médium para sus comunicaciones al planeta, empleando como técnica de recepción, redacción automática y señales radiales. En su mayoría los apuntes volcados en el texto, versaban sobre los orígenes de antiguas culturas estelares y terrestres, concentrado como mención principal, misterios sobre del Sistema Solar.

Según lecturas obtenidas a través de sus mensajeros espaciales, materializadas en el tercer capítulo de Other Togues – Other Flesh, «Maldek and Malona», la Tierra, debió su nacimiento a un mundo hoy extinto, Maldek, destruido a provoca de una conflagración nuclear, que habría orbitado entre Marte y Júpiter.

Diferentes Lenguas. Diferentes Carnes. George Hunt Williamson, y un texto clave, publicado en 1953, y de notable influjo para autores posteriores. Cortesía: manybooks.net

Escribe Williamson:

“Esto significa Maldek, fue un planeta de iniquidad que explotó, y se quemó, causando la contaminación de los demás mundos del sistema solar. Debido a su maldad, Maldek (la lengua), prendió fuego su vórtice, liberando el poder del hidrógeno terrible, reduciéndolo así a un estado invisible”.

Es interesante ver la mayor parte de estas comunicacones comentadas por Williamson, ocurrieron en Arizona, que, en un artículo anterior, señalamos zona de capital importancia, si atendemos lo ocurrido con los Hopis. Arizona recordemos, la famosa tierra dorada.

asimismo de MaldekWilliamson proporciona datos más que sugestivos sobre Marte, adelantándose a una disputa de más de treinta años, en cuanto a la artificialidad de los satélites del mismo.

“Después de la destrucción de Maldek-Lucifer, hubo terribles desastres en Masar (Marte). Grandes erupciones volcánicas ocurrieron. Demasiados de los nuestros perecieron. Marte, literalmente por lo tanto, se transformó en un horrible y furioso dios flameante. Evidentemente la gente de Marte sabía lo que venía, por lo que construyeron los dos satélites artificiales llamados Fobos y Deimos, creados en un instante de gran miedo”.

Agregando:

“Las lunas son equilibradores de mundos con los que están conectados”.

Pasemos actualmente a la cuestión Kazantsev estatuillas Dogu. Sabemos de sobra como el escritor ruso divulgó al planeta, su vision sobre alienigenas de Faetón, que, escapando a la destrucción de su mundo, buscaron refugio en la Tierra. Las estatuillas Dogu, serian la representación de aquellos viajeros interplanetarios. Tal es la tesis de Kazantsev. Y esta escritora se interroga ¿reclamaciones legítimas, o robo descarado? Sorpréndase lector.

Según pude investigar, en la década de los sesenta Williamson estuvo en Japón, siendo en ese país donde cogió contacto con estas figuras, que más tarde asombrarían al planeta. Está probado que dos años después, en 1962, el norteamericano envió fotografías e informes de sus observaciones al ruso, quién ese instante ya era, «consultor del proyecto espacial soviético».

se comenta que éste contestó a su misiva diciéndole, las «fotografías eran muy interesantes», y catalogándolas, como de suma importancia.

Para 1963 Kasantsev publica su conocido ensayo encima del enigma de las estatuillas Dogu, cuidándose muy bien de citar a su enigmatico benefactor, el cual como conocemos, fue eludido una vez más, en la redacción de los créditos. Supongo el lector se preguntará mi silencio sobre Zecharia Sitchin Tiamat, alias Faeton-Maldek. Después de esta explicación, Sitchin está lejos de merecer atención en este punto.

Anteriormente de cerrar esta ventana sobre Faeton, deseo agregar un capitulo poco conocido, involucrando Cueva de los Tayos y Maldek, en datos exclusivos incluidos en mi texto encima del asunto, Cueva de los Tayos. Misterios Subterráneos de los Mundos Olvidados, publicado en 2016.

Misterios Subterráneos sobre Faetón

Esta cronica que actualmente voy a compartir, me fuera narrada por un declarante argentino, quién me confiara una revelación asombroso, involucrando Juan Móricz, Tayos y Maldek. Tengamos en cuenta sobre Tayos se cuentan gran cantidad versiones, pero sin miedo a dudas, estamos ante una de las más explosivas.

por lo visto durante sus incursiones en los laberintos de TayosMóricz, se topó con tres cuerpos de gigantes rubios, del tipo albino, además de murales decorados con signos estelares, -especie de mapa de ruta- y adornando el recinto, columnas de estilo fálico, cuya redacción encontrada, recordaba a la cuneiforme.

Pedazos recuperados en 2010 vinculados con el affaire Tunguska. Exponen insolitos patrones, que parece recordar algún tipo de redacción ¿Remanentes de Maldek? Cortesímundogump.com.br

Móricz estaba convencido de que estos remanentes eran restos de un mundo llamado Faetón, el cual habría orbitado alguna vez entre Marte y Júpiter, y que una vez destruido, resultado de una guerra civil entre sus residentes, varios supervivientes se trasladaron a la Tierra, residiendo desde por lo tanto en su interior. El declarante además me narró, que Móricz habría manifestado la intención de dar a publicidad un texto, el cual se iba a titular, «El Imperio del Dios Falo», donde iba a contar toda su verdad. Hasta Aquí.

Conclusión

El artículo se propone un intento abreviado, de un asunto poco explorado por los estudiosos, aunque en los últimos tiempos, ha observado renacer su actividad a través de modernos divulgadores, como es el suceso del llamado informante norteamericano Corey Goode, con sus reclamaciones sobre una antigua supertierra planetaria.

Diferentes nomenclaturas refieren el mundo desaparecido, como TiamatMundo AmarilloSataniaLuciferAstra, erigiéndose patrimonio de narrativas legendarias. Varios sensitivos suponen, tras el colapso de Maldek, la Tierra entró en una encrucijada cósmica. Pero de este asunto, hablaremos en otra ocasión. Continuará.

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