¿Es posible la fuerza sobrehumana?

Nosotros le llamamos fuerza sobrehumana, seguramente por herencia de los cómics de superhéroes, esos que presentan a un Superman que levanta sin gran esfuerzo los restos del edificio que se ha derrumbado encima de un inocente transeúnte. En el mundo médico se utiliza otro concepto, quizá algo más despectivo pero igualmente gráfico, fuerza histérica (“hysterical strength”). Al fin y al cabo, como recuerda la Rae, la histeria es “un estado pasajero de excitación nerviosa producido a consecuencia de una situación anómala”. Hay quien prefiere, no obstante, sansonismo, en referencia al forzudo personaje bíblico.
Los ejemplos de fuerza sobrehumana se acumulan como leyendas urbanas, pero en su mayoría, no son ninguna invención. Como mucho, exageración. En 1982, por ejemplo, Ángela Cavallo fue capaz de sacar a su hijo de debajo de  un coche que estaba reparando en Lawrenceville (Georgia) cuando el gato falló.
La fuerza sobrehumana, como decíamos al principio, nos puede llevar a superar momentos límite en nuestro esfuerzo por sobrevivir. Otro ejemplo, Sinjin Eberle fue aplastado por una roca de 500 kilos y se deshizo de ella con sus manos y piernas.
¿Qué mecanismos intervienen para que esto suceda? 

Ante situaciones extremas, cualquier persona puede desarrollar una fuerza sobrehumana que en condiciones normales sería inconcebible. Esta fuerza se consigue porque en esas circunstancias de máxima tensión, el organismo es capaz de segregar tal cantidad de adrenalina que dota al cuerpo de una fuerza aterradora.
El nombre común de la adrenalina es epinefrina, esta es una hormona vaso activa producida por las glándulas suprarrenales y cuya función principal es regular las respuestas al estrés como consecuencia de situaciones extremas o de riesgo. 
Actúa directamente sobre el sistema nervioso central ocasionando que éste amplifique la percepción de estímulos a través de los cinco sentidos, sus efectos son rápidos y sumamente efectivos, se incrementa el nivel de glucosa en la sangre, elevando la tensión arterial, dilata la pupila para tener mayor visión, mejora la respiración e incluso favorece la liberación de dopamina, hormona que genera sensación de bienestar por lo que se corre el riesgo de adicción, entre sus efectos se encuentra el aumento de la velocidad de reacción y fuerza hasta límites increíbles. 
Tiene efectos secundarios tales como ataques al corazón y ataques asmáticos, entre otros. 
En conclusión
, la fuerza sobrehumana es un claro ejemplo de la portentosa maquinaria que tenemos los seres humanos: la mente. Ésta es quien gobierna sobre el cuerpo, por lo que quizás nuestras atenciones deberían centrarse en seguir profundizando en su inmenso poder, no sólo porque ordene la secreción de una hormona, sino porque también puede llegar a tener la capacidad de sanar enfermedades mortales.


Source: Mundooculto.es