Soja: el veneno para el hambre del mundo

Es verdad que los chinos de antaño consideraban a la soja como un tesoro nacional… pero no como un alimento. Es más, lo consideraban incomible. Los chinos sabían que la ingestión de la soja enfermaba de muchas diferentes maneras. Para empezar, es casi imposible de digerir, produciendo mucho aventamiento intestinal (flatulencias).

Hoy día sabemos que la soja está repleta de antitripsinas, moléculas que no permiten la digestión más elemental de la proteína en la dieta, y de ácido fítico (“phytic acid”), el cual interfiere con la absorción de los minerales esenciales del alimento: ambas substancias son consideradas antinutrientes. La razón por la cual los chinos apreciaban la soja era porque habían descubierto que sus raíces capturaban nutrientes del aire (fijan el nitrógeno) y por lo tanto lo usaban como “estiércol verde” para enriquecer la tierra. Por eso el símbolo escrito chino referente a la soja es el de una raíz, no de una habichuela. No fue hasta que los chinos descubrieron que la fermentación prolongada podía neutralizar la mayoría de sus potentes toxinas, que lo comenzaron a usar como el condimento chiang (en Japón llamado miso). El natto aparece para el año 1000 AD y el tempeh en los 1600s.

MENTIRA DE VENTA # 2

Esto es un invento de la industria occidental de la soja. El consumo promedio de alimentos de soja en la China es de 10 gramos (2 cucharaditas) al día, lo que representa sólo el 1.5% de las calorías diarias (comparado con 65% de las calorías provenientes de la carne de lechón). Las poblaciones asiáticas consumen los productos de la soja en pequeñas cantidades y como un condimento, no como un reemplazo de los alimentos de carne. La leche de soja fue introducida a la China por occidentales en el siglo 20.

MENTIRA DE VENTA # 3

Lo que se consume como alimento de soja en el Occidente ni se parece al producto tradicional oriental. La falta de fermentación de los productos occidentales de soja (lo cual no se hace porque le sale muy costoso a la industria) hace que se retengan muchas de las toxinas del producto crudo, y la manera en que se procesan entonces destruye las proteínas beneficiosas y aumenta la cantidad de carcinógenos. El FDA hasta incluye a la soja en su Banco de Datos de Plantas Venenosas, citando 256 referencias que asocian a la soja con problemas serios de la glándula tiroides, a problemas de crecimiento, a deficiencias de aminoácidos, a la mala absorción de minerales, a disrupciones hormonales y a la generación de cáncer.

Adicionalmente, el 99% de la soja hoy día ha sido genéticamente modificada y contiene uno de los porcentajes más altos de contaminación por pesticidas entre todos los alimentos.

Dado que la soja no fermentada tiene niveles bien altos de una substancia (ácido fítico) que impide la absorción de minerales esenciales como el calcio, el magnesio, el cobre, el hierro y especialmente el zinc, podemos anticipar que vegetarianos que consumen muchos productos de soja manifestarán una variedad de síntomas que confundirán a sus médicos en vista de la dieta tan “natural” y “saludable” que llevan. Por ejemplo, el zinc se conoce como el mineral de la inteligencia porque se necesita para un desarrollo óptimo del cerebro y del sistema nervioso. Los vegetarianos que reclaman sentirse “espaciados” y lo atribuyen al haber logrado una iluminación espiritual o trascendental, lo más seguro están manifestando una deficiencia de zinc. El zinc también sirve para controlar el azúcar, proteger contra la diabetes y para tener un sistema reproductivo de alta fecundidad. Por eso los japoneses siempre consumen una pequeña cantidad de tofú o miso acompañado de un caldo de pescado rico en minerales y seguido por una porción adicional de carne o pescado.

MENTIRA DE VENTA # 4

Para empezar, no existe tal cosa como la “leche de soja”: lo que hay es una bebida de soja, procesada de tal manera para que aparente ser una leche. Los consumidores de leche de soja se sorprenden cuando descubren que los chinos tradicionalmente nunca han valorado la leche de soja. La referencia más antigua del uso de leche de soja es del año 1866, y es al americano Harry Miller que se le da el crédito de introducir el concepto de la leche de soja como un producto comercial a los chinos. Nunca pegó por su sabor tan fuerte a habichuela. Para disfrazar el sabor tan desagradable, la industria de la soja hoy día le añade una gran cantidad de azúcar al producto. La leche de soja es tan deficiente en vitaminas y minerales, que la misma debe ser “fortificada” con esas substancias, pero la industria usa los suplementos más baratos disponibles.

