Xafán: el demonio que quiso incendiar el Cielo.

Xafán: el demonio que quiso incendiar el Cielo

La mayoría de los grimorios y libros prohibidos de la Edad Media se burlan descaradamente de él, principalmente de sus vanos intentos por ganarse el favor de Satán y las autoridades más encumbradas de los infiernos.

Cuenta la leyenda que antes de las Guerras Celestiales, antes del derrocamiento de losNephilim, incluso antes de la reorganización de las jerarquías angélicas, un demonio llamadoXafán intentó lo imposible.

Sólo se conoce esta anécdota de Xafán, elarquetipo del demonio perdedor. No obstante, su conmovedora naturaleza justifica desarrollarla.

Durante el período de agitación que precedió lacaída de los ángeles rebeldesXafán resolvió intentar una hazaña que lo sacaría del anonimato: nada menos que incendiar el Cielo.

Esta empresa, que fracasó miserablemente, no siquiera le ganó el respeto de sus pares. Por el contrario, desde entonces la mayoría de losdemonios no sienten más que repulsión y menosprecio por la insensata desmesura que entrañaba el proyecto de Xafán.

Desde entonces, para amenaza y ejemplo de los mediocres que aspiran al estrellato, Xafánfue condenado a trabajar en las calderas del infierno; labor fatigosa y rutinaria que aún desempeña, acaso como recordatorio eterno de que las nubes son ignífugas

Xafán: el demonio que quiso incendiar el Cielo

La mayoría de los grimorios y libros prohibidos de la Edad Media se burlan descaradamente de él, principalmente de sus vanos intentos por ganarse el favor de Satán y las autoridades más encumbradas de los infiernos.

Cuenta la leyenda que antes de las Guerras Celestiales, antes del derrocamiento de losNephilim, incluso antes de la reorganización de las jerarquías angélicas, un demonio llamadoXafán intentó lo imposible.

Sólo se conoce esta anécdota de Xafán, elarquetipo del demonio perdedor. No obstante, su conmovedora naturaleza justifica desarrollarla.

Durante el período de agitación que precedió lacaída de los ángeles rebeldesXafán resolvió intentar una hazaña que lo sacaría del anonimato: nada menos que incendiar el Cielo.

Esta empresa, que fracasó miserablemente, no siquiera le ganó el respeto de sus pares. Por el contrario, desde entonces la mayoría de losdemonios no sienten más que repulsión y menosprecio por la insensata desmesura que entrañaba el proyecto de Xafán.

Desde entonces, para amenaza y ejemplo de los mediocres que aspiran al estrellato, Xafánfue condenado a trabajar en las calderas del infierno; labor fatigosa y rutinaria que aún desempeña, acaso como recordatorio eterno de que las nubes son ignífugas