El suceso de Morris K. Jessup: una mente reluciente en el planeta de la Ufología.

Hoy vamos a sumergir nuestro ensayo, en la vida de Morris Jessup, nombre que se viera envuelto en uno de los ficheros más sonados, El Experimento Filadelfia. Aunque el lector conoce de sobra el suceso, revistado hasta el hartazgo, Morris Jessup aparece como un personaje poco explorado por los expertos.

Por mi parte, llevo demasiado tiempo siguiendo la pista de uno de los malditos más icónicos, desde que Charles Berlitz inmortalizara a Jessup en varias de sus obras. En esta noticia, propongo al lector una nueva mirada sobre Morris Jessup. Ajusten sus cinturones, se avecina un viaje movido.

Morris Ketchum Jessup – Anatomía de una mente reluciente

Morris Jessup en su paso por la marina. Cortesía: findagrave.com

Las primeras líneas biográficas explican a Morris K. Jessup como un hombre de diversos talentos, cuyos primeros pasos lo hicieran brillar en el planeta investigador. Su currículum en esta área resulta impresionante, destacando Jessup como consultor en Astronomía, Astrofísica, Matemática y hasta Arqueología.

sin embargo, estos logros, los primeros años de Jessup parecen ocultos tras una neblina impenetrable, volviendo por instantes imposible volver a construir aspectos de su vida. Esta paradoja parece acompañar gran cantidad de las reseñas existentes, dudándose hasta de su real identidad. Atemos cabos.

Morris Ketchum Jessup nace un dos de marzo de 1900 en RocksvilleIndiana. Y aquí una primera anomalía, puesto hasta el instante, nadie pudo aportar un certificado de nacimiento, registro que se estima fuera destruido durante un incendio. Conocemos, sus padres fueron Alice Edna Swain, y George Whasington Jessup, éste último un modesto agricultor.

Más tarde la familia sería completada con su hermana Marjorie. La primera afición que sabemos de Morris fue la imagen, pasión que jamás abandonaría. Un apunte cautivador para demasiados estudiosos, es que el apellido Jessup aparece vinculado, «a un antiguo magnate de los ferrocarriles, economico, y filántropo del siglo XIX, en cuyo honor se bautizara el Cabo Morris K. Jessup, situado en el extremo norte de Groenlandia», que habría sido su tío, aunque la filiación no está del todo probada.

Al cumplir los 17 años después de finalizados sus investigaciones secundarios, Morris decide alistarse en el ejército norteamericano, escasos anteriormente de estallar la Primera Guerra Mundial, alcanzando el grado de sargento, aunque nuevamente sin registros comprobatorios.

En 1920, Morris Jessup se matriculó en la Universidad de Michigan, inscrito en las carreras de ingeniería y arquitectura. En esta institución Morris, desarrolló además diferentes inquietudes, que llevaron al ensayo de las Matemáticas, Astronomía y Astrofísica. Estas cualidades, le permitieron desempeñarse como maestro adjunto, enseñando estas materias, no sólo en Michigan, sino en diferentes universidades del país. Durante este período, Morris dio rienda suelta a otra de sus aficiones, la Arqueología. Bajo los auspicios del prestigioso Instituto Carnegie, Washington D.C., se embarcó al lado a un grupo de especialistas, en una expedición hacia la selva de Belice (por por lo tanto Honduras Británica), y Guatemala, para la exploración de viejos asentamientos mayas. Tres años después, Jessup dirigió sus miras hacia el Amazonas, donde investigó las propiedades del caucho, en un encargo realizado por el Departamento de Agricultura de su país.

El caso de Morris K. Jessup: una mente brillante en el mundo de la Ufología

Morris Jessup, una mente reluciente.

Después de estas pesquisas arqueológicas, el inquieto investigador retomó su rutina anterior, que lo devolverían al planeta académico. En 1927 mientras preparaba su doctorado en Astrofísica, Jessup decidió viajar a Sudáfrica para trabajar en el Observatorio LamontHussey, por aquel por lo tanto poseedor, del mayor telescopio de refracción en el planeta.

Allí Jessup puso en práctica un proyecto de investigación, que le consintió la realización de un vasto hallazgo para el campo astronómico, al lograr localizar, por primera vez, estrellas binarias. Jessup trabajó durante tres años en este plan, hasta que en 1930 decide retornar a Estados Unidos.

Y aquí otro interrogante, que además devela a sus biógrafos, porque Morris Jessup a pesar de todos estos progresos, no logra completar su doctorado. Para comprender esta nueva paradoja, debemos rastrear respuestas en una cercana incursión arqueológica, que llevarán a Jessup hacia los Andes Peruanos. Veamos.

La conversión de un investigador

En octubre de 1930 Morris KJessup, decide hacer un breve visita al Cuzco, interesado en el trabajo de arquitectura inca. Sus observaciones quedaran plasmadas en un artículo de su autoría, «Inca Masonry at Cuzco», donde Jessup presenta sus impresiones, sobre de la enigmatica piedra de los doce ángulos.