Los productos derivados de la leche de soja, como los yogures, los pudines, los mantecados y los quesos, son más manipulados químicamente todavía. La mayoría de estos derivados, por ejemplo, contienen una substancia llamada “carrageenan” para espesar el producto final. “Carrageenan” ha producido ulceraciones y malignidades (cáncer) en el tracto intestinal de animales de laboratorio.

MENTIRA DE VENTA # 5

El compuesto en la soja que se parece a la vitamina B12 no puede ser utilizado por el cuerpo humano. De hecho, los alimentos de soja producen la necesidad de una ingesta aún mayor de la vitamina B12 natural, la cual sólo se obtiene de productos animales.

El poroto de soja crudo es un anticoagulante (un agente que previene la coagulación de la sangre). Esta propiedad anticoagulante no se revierte con la vitamina K, que es un agente coagulante muy efectivo. Muchos norteamericanos tienen bajos niveles de vitamina K. La propiedad anticoagulante de la soja se atribuye a su actividad anti-tripsina. La tripsina es una enzima especial necesaria para digerir las proteínas. Además, la tripsina permite la asimilación de la vitamina B-12. Por lo tanto, al bloquear la actividad de la tripsina, la soja, como agente anti-tripsina, aumenta los requerimientos de vitamina B-12 y de hecho crea una deficiencia de dicha vitamina.

MENTIRA DE VENTA # 6

Los alimentos de soja son más dados a causar deficiencias de calcio y vitamina D: dos claves para huesos saludables. La mayoría de los productos de soja son fortificados con la variante vitamínica D2, la cual se ha asociado a hiperactividad, a enfermedad de las arterias coronarias y areacciones alérgicas.

Las personas asiáticas padecen de menos osteoporosis por su consumo de caldos de hueso (fuente de calcio) y de pescado, manteca y carne de órganos (fuentes de vitamina D), no por su consumo de productos de soja.

MENTIRA DE VENTA # 7

Éste es uno de los puntos de mercadeo más enfatizado por la industria, reconociendo el gran miedo que existe entre la población referente al cáncer y el deseo de las personas reducir su riesgo mediante cambios dietéticos. Pero no existe tal consenso científico. Es más, el mismo FDA advierte con relación al potencial carcinogénico de la soja en exceso. Los “isoflavones” de la soja (moléculas propias de los productos de soja) son muy parecidos al estrógeno humano y son los más frecuentemente citados por la industria como “protectores contra el cáncer”. Esto es todo lo contrario a lo que dicen muchos libros de texto de toxicología, que tienen a los isoflavones en las listas de substancias mutagénicas (que causan daño al material genético), “teratogénicas” (que causan daño al embrión y al feto) y carcinogénicas.

Las mujeres que consumen productos de soja buscando prevenir el cáncer del seno pueden estar exponiéndose a un mayor riesgo de contraer la enfermedad. El Dr. Helferich de la Universidad de Illinois ha expuesto ratas de laboratorio a isoflavones, observando que entre más isoflavones ingieren, más alta la incidencia de cáncer del seno, y la relación era más notable en ambientes de estrógeno natural bajo como ocurre en la menopausia humana. Estudios más recientes en mujeres en la Universidad de California han confirmado el aumento en riesgo de cáncer del seno.

MENTIRA DE VENTA # 8

Una de las mentiras más grandes que la industria agrícola y farmacéutica sigue propagando es la del colesterol, las grasas saturadas y las enfermedades del corazón. La ciencia ya claramente establece que una cosa no tiene que ver con la otra. Lo que sí ahora está claro es que lo que daña las arterias del corazón son las grasas contenidas en los aceites vegetales omega-6 procesados: como el de maíz, el de canola y especialmente el de la soja. Casi el 80% de todo el aceite vegetal consumido en Estados Unidos y Puerto Rico viene de la soja (esto incluye el aceite embotellado, la margarina, la mayonesa, los aderezos, las papitas fritas congeladas y todo producto imaginable de repostería).

Lo que se usa en la mayoría de estos productos es el aceite parcialmente hidrogenado de la soja (lo cual es una alteración química: mediante mucho calor aplicado al aceite natural de la soja, se produce un aceite menos oleoso y más cremoso, que no se pone rancio). A cambio de esa gran ventaja comercial está la gran desventaja de enfermedad: esa substancia sintética es el agente oxidante más potente en cuanto a dañar la integridad de las membranas celulares del corazón y por lo tanto de obstruir las arterias coronarias. Si quieren proteger su corazón, olvídense de los cuentos del cuco del colesterol y de las grasas saturadas y eliminen todo aceite vegetal omega-6 procesado y todo aceite parcialmente hidrogenado de su dieta.

