La conciencia afecta la realidad: ¿repetición y consolidación de la experiencia?

La conciencia afecta la realidad: ¿repetición y consolidación de la experiencia?

  • El Dr. Joe Dispenza fue uno de los primeros que comenzó a estudiar la influencia de la conciencia en la realidad desde un punto de vista científico. Su teoría de la relación entre la materia y la conciencia le dio fama mundial después del lanzamiento del documental “Sabemos lo que hace la señal”. 

Un descubrimiento clave hecho por Joe Dispensa es que el cerebro no distingue entre experiencias físicas y mentales. En términos generales, las células de la “materia gris” no distinguen absolutamente entre lo real, es decir, material, de lo imaginario, es decir, de los pensamientos.

Pocas personas saben que la investigación del médico en el campo de la conciencia y la neurofisiología comenzó con una experiencia trágica. Después de que Joe Dispenza fue atropellado por un automóvil, los médicos le sugirieron que sujetara las vértebras dañadas con un implante, lo que posteriormente podría provocar dolor de por vida. Solo de esta manera, según los médicos, podría volver a caminar. Pero Dispenza decidió dejar de tomar la medicina tradicional y restaurar su salud con el poder del pensamiento. Después de solo 9 meses de terapia, Dispenza pudo volver a caminar. Este fue el ímpetu para el estudio de las posibilidades de la conciencia.

El primer paso en esta dirección fue la comunicación con personas que experimentaron la experiencia de “remisión espontánea”. Esto es espontáneo e imposible desde el punto de vista de los médicos que curan a una persona de una enfermedad grave sin el uso del tratamiento tradicional. Durante la encuesta, Dispenza descubrió que todas las personas que pasaron por una experiencia similar estaban convencidas de que el pensamiento es primario en relación con la materia y que puede curar cualquier enfermedad.

La teoría del Dr. Dispenza afirma que cada vez que experimentamos algún tipo de experiencia, “activamos” una gran cantidad de neuronas en nuestro cerebro, lo que a su vez afecta nuestra condición física. Es el poder fenomenal de la conciencia, debido a la capacidad de concentración, lo que crea las llamadas conexiones sinápticas, conexiones entre neuronas. Las experiencias repetidas (situaciones, pensamientos, sentimientos) crean conexiones neuronales estables llamadas redes neuronales. Cada red es, de hecho, una cierta memoria, sobre la base de la cual nuestro cuerpo en el futuro reacciona a objetos y situaciones similares.

Según Dispensa, todo nuestro pasado está “registrado” en las redes neuronales del cerebro, que forman la forma en que percibimos y sentimos el mundo como un todo y sus objetos específicos en particular. Por lo tanto, solo nos parece que nuestras reacciones son espontáneas. De hecho, la mayoría de ellos están programados con conexiones neuronales estables. 

Cada objeto (estímulo) activa una u otra red neuronal, lo que a su vez provoca un conjunto de ciertas reacciones químicas en el cuerpo. Estas reacciones químicas nos hacen actuar o sentir de cierta manera: correr o congelarnos en el lugar, alegrarnos o enojarnos, emocionarnos o caer en la apatía, etc. Todas nuestras reacciones emocionales no son más que el resultado de procesos químicos causados ​​por procesos establecidos. redes neuronales, y se basan en experiencias pasadas. En otras palabras,

La regla básica de la neurofisiología es:

los nervios que se usan juntos están conectados.

Esto significa que las redes neuronales se forman como resultado de la repetición y la consolidación de la experiencia. Si el experimento no se reproduce durante mucho tiempo, las redes neuronales se rompen. Por lo tanto, se forma un hábito como resultado de “presionar” regularmente los botones de la misma red neuronal. Así es como se forman las reacciones automáticas y los reflejos condicionados: aún no ha tenido tiempo de pensar y darse cuenta de lo que está sucediendo, y su cuerpo ya está reaccionando de cierta manera …

¡Nuestro carácter, nuestros hábitos, nuestra personalidad son solo un conjunto de redes neuronales estables que podemos debilitar o fortalecer en cualquier momento gracias a una percepción consciente de la realidad! Al centrarnos consciente y selectivamente en lo que queremos lograr, estamos creando nuevas redes neuronales.

… Anteriormente, los científicos creían que el cerebro es estático, pero los estudios realizados por neurofisiólogos muestran que absolutamente cada experiencia más pequeña produce miles y millones de cambios neuronales que afectan al cuerpo como un todo. En su libro “La evolución de nuestros cerebros, la ciencia de cambiar nuestra conciencia”, Joe Dispenza hace una pregunta lógica: si usamos nuestro pensamiento para causar ciertos estados negativos en el cuerpo, ¿este estado anómalo eventualmente se convertirá en la norma?

Dispenza realizó un experimento especial para confirmar las capacidades de nuestra conciencia. Personas del mismo grupo presionaron diariamente el mecanismo de resorte con el mismo dedo durante una hora. La gente de otro grupo solo tenía que imaginar que estaban haciendo clic. Como resultado, los dedos de las personas del primer grupo se fortalecieron en un 30%, y del segundo, en un 22%. 

Tal influencia de la práctica puramente mental en los parámetros físicos es el resultado del funcionamiento de las redes neuronales. Entonces Joe Dispenza demostró que para el cerebro y las neuronas no hay diferencia entre la experiencia real y la mental. Entonces, si prestamos atención a los pensamientos negativos, nuestro cerebro los percibe como una realidad y provoca los cambios correspondientes en el cuerpo. Por ejemplo, enfermedad, miedo, depresión, una oleada de agresión, etc.

Otra conclusión de la investigación de Dispenza se refiere a nuestras emociones. Las redes neuronales estables forman patrones inconscientes de comportamiento emocional, es decir, una tendencia a alguna forma de respuesta emocional. A su vez, esto lleva a una experiencia repetida en la vida. ¡Pisamos el mismo rastrillo solo porque no nos damos cuenta de la razón de su aparición! Pero la razón es simple: cada emoción se “siente” debido a la liberación de un cierto conjunto de productos químicos en el cuerpo, y nuestro cuerpo simplemente se vuelve algo “dependiente” de estas combinaciones químicas. Habiendo realizado esta dependencia como una dependencia fisiológica de los químicos, podemos deshacernos de ella. Solo se necesita un enfoque consciente.

Por supuesto, a pesar de los estudios de Dispenza, la ciencia oficial desconfía de sus afirmaciones. Pero, ¿por qué esperar la aprobación oficial de las mentes científicas, si ahora los resultados de estos descubrimientos pueden aplicarse en la práctica? Lo principal es darse cuenta de que el pensamiento es capaz de cambiar el mundo físico.

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