Escribe:

“En una inspección ocasional de esta piedra, se le ocurrió al escritor que las piedras no fueron extraídas de canteras en bruto, sino que fueron trabajadas en iguales canteras, y que después se molieron a su forma final in situ”.

Debo contarle al lector, me topé con este trabajo hace varios años, autentica rareza, ausente de la mayor parte de las reseñas existentes sobre de Jessup. Y es que estamos ante un escrito académico en toda regla, donde los interrogantes, son resueltos para el suceso.

Pero esta visión racionalista, está por sufrir una mutación. Un nuevo Morris Jessup va a emerger, y con intereses muy alejados de la visión científica, hasta por lo tanto dominantes en su vida. No hay un consenso, sobre cómo se produjo esta conversión, aunque sus exploraciones en Perú y México, parecen haber tenido incidencia.

Algo no encaja, y Jessup empieza a dudar. Ciertas sospechas, sobre un conocimiento anterior muy avanzado, desafiando todo lo conocido, que lo conducen a elaborar teoría temerarias. Esta visión incluye existencia de una antigua casta antediluviana desaparecida, que Jessup piensa fuera altamente mecanizada, capaz de manipular fuerzas electromagnéticas y hasta gravitatorias. Como hombre de ciencia, se siente abrumado al presentir en un pasado remoto, otra sociedad, tuvo lugar.

El caso de Morris K. Jessup: una mente brillante en el mundo de la UfologíaUno de los libros más icónicos de todos los tiempos, y parte de mi colección privada. Archivo Personal / Ricardo Gomez.

En su excelente Morris Ketchum Jessup como forteano, el estudioso norteamericano Joshua Blu Buhs ahonda en este lado escondido:

“A juzgar por los libros que escribiría más tarde, Jessup se interesó por lo escondido, y lo paranormal. Si esto no fue un interés anterior, no tengo indicios de ninguna forma, indudablemente estuvo inmerso en la literatura, desde comienzos hasta mediados de los años cincuenta. Leyó la revista Fate, y libros sobre platillos voladores. Conocía el trabajo de RDeWitt Miller. Estaba nitidamente versado en varias formas de Teosofía y sus ramificaciones, incluidos los trabajos sobre Atlantis y Mu, como los de Ignatius Donnelly. El se encontraba en contacto con varios ufólogos además”.

Poco a poco, estas ideas ortodoxas madurando en su mente, impondrán en Jessup cierto revalúo personal, comenzando por una toma de separación, en lo respectivo a sus actividades académicas, aunque la ruptura jamás será total. Pero ya no será lo mismo. Cuando la cuestión ovni estalle en 1947, Morris Jessup no será indiferente al fenómeno, sintiéndose llamado a investigar. Veamos.

La Cuestión de los OVNIs

“Por aquel por lo tanto, y desde hacía varios años, había empezado a manifestarse en la escena norteamericana el fenómeno de los platillos volantes. Jessup se interesó en el asunto en un comienzo, por sencillo curiosidad personal y después por motivos profesionales, al intuir que podía existir relación entre aquellas hipotéticas ‘naves espaciales’, y las ruinas y cráteres que él estudiaba”. El Enigma de Filadelfia. Plan Invisibilidad. William Moore y Charles Berlitz, 1979.

En 1955 ve la luz The Case for the UFO (La cuestión de los OVNIs), texto que va a causar un pequeño revuelo en la naciente escena OVNI. Aquella obra contesta a Morris KJessup hasta por lo tanto reputado investigador de prestigio, que decide lanzarse a la arena mediática. Sacudido por un fenómeno, que desde sus inicios viene alterando la realidad conocida, Jessup arriesga prestigio y carrera en busca de respuestas.

Según nos sigue relatando Joshua Blu Buhs en su excelente artículo, Morris Ketchum Jessup como forteano:

“En The Case for the UFO, se inspeccionaron una serie de anomalías unidas, bajo una sola hipotesis unificadora: la civilización humana era demasiado más antigua de lo que se afirmaba. En el pasado distante, anteriormente de algún tipo de desastre, había una cultura en todo el mundo, como Atlantis o Mu, que desarrolló el poder del vuelo espacial y la levitación. Esto explica además el porque de ciertas extrañezas arqueológicas, como el metal obviamente mecanizado, en épocas previos a que los investigadores pensaran, tales capacidades eran posibles”.

Jessup estaba convencido que los OVNIs utilizaban la gravitación universal, como fuerza motriz de energía. Diría:

“Es indiscutible que la fuerza motriz de los ovnis, supone un desafío para la religión. Esa casta espacial puede ser nuestro Dios. Podría haber abandonado la Tierra hace milenios”.

igualmente estaba convencido el satélite lunar, era el centro operacional de una casta inteligente que habitaría en los nodos gravitacionales, cosmos intermedio entre la luna y la tierra, según Jessup, donde se producirían desapariciones de personas, y hasta escombros de OVNIs accidentados.

Un lustro anteriormente de publicarse su explosivo trabajo, investigando en MéxicoJessup reparó en unas enigmaticas formaciones geológicas, que determinó pudieran ser cráteres. Aquel hallazgo en seguida le trajo a la memoria, ciertas construcciones semejantes vistas en la Luna.