MENTIRA DE VENTA # 9

Un estudio reciente demostró que las mujeres con los niveles más altos de estrógeno en su sangre manifestaban los niveles más inferiores de función cognoscitiva. Y en americanos de extracción japonesa, el consumo de tofú entre las edades de 40-60 años se asocia al desarrollo más tarde de la emfermedad de Alzheimer. También es que en el procesamiento de la soja, se llevan a cabo baños de ácido muy potentes dentro de cilindros gigantes de aluminio. El ácido disuelve el aluminio y el aluminio se concentra en los productos de soja, y de ahí al cerebro y al Alzheimer.

MENTIRA DE VENTA # 10

Hay numerosos estudios en animales que demuestran que los alimentos a base de soja producen infertilidad. Estudios con mujeres en edad reproductiva que consumen mucha soja demuestran alteraciones en sus niveles de hormonas reproductivas afectando adversamente el ciclo menstrual. Se conoce también desde hace muchos años que el consumo de soja en hombres baja el contaje de espermatozoides y hace que los espermatozoides tengan menos habilidad de fertilizar el óvulo. A base de este efecto contraceptivo conocido de los estrógenos en la soja, muchos especialistas en infertilidad le recomiendan de inicio a sus parejas eliminar todo producto de soja.

El consumo de soja no solamente aumenta los niveles de estrógeno en la sangre de los hombres y las mujeres, sino que disminuye los niveles de testosterona libre en la sangre de ambos (y sabemos que la testosterona libre, tanto en hombres como en mujeres, es responsable por el deseo sexual). Los monjes budistas rutinariamente consumen tofú para reducir el líbido.

MENTIRA DE VENTA # 11

Sabemos que la soja contiene unas substancias estrogénicas muy potentes. ¿Podrán esos estrógenos adicionales ingeridos durante el embarazo afectar el sistema reproductivo del feto? Los estudios indican que sí.

Para entender esto, hay que repasar brevemente el desarrollo sexual del feto. Resulta que todos los fetos desarrollarán anatómicamente como hembras a menos que estén expuestos a las hormonas masculinas, y a tales efectos la testosterona ya se produce durante el primer trimestre del embarazo por las glándulas sexuales del varoncito. El estrógeno (la hormona femenina) sea natural o bajo la forma de isoflavones, puede interferir y suprimir la producción de testosterona del feto en momentos que la testosterona está guiando y programando todo el desarrollo sexual masculino a todos los niveles, desde el cerebro hasta los genitales.

Hoy día están naciendo más y más varoncitos con anomalías genitalescausadas por una exposición prenatal excesiva a substancias estrogénicas, sean ambientales (pesticidas y plaguicidas) o por vía de la dieta. Los defectos más comunes observados son las hipospadias (un defecto del desarrollo del pene donde la apertura del tubito de la orina sale más abajo de lo normal), el criptorquidismo (donde los testículos no han descendido a sus saquitos) y varones con genitalia predominantemente femenina.

Con exposiciones menos intensas, la manifestación de un varoncito estrogenizado puede que se observe más tarde en la vida (como un pene de menor tamaño, testículos que no producen buenos espermatozoides y hasta cáncer testicular y cáncer de la próstata). Mientras tanto, la nena estrogenizada puede manifestar un desarrollo sexual precoz y luego tumores dependientes del estrógeno (como lo son el cáncer del seno, de ovario y de útero).

A este respecto el Soy Online Service recoge los resultados de las investigaciones llevadas a cabo por la Universidad John Hopkins (EEUU) que apoyan “la potencial conexión entre el consumo de isoflavonas durante el embarazo, las alteraciones tiroideas y los defectos de nacimiento”. De hecho, como publica el Soy Online Service, la mayor incidencia de este tipo de defectos se ha registrado en bebés varones nacidos de madres vegetarianas consumidoras de soja.

Niveles inapropiadamente altos de substancias estrogénicas pueden también afectar la programación cerebral del feto y del bebé varoncito. Se ha demostrado que los niveles y tipos de hormonas sexuales presentes a temprana edad influyen en el desarrollo de las células del cerebro que controlan la reproducción, el comportamiento sexual y posiblemente hasta la preferencia sexual.

Los infantes varoncitos normalmente exhiben un repentino y dramático aumento de testosterona durante los primeros meses de vida, produciendo niveles de las hormonas masculinas comparables con un hombre adulto. Esta carga de testosterona es necesaria para pre-programar a todos los órganos del cuerpo para que puedan llevar a cabo los cambios físicos y emocionales asociados al próximo brote de hormonas que surgirá durante la adolescencia. Esto es el equivalente a “downloadear” un programa de software a la computadora: al final del “download” la información está ahí esperando ser activada, lo cual no va a ocurrir hasta que cliquees el ícono de “setup” y procedas a la instalación del programa. En el adolescente varón, los cambios físicos de la adolescencia (cambio de voz, crecimiento del pene, desarrollo de pelo facial, etc.) y los cambios de comportamiento sexual de la adolescencia, presuponen que ya el “programa” había sido “downloadeado” durante esos primeros meses de vida. Si hubo un desbalance hormonal durante esos primeros meses, el programa no se instalará correctamente en la adolescencia.

