El estudio que afirma que ABRAHAM y AKENATÓN fueron la misma persona

No hay que profundizar mucho en la biblia para conocer a Abraham y Moisés, los cuales han sido  personajes principales en la misma, pero qué pasaría si te dijera que ni Abraham era el patriarca bíblico que nos relata el Antiguo Testamento, ni Moisés un descendiente de la tribu de Leví y que en verdad Abraham fue el faraón Akenaton, y Moisés, uno de los generales del imperio egipcio, pensaría que es algo descabellado verdad. Acompáñame a ver este reciente estudio que le da vida a esta teoría.

¿ABRAHAM y AKENATÓN fueron la misma persona?

¿ABRAHAM y AKENATÓN fueron la misma persona?

Abraham quien fue el padre de los creyentes y la piedra angular de las tres grandes religiones monoteístas, no era el patriarca bíblico, sino el faraón Akenaton. Al igual Moisés no era, como cuenta la Biblia, hijo de un hombre y una mujer de la tribu de Leví, sino un general egipcio, seguidor de la religión de Abraham. Esta es al menos la tesis que sostienen dos investigadores franceses, judíos para más señas, llamados Roger y Messod Sabbah, autores de Los secretos del Éxodo. Hace más de 20 años, los dos hermanos se plantearon la siguiente pregunta: ¿Cómo es posible que Abraham y Moisés en particular, y el pueblo hebreo en general, no dejaran rastro alguno en el antiguo Egipto, pese a ser éste el escenario de gran parte del Antiguo Testamento? Y la respuesta la encontraron después de más de dos décadas de exhaustivos estudios filológicos, lingüísticos y arqueológicos.

¿Cómo descubrieron esto?

Lo primero que hicieron los dos hermanos judíos fue comparar los textos de la Biblia hebrea y aramea a partir de la exégesis de Rachi (1040-1105), autor de un comentario del Antiguo Testamento basado en el Pentateuco hebreo y en la Biblia aramea. Después, realizaron excavaciones en Egipto y estudiaron a fondo las pinturas murales que ornan las tumbas del Valle de los Reyes, donde descubrieron, escondidos entre los jeroglíficos, diversos símbolos de la lengua hebrea. Y poco a poco fueron uniendo los cabos del rompecabezas que les condujo a este excepcional hallazgo: que los judíos son de origen egipcio.

Antiguo EgiptoAntiguo Egipto

El origen de los Judíos es Egipcio

Según Roger y Messod, el famoso Éxodo bíblico fue la expulsión de Egipto de los habitantes monoteístas de Aket-Aton. Ésta era la ciudad de Akenaton y de su mujer Nefertiti. Akenaton adoraba a un solo Dios y era, por lo tanto, monoteísta. Le sucedió Tutankamon y, a éste, el faraón Aï, que reinó del 1331 al 1326 antes de Cristo. Fue precisamente este último faraón, furibundo politeísta, el que dio la orden de expulsar del país a los habitantes monoteístas de la ciudad de Aket-Aton.

Akenatón, Faraón del Antiguo Egipto

Más aún, los egipcios expulsados hacia Canaán, provincia situada a 10 días de marcha desde el valle del Nilo, no se llamaban hebreos, sino yahuds (adoradores del faraón) y, años después, fundaron el reino de Yahuda (Judea). A partir de este descubrimiento, ambos investigadores descifran el libro del Génesis y comprueban que reproduce punto por punto la cosmogonía egipcia.

Sólo de esta forma se explicaría el hecho de que no se hayan descubierto en los jeroglíficos egipcios testimonios de un pueblo que vivió 430 años en Egipto (210 como esclavo) bajo distintos faraones. Y por lo tanto solo de esta manera se explicaría que los expulsados pudieran instalarse en Canaán, administrada por Egipto durante gran parte de su historia, sin que la autoridad faraónica reaccionara. Y sólo así se explicaría cómo un pueblo tan impregnado por la sabiduría de Egipto pudo desaparecer de la manera más misteriosa, sin dejar rastro o huella alguna ni en las tumbas ni en los templos. Sigmund Freud llego a la conclusión: Si Moisés fue egipcio, si transmitió su propia religión a los judíos, fue la de Akenaton, la religión de Aton.

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