En su opinión, ambos descubrimientos apuntaban hacia un mismo origen de naturaleza estelar. igualmente estaba convencido, el satélite lunar, era el centro operacional de una casta inteligente, habitante de los nodos gravitaciones, cosmos intermedio entre la luna y la tierra, donde según Jessup, se producirían insolitos fenómenos, como como ejemplo desaparición de personas, y hasta residuos de escombros, producto de ovnis accidentados.

La irrupción de tan asombroso trabajo, supuso para Morris Jessup un éxito modesto, logrando captar la atención pública. Pronto se vería envuelto en una serie de conferencias, a través de todos Estados Unidos. Varios declarantes que asistieron a esos encuentros, revelan, Jessup clamaba el gobierno invirtiera fondos, en el ensayo formal de la anti gravedad.

Decía:

“Si todo el dinero, reflexión, tiempo y energía que en el presente se invierten inútilmente en el desarrollo de los cohetes de propulsión se dedicaran al ensayo de la gravedad, empezando quizá con unos ideas del doctor Einstein encima del Campo Unificado, es probable que anteriormente de una década pudiéramos disponer de medios de transporte espacial, por una reducida fracción de los costes actuales”.

Como más tarde confesaría el gran John KeelMorris Jessup se transformó en parte de la «subcultura OVNI», y pionero sobe intervención alienígena en la antigüedad. De hecho Jessup fue reivindicado por un estudioso favorito de esta escritora, el gran contactado George Hunt Williamnson, que lo reconoce como influjo para su propio trabajo, y con quién supo mantener correspondencia.

Desde el campo investigador, éste llamado de Jessup buscando involucrar la ciencia en el ensayo del fenómeno OVNI, era observado como una provocación. Diferentes universitarios sin embargo celebraban su defensa, mostrando cierta simpatía hacia sus audaces ideas.

Varios estudiosos en cambio advirtieron cierta ingenuidad por parte de Jessup, que en sus próximos libros radicalizaría incluso más su propuesta, cada vez más alejado de la ortodoxia oficial. Sin saberlo, Jessup, había tocado una fibra sensible en cuanto a la cuestión ovni. Muy pronto su credulidad sería puesta a evidencia.

Experimento Filadelfia – El lado oscuro de la fuerza

El caso de Morris K. Jessup: una mente brillante en el mundo de la UfologíaRepresentación del Experimento Filadelfia. Cortesía: diariocritico.com

Un año después de la publicación de The Case for the UFOJessup empieza a recibir enigmaticas misivas de un tal Carl MAllen. Como conocemos esta correspondencia  va a detonar toda una cronica, que el lector conoce de sobra, dando cuenta de un experimento incognito sobre invisibilidad realizado por la marina de USA, en plena Segunda Guerra Mundial.

Voy a saltearme todos sus pormenores que otro día comentaré, y centrarme en la reacción de Jessup. Aunque al comienzo nuestro investigador prestó atención a las innumerables cartas, atravesados por datos alucinantes, reafirmando sus propias investigaciones, pronto cayó en la cuenta aquellas increibles revelaciones, no eran otra cosa que una mala broma. Y determinó no contestar más, a su enigmatico interlocutor.

Supuso el tema finalizado. Nada más lejano. Ocurrió la Marina Norteamericana, recibió un raro paquete, que en el interior tenía su nueva texto, aunque provisto de misteriosas anotaciones al margen. Intrigados, los oficiales llamaron a Jessup con la esperanza de localizar los enigmas de esas referencias agregadas. Jessup no tardó en identificar a Carl MAllen, pero no tenía idea como localizarlo. A Jessup le dio la impresión la Marina estaba más interesada en las notas de Allen, que en su propio texto.

Le aparentaba imposible un organismo oficial, tomara en serio aquellos dichos tan estrafalarios. Y en cambio, todo el tema pronto remontaría en vuelo imparable, iniciando un patrón repetido en el interior de la Ufología, que tendría a la desinformación como protagonista recurrente. Morris Jessup y la Marina, no fueron los únicos blancos de Carl Allen, sino que diferentes expertos además resultaron contactados por el mismo hombre, como es el suceso de Jacques Vallées. Luego vendría el affaire Ummo, utilizando los mismos efectos, en un ejemplo de como contaminar la escena ufológica.

Morris KJessup se vería afectado a partir de por lo tanto por estos hechos, y su trabajo se resentiría. Abrumado por una depresión, puso fin a su vida en 1959, en circunstancias que incluso se discuten. Varios admiten Jessup falleció debido a su interés por los OVNIs. Diferentes en cambio sostienen la verdad, incluso está por escribirse. Hasta Aquí.

Conclusión

En Morris KJessup, podemos observar el primer representante de la ufología científica, que intentó el fenómeno ovni fuera estudiado en forma seria, y no tomado como invención. Pagó un precio alto, al involucrarse en un escenario para el cual, no estaba quizás muy preparado, aunque no por eso se rindió. Me gustaría recordarlo como un precursor. Sin dudas lo fue. Continuará.

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