Nemrut Dağ: la montaña de los viejos dioses.

En Turquía, en la cuspide de una inmensa montaña ubicada en el Altiplano Turco, hay un lugar empleado a los viejos dioses: Nemrut Dağ, un santuario de grandes estatuas con la peculiaridad de que sus cabezas yacen en el suelo.

En 1881, Charles Sester, un ingeniero alemán que buscaba nuevas rutas de comunicación para el Imperio Otomano, se topó con Nemrut Dağ, un santuario que había sido abandonado hace demasiados años.

Los únicos que lo recordaban eran los residentes locales, que no tardaron en explicarle todo sobre aquellas enigmaticas estatuas decapitadas en la cuspide de esa montaña.

Nemrut Dağ y las deidades sin cabeza

Fue erigido por órdenes del soberano propio Soberano Antíoco I Theos de Comagene. Crédito: Christian Koehn / Wikimedia Commons

Estar en este santuario, ante unas estatuas de piedra colosales, puede ser impresionante, sin importar la creencia de la persona. Por esa razón se ha convertido en uno de los sitios turísticos más importantes de Turquía.

Miden entre 3 a 5 metros de altura y sus cuerpos yacen sentados en lo que el propio Rey Antíoco I Theos de Comagene, denominó «El Trono de los Dioses». Unos cimientos que jamás podrían ser destruidos.

Estaban repartidos en dos terrazas que los diferenciaba; una mirando hacia el este y otra hacia el oeste.

en cambio, como si fuesen las víctimas de una energica batalla entre entes de diferentes mundos, o, al menos, de algún suceso imposible para el hombre, sus cabezas yacen separadas de sus cuerpos y están esparcidas en el suelo.

Las estatuas eran las representaciones de Hércules, Antíoco I, Zeus, la deidad de la Fortuna, Apolo, Mitra, Hermes y Alejandro Magno y su edificación fue ordenada por el propio Soberano Antíoco en el año 62 a. C.

¿Qué es verdaderamente este santuario?

Nemrut Dağ: la montaña de los antiguos dioses

Se supone que las estatuas de las deidades simularían una especie de Olimpo donde Antíoco podría estar al lado a las deidades. Crédito: pxfuel.com

Durante demasiados años se especuló encima del origen de esta estructura, hasta que se llegó a la conclusión de que se trataba de un santuario funerario.

Alrededor del complejo, además de las imponentes estatuas de los dioses, además se pueden ver cabezas de leones y águilas, como si sirvieran de resguardo del monumento y como fieles sirvientes de las deidades.

El por qué el soberano mandó a edificar este santuario tan extravagante incluso es debatible, en cambio, se estima que era un ser pretencioso y egocéntrico. De hecho, él mismo se jactaba de decir que su sangre era casi divina.

Él venía de un familia llena de nombres históricos y dioses que continuamente buscaron su protección. La leyenda cuenta que por sus venas corría la sangre de la misma Mitrídates y de Darío el Grande. igualmente la de Alejandro Magno.

Estaba seguro que, el día de su muerte, sus remanentes mortales serían enterrados en Nemrut Dağ para que, de una vez por todas, pudiera alcanzar a las deidades y a los hombres más importantes del planeta, sobre la cuspide de su propio reino.

De hecho, estaba totalmente confiado que al instante de su partida, nacería una religión en su nombre, razón por la cual dejó esta inscripción en el monumento:

“Yo, Antíoco, he mandado a erigir este mausoleo para mi mayor gloria y para gloria de las deidades”.

¿Qué ocurrió con las estatuas?

Nemrut Dağ: la montaña de los antiguos diosesA pesar de las distintas hipotesis, incluso no se sabe por qué las cabezas se desprendieron de esa forma y por qué cayeron a los pies de la montaña. Crédito: Bernard Gagnon / Wikimedia Commons

Uno de los grandes misterios sobre esta edificación es conocer verdaderamente que ocurrió con las estatuas ¿Por qué sus cabezas están alejadas de sus cuerpos?

Las explicaciones «lógicas» son las más habituales; el tiempo causó mella en la estructura, la naturaleza y el ataque de vándalos ocasionaron que la majestuosidad de las estatuas se perdiera ante su actual estado.

igualmente se ha culpado que los terremotos fueron los responsables de que las deidades se vieran decapitadas y sus cabezas terminaran cayendo montaña abajo. Con el pasar de los años, más personas destruyeron varios de los rasgos faciales de las representaciones de Alejandro Magno, Apolo y la deidad de la Fortuna.

Diferentes investigadores además hacen referencia al fuerte viento que sopla en estos altiplanos, el cual, quizá, es el principal responsable de los daños en las facciones de las estatuas.

Aun así, la precision cómo fueron cortadas las cabezas de las estatuas de estas deidades lleva a la duda y a creer la probabilidad de que algo sobrenatural ocurrió ¿Por qué no se rompieron diferentes partes del cuerpo? ¿Por qué unicamente la cabeza de cada una de las estatuas? Incluso no se sabe, quizás un castigo de las deidades a Antíoco I por querer compararse a ellos.

Terraza occidental del Nemrut Dağı, Turquía. Crédito: Bernard Gagnon / Wikimedia Commons

No es casualidad que Nemrut Dağ o el monumento de las deidades se haya convertido en uno de los principales sitios turísticos de Turquía; su misticismo y todo el enigma que rodea la edificación lo hacen llamativo para los expertos y curiosos que desean conocer más de nuestra cronica.

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