7 supersticiones más siniestras de Japón

La Tierra del Sol Naciente, como también suelen llamar a Japón, es un territorio lleno de antiguas tradiciones y de personas comprometidas con el pasado. Sus antepasados son una auténtica referencia para este pueblo, que hasta hoy mantiene intactos – en la medida de lo posible, por supuesto – sus ritos e historias milenarias.

Pero, a pesar de que todo este culto a lo que es antiguo es algo hermoso para ver, hay aspectos sobre esa cultura que son bastante desconcertantes. Las supersticiones que los japoneses mantienen hasta el día de hoy son un buen ejemplo de ello. A pesar de que tengan contacto con el mundo moderno y con las tecnologías más avanzadas del mundo, muchas personas de este país aún confían y creen en leyendas malditas de seres fantasmales, demonios y elementos de la naturaleza que cobran vida para “contactar” con los humanos.

Sigue leyendo más abajo y conoce algunas de las historias más extrañas que se usan para explicar cosas de la vida cotidiana de los japoneses:

1.- Parálisis del sueño

Por increíble que parezca, el 40% de la población de Japón se enfrenta al problema de la parálisis del sueño en algún momento de su vida. Pero este fenómeno es mucho más cultural que genético en el país. Ellos atribuyen la parálisis de la acción del espíritu Kanashibari y tratan sobre el tema, en todo momento. También hacen programas de televisión y reportajes sobre esto.

Parálisis del sueños – Supersticiones siniestras de Japón

La mayoría de las personas dice haber visto fantasmas o intrusos que entran en sus habitaciones y los sostienen durante el sueño. Los niños, por ejemplo, creen que dormir de espalda o con animales de peluche llamará la atención del fantasma.

2.- Tener un raspón

Para los japoneses, el hecho de que una persona caiga no tiene nada que ver con causas normales. Ellos creen que los raspones son acciones de Kamaitachi, un grupo de 3 comadrejas monstruosas que cabalgan los vientos y rayan, hieren o inclinan a las personas inocentes que se encuentren en sus caminos. Nadie las ve porque se mueven tan rápidamente que los ojos humanos no son capaces de percibirlas.

Tener un raspón – Supersticiones siniestras de Japón

Como trabajan en “colaboración”, los japoneses creen que las comadrejas actúan así: la primera inclina a la víctima, la segunda hace los cortes y arañazos hasta que la tercera llega y cura las heridas. De este modo, en el momento en que la víctima se da cuenta de lo ocurrido, nada está sucediendo y solamente ve heridas dolorosas que no sangran.

3.- Desapariciones

De acuerdo con el antiguo folclore japonés, a veces, los animales son más de lo que aparentan ser. Por ejemplo, los Zorros serían los responsables de una serie de acontecimientos sobrenaturales, que van desde bromas inocentes hasta hazañas más siniestras, como incendios y secuestros.

Desapariciones – Supersticiones siniestras de Japón

Una creencia común es que, tras el ocaso, estos animales (Zorros) aparecen como hermosas mujeres que seducen a los hombres y se los llevan lejos de sus familias.

4.- Temblores inexplicables en la casa

Yanari significa la agitación o el bamboleo de una casa, generalmente durante un terremoto. Pero, de acuerdo con el folclore del país, el significado de la palabra puede ir más allá. En el pasado, por ejemplo, cualquier ruido extraño que hubiera dentro de la casa era asignado a Yanari, que estaría batiendo, golpeando o martillando paredes y haciendo travesuras.

Temblores inexplicables – Supersticiones siniestras de Japón

Pero, lo que pasaba, en realidad, es que las casas japonesas antiguas eran muchas veces construidas con bambú, madera y paja en el suelo golpeado; materiales que se contorsionan y durante la noche, con la caída de la temperatura. Aunado a esto, está el viento y cualquier animal que, por ventura, estuviera en el techo. Sin embargo, todo era tratado como resultado de Yanari.

5.- Sensación de estar siendo observado

En Japón es mejor pensar dos veces antes de entrar en una casa abandonada. Esto es porque, según sus historias, la propia casa, observa a sus “invitados” no deseados. Esa sería, incluso, la explicación de la sensación de que a veces se está siendo observado, cuando nos adentramos en una casa antigua o desconocida. Esto estaría vinculado a los poderes de los Mokumokuren, responsables de hacer brotar cientos de ojos en las casas antiguas, especialmente en la noche.

Por cierto, para quien no sabe, los Mokumokuren son espíritus que viven dentro de una shoji (puerta deslizante hecha de papel de arroz). Si el shoji tiene agujeros, los ojos pueden ser vistos por dentro de estos agujeros.

Sensación de ser observado – Supersticiones siniestras de Japón

Pero ver a estos seres, probablemente, es la última cosa que la gente quiere. Hasta porque, en caso de que esto suceda, el curioso puede quedarse ciego para siempre. Así, la única manera de quitar a ese espíritu es que pegándose a las pantallas de shoji.

6.- Niños desaparecidos

Para la antigua superstición japonesa, la mayoría de los niños desaparecidos son llevados por los Ubumes. Para los nativos de la región, estos seres son mujeres que murieron en el parto o durante el embarazo y que permanecen apegadas a sus hijos perdidos. Estas almas perturbadas tendrían que robar niños para remediar sus necesidades insaciables de tener hijos.

Niños desaparecidos – Supersticiones siniestras de Japón

Estos espíritus suelen aparecer en las noches oscuras y lluviosas, normalmente en forma de una mujer embarazada que solicita ayuda, pero también pueden surgir como una mujer con un niño en el regazo, o incluso como un cadáver empapado de sangre, que lleva un feto subdesarrollado.

7.- Frío y oscuridad

Las antiguas casas japonesas solían ser muy frías en invierno, ya que no existían las actuales tecnologías de calefacción. Muchas, incluso, tenían techos altos y estaban muy oscuras por la noche.

Frío y oscuridad – Supersticiones siniestras de Japón

Aunque estos sean fenómenos racionalmente explicables, la tradición japonesa consideraba el frío del invierno y la oscuridad como obras de los Tenjo-name. Según los antiguos, estas serían criaturas capaces de flotar en la parte más alta de los cuartos, bajando la temperatura y ocultando todo. Además, cuando estos espíritus altos y robustos deambulaban por los techos, dejaban todo muy sucio.


Source: Mundooculto.es