Dwarka, la ancestral ciudad que fue atacada por un Vimana

Antigua ciudad de Dwarka, construida por la deidad Vishvákarma. Aparece en un texto muy antiguo y divino de la India: el Mahabharata.

El nombre de la ciudad legendaria es Dvaraka (Dwarka es la versión moderna). Fue fundada por la deidad Krishna y construida por su artesano universal, Vishvákarma. La urbe estaba hecha de oro y fue muy próspera, pero fue atacada por el soberano de otro territorio. Fue atacada con una Vimana, una aeronave tipo «OVNI» (Krishna se defendió con otra aeronave). La ciudad vio abundante destrucción.

Hoy en dia, Dwarka se localiza en el estado de Guyarat, en el noroeste de la India. Dvaraka significa «ciudad con múltiples puertas» y Dwarka significa «portal hacia el firmamento».

Antigua ciudad de Dwarka fundada por Krishna

Krishna en la ciudad dorada de Dvaraka, pintura de los años 1600 (Public domain).

Esa cualidad de «portal» o «puertas» podría denotar que en la ciudad legendaria estaban varios portales interdimensionales o puertas estelares que le permitían a los dioses hindúes viajar hacia la Tierra.

La moderna Dwarka adquirió el estatus divino de Dvaraka. La ciudad perdida aparece en varios textos viejos de la India, como el ya mencionado Mahabharata, el Shrimad Bhagavad GitaHarivamsha y Puranas. Fue fundada por Krishna para salvar a la población de su metrópolis anterior, Mathura, ya que fue atacada 18 veces por Jarasanda, soberano de Magadha.

Krishna es el octavo avatar o encarnación del dios Vishnú y uno de los que tenía mayor poder divino. igualmente fue el gobernante de la mítica ciudad en la costa noroeste de la India.

Ciudad de oro construida por una deidad

Antigua ciudad hindú (imagen referencial de Dwarka).

Krishna envió a Vishvákarma a edificarla. Vishvákarma es el dios hindú de los artesanos y arquitectos, además de creador de la geometría sagrada. Él la construyó con telekinesis (utilizando su mente). La urbe estaba rodeada con grandes murallas y poseía cuatro portones.

Sus edificios eran tan altos que casi alcanzaban los cielos, siendo elaborados de oro y piedras preciosas. En el Srimad-Bhagavatam se lee que tenía 900.000 palacios construidos con cristal, plata y esmeraldas. igualmente habían magníficos templos de Vishvákarma y de Krishna.

En el texto del Harivamsa sale que estaba extrañamente construida sobre «tierra sumergida». Cerca de ahí estaba la cordillera montañosa de Raivataka, donde residían las deidades hindúes. La ciudad se volvió famosa, siendo habitada por miles de personas.

Atacada por un Vimana (¿antiguo OVNI?)

Vimana volando en el firmamento, ilustración de 1650 (Public domain).

Dvaraka fue escenario de una batalla aérea o celestial. Krishna fue atacado directamente por el soberano Salwa. La hipotesis de los viejos cosmonautas dice que en esta batalla se emplearon Ovnis o aeronaves divinas con tecnología avanzada.

Salwa atacó Dvaraka con una aeronave antigua que lanzaba rayos. Era una Vimana, concretamente un tipo denominado Saubha Vimana. La ciudad sufrió abundante destrucción, pero Krishna salió defendiéndola con su propia aeronave disparando flechas.

Esas flechas, en cambio, son extraños, ya que eran flechas eléctricas… Desprendían rayos, centellas y tambien rayos del Sol. Krishna salió vencido y abandonó la Tierra. La ciudad divina de Dvaraka pereció y se hundió en el mar.

Krishna le enseña a Arjuna su forma universal, pintura de Konddiah Raja, 1950s (Public domain).

Una prueba muy definitoria sobre la existencia de esta ciudad legendaria está en el hallazgo de construcciones hundidas en el mar del golfo de Cambay, cerca de la moderna Dwarka. Se desvelaron varias piezas arqueológicas: murallas, cerámica y esculturas. Todo posee al menos 9.500 años de antigüedad.

Ahí tenemos otra evidencia más de que los mitos viejos pueden estar contando historias autenticos, esta vez sobre una ciudad fundada y construida por dioses hindúes. ¿Habrá sido atacada en verdad con una Vimana? Es muy posible, pero necesitaríamos evidencia física de esas aeronaves, las cuales pueden estar siendo ocultadas por los poderes políticos que esconden demasiado conocimiento.

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