Con relación a esto, padres que les están ofreciendo una fórmula de leche de soja a sus bebés recién nacidos deben saber que dada la cantidad de isoflavones en las fórmulas de soja, sus bebés están ingiriendo una cantidad de estrógeno equivalente a tres a cinco pastillas anticonceptivas al día. (Cálculos basados en cifras y advertencias proporcionadas por el Boletín de la Oficina Federal de Salud Pública de Suiza.) Estos niveles de estrógeno, como hemos visto, pueden hacerle un daño irreversible al futuro desarrollo sexual del niño.

SOJA: LA COMERCIALIZACIÓN DE UN ANTI-NUTRIENTE

Ahora que ya vimos y detonamos muchas de las mentiras que nos cuentan sobre la soja, veamos algo acerca de las verdades que no nos cuentan:

El poroto de soja crudo contiene muchos anti-nutrientes, incluyendo ácido fítico (de los fitatos), que se une a los minerales impidiendo su absorción (especialmente zinc, calcio, y magnesio). El ácido fítico también se encuentra presente en los cereales. Por lo tanto, los vegetarianos que dependen de la soja y de muchos productos con soja, y que también consumen cereales, tienen un riesgo aún mayor de sufrir deficiencias de estos minerales. Los fitatos se encuentran únicamente en alimentos de origen vegetal.

Otros anti-nutrientes presentes en el poroto de soya crudo son las hemaglutininas. Dichas sustancias tienen la capacidad deaglutinar las células rojas en los seres humanos y en otras especies, y suprimen el crecimiento de manera significativa. Estos anti-nutrientes son también conocidos como “fitoaglutininas”, o “lectinas”.

En contra de lo que se cree, el tofu no es un producto fermentado. Se lo procesa por precipitación. Con este método se desactivan algunos agentes anti-enzimáticos, no todos, y se desactiva una pequeña parte de los fitatos.

Los porotos de soja, incluso luego de ser procesados, tienen propiedades anti-tiroides. Las isoflavonas estrogénicas (en particular los pigmentos de la planta) presentes en la soja (la genistina y la daidzeína) tienen mucha “fama” de ser beneficiosas para la salud. Lo que no se da a conocer es que son agentes anti-tiroides. Las personas que consumen productos de soja regularmente (tal como se recomienda actualmente) pueden sufrir diversos desequilibrios de la tiroides. Los estudios con animales vinculan a las isoflavonas de la soja con los problemas de tiroides, incluido el bocio. Otros estudios vinculan el consumo de soja no solamente con el hipotiroidismo, sino también con bajos niveles de energía, deficiente absorción de minerales, e infertilidad.

Los aislados de proteína de la soja se usan en mezclas proteicas destinadas a alimentos bebibles que reemplazan las comidas. Estos aislados de proteína se obtienen a través de un proceso que utiliza altas temperaturas, el cual desnaturaliza mucho la proteína. Así dañada, la proteína tiene bajo valor nutricional. Tanto el de soja como otros aislados de proteína pueden causar un balance de calcio negativo en los seres humanos y en otros animales, y puede contribuir a causar osteoporosis. Los aislados de proteína de soja tienen niveles altos de fitatos que bloquean la absorción de minerales, fitoestrógenos que deprimen la tiroides, y potentes inhibidores enzimáticos. Además, según ciertos informes, los altos niveles de calor utilizados en su procesamiento aumentan las probabilidades de que se formen compuestos cancerígenos.

EN RESUMEN, LA SOJA:

DES-NUTRE

PRODUCE CARENCIAS METABÓLICAS

PROVOCA ANOMALÍAS GENÉTICAS

PROVOCA MALFORMACIONES

PROVOCA ALERGIAS

PROVOCA OSTEOPOROSIS

PROVOCA CÁNCER

PROVOCA INFERTILIDAD

PROVOCA ALTERACIONES EN LA SEXUALIDAD

EN FIN, CUMPLE CON TODOS LOS REQUISITOS PARA SER TODA UNA ESTRELLA EN LA AGENDA ILLUMINATI DE REDUCCIÓN DE LA POBLACIÓN…

¿Vas a seguir consumiendo soja?

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